A inicios de marzo Justino Zavala, directivo de la Agremiación de Tamberos de Canelones (ATC), publicó un editorial en la revista TodoTambo en el que, entre otras consideraciones y refiriéndose a los impactos de la sequía, aludió a que no había llegado aún el “día cero”. La ausencia de lluvias casi total durante muchas semanas perjudicó a casi todos los sectores del agro uruguayo y motivó al gobierno a extender la emergencia agropecuaria hasta el 30 de abril.
La seca al comienzo del mes en curso se estaba expresando en toda su magnitud y entonces, tras detallar el conjunto de perjuicios específicos en el sector productor de leche, Zavala en su análisis señaló: “Lo peor es que aún no hemos llegado al día cero”, aludiendo a que a la adversidad climática no se le veía fin.
Hoy, sobre fines de marzo, Zavala dijo a El Observador que ese “día cero” llegó, porque llovió de bueno modo en casi la totalidad de las áreas con tambos.
Precisó que “si bien hay zonas de Colonia y San José a las que no les tocó agua y siguen en situación crítica, en el núcleo central de la cuenca lechera llovió bien, el día cero llegó y la verdad es que se nota”.
Tanto, apuntó, que “aunque parezca increíble” hay productores que han podido realizar incluso dos pastoreos, cuando menos uno, porque "los sorgos que estaban muy mal rebrotaron en forma impresionante y las alfalfas también se vinieron”.
Por lo tanto, avizoró, habrá un repunte en la producción de leche y remisión a los complejos industriales que se notará ya en marzo, pero sobre todo en adelante siempre y cuando el régimen de lluvias se normalice definitivamente.
Al menos, comentó, “irá disminuyendo la caída en la remisión”.
Zavala, tras considerar ese cambio en la realidad de la oferta de comida en los tambos y, por lo tanto, del volumen productivo, se refirió a un problema generado, que no desaparece aunque llueva.
“Se formó una brutal deuda, la estimación varía según quien lo maneje, pero seguramente esté arriba los US$ 60 millones”, anunció.
Se trata, puntualizó, “de un monto generado por un financiamiento extraordinario, no es un sobre endeudamiento, por suerte el sector venía con un bajo nivel de deuda hasta este problema de la sequía”.
La necesidad de acceder a capital para insumos clave durante la sequía, cuando los campos dejaron de ofertar comida, “generó esa pelota, esa deuda inesperada, que vamos a tener que encontrarle una fórmula para financiarla y que no se convierta en un tamiz que haga que productores sin espalda no puedan soportarla”.
Sobre cómo viene el partido, Zavala, cuyo sistema productivo está en Canelones, cerca de Los Cerrillos, dijo: “Vamos a entrar al invierno con poca ropa, jugados a que el invierno sea razonablemente bueno, lamentablemente no ayudan los pronósticos, porque se habla de exceso de agua y eso es tan malo o en algún caso peor que una sequía”.
Con relación al precio de la leche al productor, señaló que “se ha mantenido en dólares, en buena medida por el tipo de cambio, incluso ha mejorado un poco, está en unos US$ 0,43 por litro”.
Sin embargo, en pesos hubo una caída “y eso al al pequeño productor le pega mucho más, porque sus gastos familiares dependen mucho de la leche que saca y con una inflación del 9% una caída del precio de la leche en pesos del 2% ve complicada su manutención”, explicó.
Lo que Zavala teme, y pide se accione de modo de evitarlo, es que “muchos tamberos chicos se pongan a pensar en migrar hacia otras producciones o incluso hacia otro tipo de trabajos”.
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