Joseph Blatter presidía a FIFA, Nicolás Leoz a Conmebol, Julio Grondona manejaba los hilos del fútbol sudamericano y mundial y Eugenio Figueredo estaba en la AUF, cuando aquella tarde del 4 de octubre de 2005 se sentaron alrededor de la mesa en la residencia de Suárez los cuatro exdirigentes -uno ya fallecido y tres de ellos procesados por el escándalo de corrupción en FIFA-, y escuchaban al presidente de la República Tabaré Vázquez expresar un sueño: organizar el Mundial de 2030.
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