De izquierda a derecha Virginia Cáceres, Matías Barreto, Marcela Pérez, Pablo Ferrari y Eduardo Sanguinetti

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Las nuevas caras del sanguinettismo

La reaparición del líder de Batllistas animó a jóvenes militantes a encabezar listas
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22 de junio de 2019 a las 05:00

La decisión de Julio María Sanguinetti de volver a ponerse al frente de una de las corrientes del Partido Colorado y encabezar una precandidatura para las elecciones trajo consigo el retorno a la primera línea de decenas de técnicos que ocuparon cargos importantes en sus dos períodos de gobierno. 

Ariel Davrieux, Ricardo Pascale, Isaac Alfie, Luis Mosca, Juan Berchesi, Lucio Cáceres, Didier Opertti y Luis Hierro López son solo algunos de los nombres que integran el “equipo de lujo de la República” –como lo llama Sanguinetti– y que pone a disposición de la oposición para construir una coalición que supere al Frente Amplio y lo saque del gobierno. 

Pero la decisión del líder de Batllistas también provocó que otros militantes se animaran a dar el paso y lanzarse de lleno a la política, sacando una lista propia para competirle a esas agrupaciones históricas que se reactivaron con el retorno del dos veces presidente.  

Una de esas listas es la 2000/10, encabezada por Pablo Ferrari, actual presidente de la Unión de Rugby del Uruguay y exsecretario político de Pedro Bordaberry entre 2005 y 2016. “Con la salida de Pedro, había pensado que iba a abandonar la política. Estaba en mi casa tranquilo hasta que escuché a Sanguinetti y me entusiasmó. Hablé con amigos, hablé con Bordaberry si realmente no iba a ser candidato y me dijo que me largara”, dijo a El Observador. “Estoy muy contento, es la primera vez que salgo a buscar votos y estoy conforme. Ya definimos que ‘Compromiso desde el vamos’, se va a extender como un grupo de representación nacional”, contó. 
Para estas elecciones, la estrategia de la campaña –definida como “improvisada” por el precandidato– corre por cuenta de los sectores, que organizan actos y recorridas, a los cuales asiste Sanguinetti. 

Batllistas no tiene comando de campaña ni búnker, y la mayoría de las decisiones se toman en la casa de la calle Juan Zorrilla de San Martín, en la que ha recibido a miles de jóvenes que durante estos años se acercaron para escuchar sus consejos. Uno de ellos es Matías Barreto, actual convencional nacional electo en las elecciones juveniles de 2017, que recuerda que en ese momento Sanguinetti les dio una “mano bárbara” y que “nunca” se imaginó “estar haciendo campaña con él”. 

“Me resultaba lejano porque había repetido que no sería candidato, pero el día que nos enteramos fue una alegría enorme”, contó el militante de la lista 2000/2000 que encabeza el diputado Conrado Rodríguez. Su caso tiene una particularidad, ya que si bien la lista tiene su foto, su nombre no aparece porque decidió guardarse para competir por el Partido de la Concertación en las elecciones municipales. 

Quien también compartió horas con Sanguinetti en la casa de Punta Carretas es Virginia Cáceres, que en 2005 participó de las primeras elecciones juveniles del partido y ahora lidera la 2/2000. Considera que el 30 de junio será un día de “inflexión” ya que se elegirán los órganos de conducción de la colectividad fundada por Fructuoso Rivera.  “Se puso el partido al hombro  en una situación muy compleja. Tiene probada trayectoria y estar militando por Sanguinetti tiene un plus porque todo el mundo lo conoce, esté a favor o en contra”, señaló. La dirigente destacó su coincidencia con Sanguinetti respecto a la agenda de derechos, y recordó que en 2007 durante la discusión de la ley que despenalizaba el aborto y que luego fue vetada por Tabaré Vázquez, el líder de Batllistas fue el miembro informante y su voto fue decisivo para aprobar el proyecto en el Senado. “También estoy de acuerdo con su opinión sobre la marihuana”, agregó, y criticó que el gobierno no informe los efectos nocivos de su consumo como lo hizo con el tabaco.

Capitán de tormentas

El deterioro de la situación económica, la necesidad reactivar el empleo y los problemas en seguridad son tres de los motivos que llevan a los militantes a señalar que la situación del país es compleja y que se necesita a un “capitán de tormentas” para revertirla. “Es un momento bisagra en el país, tenemos que conseguir un cambio inmediato de gobierno para solucionar los temas que están en juego. Todos los temas penden de un hilo y se necesita a alguien como él”, dijo a El Observador Marcela Pérez, de la lista 13/2000 que lidera Martín Jorge. 

Antes que Sanguinetti fuera precandidato, el sector denominado “Gente nueva”, quiso apoyar a Ernesto Talvi, pero el economista luego de aceptarlos los desvinculó porque Jorge trabajó en su actividad profesional como escribano para el empresario y precandidato blanco Juan Sartori, informó Búsqueda. 

Eduardo Sanguinetti todavía recuerda  el optimismo que su tío Julio María le transmitió en 2018, cuando “las verdades del destino” como decía José Ortega y Gasset lo habían llevado a volver a ponerse en campaña. En esa charla le dijo que si quería ayudar al partido tenía que hacer algo sencillo: sacar una lista. “Nos dijo que no podía quedar ningún colorado fuera del partido, que no podíamos perder ni un voto, que sacáramos listas donde pudiéramos. Nosotros no veíamos el crecimiento, la potencialidad que él vio. Estaba complicada la situación y no imaginé nunca que meses después el partido estuviera como ahora”, dijo. Le hizo caso y sacó la lista 114/2000 que se hace llamar “la lista de los Sanguinetti” y lleva a 12 personas con ese apellido.

Las últimas encuestas de intención de voto ubican a los colorados consagrados como la tercera fuerza política, con entre 12 y 17 puntos, bastante alejados del Frente Amplio y el Partido Nacional.

Rejuvenecido pese a la edad

Sanguinetti repite cada vez que puede que hace años que no está tan “feliz”, y los dirigentes lo reconocen. El dos veces presidente cuenta que sentía “angustia” al ver como se “debilitaba” el “partido constructor de la República” y que por eso decidió volver. “El Partido Colorado sufría de incertidumbre, lo viví como un deber de conciencia y hoy ha resurgido, será decisivo electoralmente y podrá ser parte de un gobierno de coalición renovador”, dice en uno de sus spots mirando fijo a cámara. 

Eduardo, que en 1995 era chofer de la custodia presidencial, dice que “parece que tuviera 74 años” y que lo ve “rejuvenecido, con unas ganas bárbaras” pese a que tiene 83 años y que podría estar dedicándose a las conferencias y libros. Eso los motiva a salir a “juntar votos” para volver a verlo presidente.

Avión para el final de la campaña
Sanguinetti decidió cerrar su campaña en Artigas y Rivera, dos departamentos históricamente colorados. Para utilizar mejor el tiempo, su comando definió que viaje en avión. El miércoles partirá de Montevideo rumbo a Bella Unión, donde hará una recorrida en la tarde y luego encabezará un acto en Artigas. El jueves se irá en avión a Tacuarembó para terminar en Rivera con un homenaje a quienes estuvieron “bancando el mostrador”. 

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