Según la Agencia Internacional de Energía será necesario agregar o reemplazar 80 millones de kilómetros de líneas eléctricas para 2040.

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Las redes eléctricas: ¿el eslabón más débil de la transición energética?

Sin una mayor inversión y políticas apropiadas, las deficiencias en el alcance y la calidad de la infraestructura dejarían fuera de alcance el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5°C
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18 de octubre de 2023 a las 05:04

Los esfuerzos para abordar el cambio climático y garantizar un suministro fiable de electricidad podrían verse amenazados a menos que los responsables políticos y las empresas adopten rápidamente medidas para mejorar y ampliar las redes eléctricas del mundo, según un informe especial publicado por la Agencia Internacional de Energía (AIE).

Se trata nada más y nada menos que de la columna vertebral de los sistemas eléctricos que durante más de un siglo vienen suministrando energía a hogares, fábricas, oficinas y hospitales, y su importancia aumentará a medida que aumente el papel de la electricidad en los sistemas energéticos.

Sin embargo, el trabajo de la AIE titulado “Redes eléctricas y transiciones energéticas seguras”, que ofrece un inventario de redes, el primero en su tipo en todo el mundo, encontró signos de que la redes no están siguiendo el rápido ritmo de crecimiento de las tecnologías clave de energía limpia, como la solar, la eólica y la eléctrica.

“Sin una mayor atención política e inversión, las deficiencias en el alcance y la calidad de la infraestructura podrían dejar fuera de alcance el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5°C y socavar la seguridad energética”, advierte el informe.

Según los especialistas del organismo, para alcanzar todos los objetivos nacionales en materia de clima y energía “será necesario agregar o reemplazar 80 millones de kilómetros de líneas eléctricas para 2040”, una cantidad equivalente a toda la red mundial existente.

Del inventario global también surge que “son esenciales cambios importantes en la forma en que operan y se regulan las redes”, mientras que la inversión anual en redes, que permaneció prácticamente estancada, “debe duplicarse a más de US$ 600 mil millones al año para 2030”.

Los especialistas señalan que existe una enorme y creciente cantidad de proyectos en materia de energías renovables que esperan luz verde para conectarse a la red. También destaca que 1.500 gigavatios de estos proyectos se encuentran en etapas avanzadas de desarrollo. Esto es cinco veces la cantidad de capacidad solar fotovoltaica y eólica que se agregó en todo el mundo el año pasado.

“El reciente progreso en materia de energía limpia que hemos visto en muchos países no tiene precedentes y es motivo de optimismo, pero podría correr peligro si los gobiernos y las empresas no se unen para garantizar que las redes eléctricas del mundo estén preparadas para la nueva economía energética global que está surgiendo rápidamente”, afirma el director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol.

El papel de la electricidad seguirá creciendo con fuerza, aumentando la demanda de redes. La adopción de nuevas tecnologías, como los coches eléctricos y las bombas de calor, significa que la electricidad se está expandiendo a ámbitos antes dominados por los combustibles fósiles.

Mientras tanto, los países están añadiendo proyectos de energía renovable a un ritmo rápido, lo que requiere más líneas para conectarlos a los sistemas nacionales y redes de distribución de alto funcionamiento para garantizar un suministro confiable para los clientes finales. “Esto incluye la digitalización de las redes de distribución y permitir una mayor flexibilidad a través de la respuesta a la demanda y el almacenamiento de energía”, puntualiza el informe.

Un nuevo escenario desarrollado para el informe también examina lo que sucedería si la inversión en la red no aumenta lo suficientemente rápido y las reformas regulatorias para las redes son lentas.

Según las proyecciones de AIE, las emisiones acumuladas de dióxido de carbono (CO2) entre 2030 y 2050 serían casi 60 mil millones de toneladas más altas debido a un despliegue más lento de las energías renovables como resultado de en un mayor consumo de combustibles fósiles.

“Esto equivale a las emisiones totales de CO2 del sector energético mundial durante los últimos cuatro años” y “colocaría el aumento de la temperatura global muy por encima del objetivo del Acuerdo de París de 1,5°C, con un 40% de posibilidades de superar los 2°C”, advierten los especialistas del organismo.

El informe, además, identifica varias acciones estratégicas que pueden marcar la diferencia. Estas incluyen ampliar y fortalecer las interconexiones de las redes dentro de los países, entre países y entre regiones para hacer que los sistemas eléctricos sean más resilientes y permitirles integrar mejor las crecientes proporciones de energía solar y eólica.

El informe recomienda que los gobiernos respalden proyectos de transmisión a gran escala para garantizar que las redes estén preparadas para un mayor crecimiento de la energía proveniente de fuentes renovables.

“La necesidad de una acción decisiva es urgente debido a los largos plazos para modernizar y ampliar las redes. Planificar, autorizar y completar una nueva infraestructura de red suele tardar entre 5 y 15 años, en comparación con 1 a 5 años para los nuevos proyectos de energías renovables, y menos de 2 años para una nueva infraestructura de carga para vehículos eléctricos”, especifica el documento.

Mejorar y ampliar la infraestructura en países de todo el mundo requerirá una colaboración internacional más sólida. Las economías emergentes y en desarrollo, excluida China, experimentaron una disminución en las inversiones en redes en los últimos años, a pesar del sólido crecimiento de la demanda de electricidad y los esfuerzos continuos para cumplir los objetivos de acceso a la energía.

“Asegurar que el mundo en desarrollo tenga los recursos que necesita para construir y modernizar redes eléctricas es una tarea esencial para la comunidad internacional”, afirma el director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol.

Su lectura de la situación agrega que las economías líderes deberán “movilizar financiación, brindar acceso a la tecnología y compartir las mejores prácticas en materia de políticas” para fortalecer el desarrollo sostenible y reducir los riesgos del cambio climático.

“El informe muestra lo que está en juego y lo que es necesario hacer. Debemos invertir en redes hoy, o enfrentarnos a un estancamiento mañana”, dice Birol.

 

(Con información de AIE)

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