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Mujer que condujo con un hombre en su capó no puede ser penada; un senador blanco reflotará proyecto de “conducción temeraria”
Una mujer condujo 17 cuadras con un hombre el capó de su camioneta en Montevideo, pero ninguno de los elementos de la investigación permite asociar este hecho a una figura delictiva, según se desprende de las pesquisas primarias de la policía y la fiscalía. Mientras la conductora está en libertad pero emplazada, el fiscal Leonardo Morales confirmó a El Observador que investigará si hubo intencionalidad.
En paralelo, el 2022 traerá a discusión al Parlamento un proyecto para que la “conducción temeraria” se convierta en un delito.
Este miércoles, el hombre no resultó herido y la mujer –que conducía alcoholizada–, tampoco. Fueron 17 cuadras, desde Julio Herrera y Reissig y avenida Sarmiento (Parque Rodó), hasta avenida Brasil y Berro (Pocitos), que los investigadores siguieron mediante las cámaras de videovigilancia. En el trayecto, no hay ningún indicio de delito por lo que, en la figura penal, faltan elementos para formalizar una investigación o asegurar que la mujer incurrió en uno.
El hombre se subió al capó de su camioneta mientras hablaba por teléfono, luego de que la conductora protagonizase un siniestro a última hora de la tarde en el punto de partida, cuyo fin era que no escape. Antes, le pidió que esperase a las empresas aseguradoras y a la policía, sin éxito.
Finalmente fue detenida por la policía en la segunda intersección mencionada. La policía derivó el caso al Juzgado de Faltas de 1º Turno, que fijó una audiencia para el próximo 9 de diciembre, donde deberá fallar acerca de qué sanción es aplicable por conducir en estado de ebriedad en este caso, informaron fuentes judiciales a El Observador.
Se trata de una investigación en paralelo a la penal, pero el fiscal Morales deberá esperar a esa audiencia para comenzar eventuales actuaciones, si la policía aún no encuentra figuras delictivas. Una denuncia policial o ante la fiscalía entre los involucrados o terceros también iniciaría una investigación penal.
Mientras tanto, el Tribunal de Faltas de 1º Turno evaluará qué sanciones aplicará: puede ameritar desde la obligación a trabajo comunitario, pago de una multa en Unidades Reajustables –en paralelo a la que pudiese aplicar la Intendencia de Montevideo–, o retiro del vehículo y la libreta de conducir.
“Conducción temeraria” como delito
El hombre que viajó sobre el vehículo es una persona de particular, y el caso hubiese tomado otro enfoque si hubiera resultado herido, se tratase de un policía o un inspector de tránsito.
La necesidad o no de crear una figura delictiva para estos sucesos ha estado en discusión incluso en el Parlamento, pero ahora descansa en los cajones del Palacio Legislativo desde hace décadas. Lo presentó el senador nacionalista Gustavo Penadés en 1996 y ahora lo reeditará para volverlo a poner sobre la mesa a inicios de la legislatura de 2022, según confirmó a El Observador.
El proyecto de entonces buscó incorporar al Código Penal el delito de “conducción temeraria”, con la siguiente exposición: “El que condujere un vehículo a motor o un ciclomotor bajo la influencia de estupefacientes, sustancias sicotrópicas, o de bebidas alcohólicas, será castigado con seis meses de prisión a dos de penitenciaría y la privación del derecho a conducir de tres a seis años. El conductor que requerido por la autoridad se negare a someterse a las pruebas para la comprobación de los hechos establecidos en el inciso anterior, será castigado por desacato”.
Si ese proyecto rigiese, la conductora estaría siendo imputada por estas horas, y podría ser encarcelada si así lo considerase la Justicia.
Penadés entiende que hay “más viabilidad” a que su texto sea aprobado hoy, 25 años después. Desde hace algunas semanas el legislador está reestudiando y ajironando el contenido, incluso con consultas a técnicos de la Unidad Nacional de Seguridad Vial y el Banco de Seguros del Estado, adelantó.
Un informante cercano a la investigación de este miércoles dijo para esta nota que hay casos en los que existen “vacíos legales” a atender. Sumó que ocurren con frecuencia investigaciones iniciadas por la policía, que luego no derivan en lo penal por ese motivo. Lo ocurrido esta semana tomó conocimiento público por un ciudadano que filmó el episodio y luego lo difundió a través de las redes sociales.
