"El martes no porque cumplo años, hablamos el miércoles". Así quedó agendada la nota entre Referí y Matías Alfonso, el volante zurdo de River Plate que el sábado entró para darle a su equipo un agónico triunfo contra Cerro por la cuarta fecha del Torneo Apertura.
Alfonso entró a los 80 minutos de juego. El entrenador Gustavo "Chavo" Díaz le dio indicaciones bien precisas: "Me pidió que vaya al ataque, que estire al equipo y que le diera aire porque Cerro con uno menos se venía y me pidió que aguantara la pelota darle oxígeno al cuadro".
Alfonso hizo eso. Y más. En tiempo agregado, tras un pase desde la derecha de Maximiliano Pereira y la defensa de Cerro metida contra su área, el volante metió un misil que con gran efecto se metió en el ángulo de Darío Denis, en uno de los mejores goles de la fecha.
"Como no me salió la defensa de Cerro ni dudé en pegarle. Le di fuerte, pero no me di cuenta de la distancia que estaba del arco ni de cuánto tiempo faltaba".
Si no es golazo no vale. Así fue el primer gol de la carrera profesional de Alfonso, en 2021, nada menos que en un Cerro-Rampla Juniors, en la Segunda División.
"El equipo viene muy bien, estamos conociéndonos porque vinieron muchos jugadores nuevos, pero vamos por buen camino y la victoria contra Cerro sirve para trabajar tranquilos de cara a lo que se viene", contó.
Y lo que se viene es Boston River, el sábado a la hora 19.30 en el Franzini, y Peñarol, el martes de la semana próxima en el Campus, por la primera ronda de la Copa Sudamericana (Campus de Maldonado, hora 21.00).
"Es un partido y tenemos esperanzas; hay que trabajar con orden, aprovechar los contragolpes y hacer un partido muy inteligente", manifestó.
Alfonso acaba de cumplir 23 años y desde los 12 vive en Uruguay.
Nació en Ciudad del Este, en Paraguay. Ahí se fue a vivir su padre con 15 años, conoció a una paraguaya, se casó y formó sus raíces.
Matías empezó a jugar al fútbol 11 en Área 4 4 y al fútbol sala Área 2. "En Ciudad del Este se maneja por áreas el baby fútbol, se marcan las zonas para ordenarlas".
Cuando tenía 11 años, su abuelo paterno le consiguió una prueba en AUFI de Nacional. Al captador Germán Rolín lo sedujeron sus condiciones. Habló con los padres de Matías y los convenció de que su hijo se mudara de país.
"Estuve seis meses pero extrañaba mucho. Volví seis meses después, con 12 años, y ahí sí, para nunca más volver", reveló.
Su abuelo lo alojó en su casa del barrio Pérez Castellano. Se encargó de llevarlo a la escuela y a las prácticas hasta que Matías aprendió a manejarse solo en los ómnibus.
"Matías es generación 2000, lo tuve tres años al paragua y fue mi capitán de juveniles. Zurdo, con mucha intensidad para marcar y con buen pie, hizo hasta Cuarta y Tercera hasta que se fue a Cerro. Lo llevé a la Libertadores sub 20 de Paraguay, en 2020. Gran persona, muy buen compañero y muy trabajador. En juveniles siempre se destacaba en sus funciones", contó Tabaré Alonso, actual entrenador de la sub 16 de Nacional.
"Terminé la escuela en Uruguay, en el Palotti e hice el liceo ahí. De Nacional aprendí a jugar por abajo, a salir jugando, tuve una excelente formación. Nacional me dio todo. Me ofreció casa aunque yo tenía familiares acá. Me dieron el estudio y es algo a lo que siempre estoy agradecido".
Alfonso terminó el liceo y ya busca seguir sus estudios para hacer el curso de entrenador o el de gerencia deportiva.
En busca de posibilidades y sin chances de saltar al primer equipo, el volante se fue a Cerro en 2021 donde disputó 22 partidos y llegó a los playoffs, donde el equipo quedó eliminado ante Defensor Sporting.
En 2022 llegó a River Plate y en su primera temporada disputó 40 partidos.
Por las mañanas toma mate. Pero cuando el calor sube no duda y se prepara un tereré con mucho hielo.
El año pasado lo compartía con el paraguayo Walter Clar y también se lo hicieron adoptar al argentino Roque Ramírez y al uruguayo Agustín Chopitea.
En esta temporada, cuando Walter Gargano se lo cruza tomando tereré le dice: "¿Qué hacés tomando eso? No jodas" y ambos se ríen.
"Amo a mis países por igual. Uno es el de mi padre, otro el de mi madre. Yo hice procesos de selección en sub 15, sub 17 y un poco en sub 20 en Uruguay. De Paraguay nunca se comunicaron para jugar en juveniles. Pero son puertas que están abiertas. O mejor dicho, son sueños por alcanzar".
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