Valentina Baptista es madre, diseñadora de modas y emprendedora. Tuvo a su primera hija en pandemia y tomó una decisión que cambió sus días: renunció a su trabajo en una marca de ropa masculina, invirtió y creó su propia línea de ropa para bebés. Lo hizo pensando en tener mayor flexibilidad en los horarios, para poder trabajar desde casa y pasar más tiempo con su hija, y conoció un mundo de desafíos y también de disfrute, contó a Café & Negocios.
Humi, su emprendimiento, nació con la inspiración puesta en su bebé. Valentina quiso crear una línea de ropa para recién nacidos, pero con un foco ecológico y de contacto con la naturaleza, por eso, el proyecto que lleva el nombre "tierra" en latín, ofrece productos orgánicos como prendas hechas con algodón orgánico, con cáñamo natural o lana Merino.
Valentina estudió diseño de modas y trabajó como diseñadora para varias marcas, pero hasta el momento no había tenido un proyecto propio.
Cuando fue mamá decidió crear un taller propio en su casa, investigar, buscar telas que se adaptaran a lo que quería ofrecer y comenzó a crear. Ella es la mente y las manos de Humi, elige la materia prima, hace los moldes, diseña, corta, confecciona, atiende a los clientes, lleva la contabilidad de la empresa, empaca los pedidos, los lleva al correo y más, todo eso mientras piensa en nuevos productos.
Emprender fue un camino que transitó despacio."Si bien una siempre piensa que emprender es fácil, ser madre primeriza y manejar un negocio es un desafío", destacó. Dejar de trabajar no era una opción, por eso, con las herramientas que tenía se lanzó al mundo de la moda, una industria en la que emprender "es bastante agotador", comentó. Ordenar los tiempos no siempre es fácil, pero de a poco se pudo ordenar y empezar a producir.
Además de tener una mirada ecológica y querer alejarse del fast fashion (moda rápida), en la ropa de bebé encontró un producto "con una mirada más lenta", que la cautivó, comentó. Encontrar un proveedor de tela orgánica fue uno de los desafíos a los que se enfrentó. Actualmente forma parte de un programa de mentorías en el que está aprendiendo a cómo poder importar telas desde España que cumplan con los estándares de calidad que quiere para las prendas.
"Lo orgánico para cualquiera es bueno. Es orgánico porque la producción del algodón no usa agroquímicos, entonces no contamina el agua ni la tierra y llega con un montón de menos carga química, lo que es muy bueno", explicó.
Valentina pensó en Humi como un ecommerce y sus primeras ventas fueron por internet, nunca pensó en tener su tienda propia. Pero hace pocos meses que sus productos entraron en la cadena de farmacias Farmashop.
La emprendedora se acercó al programa Sembrando, en donde recibió asesoría en estrategia comercial, estuvo en la feria Máxima Petit y luego ingresó a Farmashop, tras presentarse a un llamado de la firma para añadir a su catálogo productos cosméticos naturales. "Dije 'esto re va con la idea de Humi', pero mandé sin mucha expectativa, porque no era lo que estaban pidiendo, pero al tiempo me llamaron y me dijeron que les interesaba mi producto", recordó. Luego de un largo proceso sus productos llegaron a las góndolas.
Sigue vendiendo sus productos a través de internet, pero al ingresar a este nuevo mercado el emprendimiento pegó un salto y la producción aumentó.
Actualmente, la ropa de Humi se encuentra en 10 locales de la cadena de farmacias.
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