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Los cinco ajustes que debe hacer Peñarol ante Defensor para mejorar lo que se vio contra Cerro

Estos son los cinco ajustes que debe hacer Peñarol el jueves ante Defensor Sporting para no repetir claros errores conceptuales y tácticos que mostró el sábado contra Cerro y que le costaron dos puntos
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19 de enero de 2021 a las 05:03

Peñarol debutó en este Torneo Clausura con una muy pobre producción futbolística el pasado sábado en el Tróccoli igualando 1-1 con Cerro.

Fue el debut de Mauricio Larriera en la dirección técnica de los mirasoles que contaron con la ausencia de varias de sus figuras debido a los contagios por covid-19 a los que se sumaron las lesiones de Fabián Estoyanoff y Rodrigo Abascal.

Es obvio que el conjunto mirasol debe mejorar sustancialmente su producción en el partido de este jueves en el Estadio Campeón del Siglo ante Defensor Sporting por la segunda fecha del campeonato.

Cabe recordar que no se trata de un torneo cualquiera, sino que este Clausura, Peñarol lo debe ganar sí o sí para intentar pelear el título de campeón uruguayo luego de un pobre Apertura y otro mediocre Intermedio.

Por lo mostrado en el encuentro ante Cerro, el equipo de Larriera tiene que cambiar la matriz, pensar en un juego totalmente diferente y casi con los mismos futbolistas.

Como informó Referí este lunes, el entrenador ya podrá contar con Giovanni González, ya de alta luego de haber dado positivo de covid-19.

Si el futbolista se encuentra para jugar, Larriera lo utilizará por el andarivel derecho como lateral y eso podrá hacer que Jesús Trindade –uno de los futbolistas quien más ha cumplido futbolísticamente, incluso cuando el equipo no funcionaba–, retorne a su posición habitual en la mitad del terreno en donde ha rendido mucho.

El Peñarol de Larriera debe mejorar al menos cinco puntos para el partido que viene si se toma en cuenta lo que mostró ante Cerro.

1) Mayor creación en el medio

Peñarol careció de creación contra Cerro. Nada menos. Nadie tomó la posta en esa zona fundamental de la cancha para abrir espacios en las defensas, habilitar a los delanteros y también a Facundo Torres, la figura del equipo que el sábado apareció en cuentagotas.

En esto mucho tuvo que ver la conformación de esa mitad del terreno. Larriera paró como doble 5 a Walter Gargano con Agustín Álvarez Wallace.

El Cebolla Rodríguez jugó sin una zona fija, pero no tuvo cohesión con sus compañeros. Es más, entró muy poco en juego.

La pelota a Ariel Nahuelpán casi nunca le llegaba bien jugada y el delantero no pudo hacer prácticamente nada jugando casi en soledad en ofensiva.

Una buena noticia para el director técnico es el regreso del goleador del equipo, David Terans, quien, arrancando desde la mitad de la cancha, suele gestar jugadas interesantes. El sábado lo extrañó mucho.

2) Presionar mucho más

Un tema que se notó claramente ante Cerro fue la tranquilidad con la que sus jugadores salían jugando desde su propio arco.

Ningún futbolista de Peñarol salía a presionar y eso le daba libertad al rival.

El pressing es tan viejo como el fútbol y un equipo como el aurinegro no puede darse el lujo de dejar jugar al rival. El que tiene que tomar el protagonismo y tener entre ceja y ceja el arco de enfrente, es justamente el grande.

Eso no se vio en el Tróccoli y de esa forma, Peñarol mostró que –al menos ese día–, no supo jugar sin la pelota. Y hacer eso en estos días es tan importante como saber hacerlo con balón dominado.

3) Dejar la lentitud de lado

El fútbol de hoy implica mucho más físico que el de, por ejemplo, 15 años atrás. Ya no se compara con el fútbol de los años de 1950, 1960 o 1970.

Eso implica que debe existir cada vez más dinámica, que se le debe imprimir un ritmo al juego que el otro día contra Cerro tampoco apareció.

Una vez más se instaló la pregunta en todo el medio periodístico: ¿pueden jugar juntos el Cebolla Rodríguez y Gargano?

Por lo mostrado el otro día, la respuesta es un claro no. Es obvio que son dos grandes jugadores, experientes, puntales del vestuario, referentes.

Eso no implica que los dos tengan que jugar juntos. Los dos son extremadamente lentos, ya no para el fútbol internacional como lo mostraron claramente el año pasado tanto en la Copa Libertadores, como en la Copa Sudamericana, sino también en el medio local.

Cuando les colocan a algún futbolista bastante más joven a marcarlos, a ambos se les complica.

Si juega Giovanni González en el lateral y Larriera coloca a Trindade en el medio, el DT tendrá la opción de que este ingrese por Gargano o por Álvarez Wallace. Este último se equivocó con los relevos y dejó demasiado solo a Robert Herrera por su lateral, pero le daba más aire al medio juego hasta que el entrenador lo sacó cuando expulsaron a Kevin Dawson. Será Larriera quien tenga la última palabra.

4) La posición de Facundo Torres

Se ha escrito hasta el hartazgo que Facundo Torres es el hombre desequilibrante de este plantel. Lo mostró en la segunda parte del año pasado, siendo fundamental y entre otros partidos, figura clave en el clásico que ganaron los aurinegros 3-2 en el Estadio Campeón del Siglo.

Ante Cerro, su posición en la cancha no fue la de siempre. No jugó tirado sobre un andarivel y esperando la marca rival para meter esa sexta velocidad que solo él tiene.

Su repentización –siempre decisiva– solo apareció cuando habilitó a Jonathan Urretaviscaya para que convirtiera lo que finalmente fue el único tanto del equipo.

Casi nunca se lo vio jugando de frente al arco, al contrario, y eso facilitó la marca del adversario en un encuentro que se tornó intenso.

Peñarol no debe depender exclusivamente de lo que haga Torres, pero tampoco puede desperdiciarlo.

5) El ajuste en las marcas

Robert Herrera, como se escribió, padeció muchísimo jugando por izquierda. También se explicó que Álvarez Wallace no lo ayudó demasiado en la destrucción del juego rival. Tampoco Gargano cuando tuvo ocasión. El juvenil Valentín Rodríguez, quien debutó el mismo sábado en el segundo tiempo, puede dar una mano por el lateral zurdo.

Pero Herrera no fue el único que se mostró flojo en defensa. Dentro de un panorama lento y con una mitad de cancha que dejó claros huecos durante la mayor parte del encuentro del sábado, Fabricio Formiliano tampoco anduvo bien.

Un claro ejemplo de esto es cómo marcó en la jugada que derivó en el penal –que comenzó con un error de Dawson en la salida fuera del área–, pero que el experimentado zaguero realizó mal la transición ante el ingreso de un rival con pelota dominada al área que luego llevó al penal y al empate.

Valentín Rodríguez tuvo un auspicioso debut y puede ser titular ante Defensor Sporting

Defensor Sporting tiene a futbolistas rápidos en ofensiva y su arma letal es Ignacio Laquintana. Si Peñarol repite el desajuste en las marcas que mostró en el Tróccoli, solo este delantero violeta –pueden sumarse más–, podrá hacer estragos en el fondo del equipo de Larriera.

El técnico fue de los que se fue con más bronca del Tróccoli. Había trabajado solo 11 días con el plantel y tenía muchas bajas. Su colega de Cerro, había podido trabajar solo tres días y con mucho menos presupuesto.

Una de las enormes virtudes que ha tenido Larriera en su carrera como entrenador ha sido la autocrítica. El domingo de mañana, al otro día del mal recuerdo del Tróccoli, no hubo jornada libre. Se puso a trabajar en el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Peñarol porque sabe más que nadie que ese rendimiento tiene que cambiar. El jueves tendrá una nueva oportunidad.

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