Mundo > No opuso resistencia
Nadie sospechaba la violencia que tenía oculta el asesino de Highland Park
El lunes 4 de julio Robert Crimo mató a siete personas e hirió a una treintena en el desfile del Día de la Independencia en Highland Park, una ciudad tranquila administrada por el Partido Demócrata que en las últimas dos décadas solo había vivido dos asesinatos y era hasta el lunes una de las localidades más tranquilas del Estado de Illinois.
Como dato adicional, esa localidad, poblada mayoritariamente por WASPS (blancos, anglosajones y protestantes, por sus siglas en inglés) forma parte de un Estado donde la legislación sobre compra y portación de armas está entre las más restrictivas del país.
La alcaldesa Nancy Rotering habló este martes con la cadena CNN y recordó que lo conocía porque el joven rapero Crimo había formado parte del grupo de scouts que ella había dirigido. “Nada hacía sospechar que (Crimo) alimentase la rabia y el odio necesarios para subirse a la azotea de un inmueble y, rifle en mano, disparar 70 ráfagas, truncar la popular celebración del día grande de Estados Unidos, de cuya independencia se festejaban 246 años” dijo Rotering.
“Era solo un niño”, agregó sobre este rapero que logró eludir la búsqueda policial durante varias horas después de la matanza. En el mismo sentido se expresaron sus familiares y amigos: un chico normal, pegado a la pantalla de la computadora y que se expresaba por medio de vídeos y raps en Spotify y YouTube.
Bobby, como todos lo llamaban es un chico blanco y flaco que no llamó la atención de la seguridad pese a subir a la azotea con un fusil y muchos cargadores. Además, para no llamar la atención, al bajar después de la masacre lo hizo disfrazado de mujer con ropa que llevaba en un bolso.
Tras el impacto, quienes repararon en su contenido online, vieron que uno de ellos al menos -Awake (despierta)-, revela una personalidad inquietante. Con una estética entre la animación y el videojuego, ese y otros vídeos sugerían imágenes agresivas, como los dibujos que lo muestran a él mismo tirado en un charco de sangre y rodeado de policías, escenificando su propia muerte.
Otra imagen es la que lo muestra en un aula presidida por una enorme bandera estadounidense, en la que Bobby recibe revelaciones en forma de destellos mientras revolotean por la pantalla extraños signos. Otra es la representación de un tiroteo en un colegio. Incluso, en una de sus últimas entregas, hay una decapitación.
“Sabemos que muchos de los vídeos que colgó reflejaban en verdad el deseo de cometer una matanza”, dijo Rotering a la CNN.
En otro video, Crimo hace rimas sobre los ejércitos que “caminan en la oscuridad” con un dibujo de un hombre apuntando con un rifle, un cuerpo en el suelo y otra figura con las manos en alto. Otra imagen es un chorro de sangre brotando del pecho del tirador, cercado por coches de policía.
Finalmente, tras lograr escapar de la escena del crimen, el rapero convertido en asesino serial, fue detenido tras una persecución policial en automóvil y una vez alcanzado no opuso resistencia. Crimo había abandonado el arma del crimen y conducía el auto de su madre en el que los investigadores encontraron otro fusil.
Illinois es el sexto Estado con leyes más estrictas sobre control de armas del país —y la novena tasa más baja de licencias. En medio de “la epidemia de violencia armada nacional”, según la definición de la Casa Blanca, el suburbio residencial de 30.000 habitantes al norte de Chicago era una isla de placidez y prosperidad: la renta media de los hogares es de 150.000 dólares al año, el doble que la media nacional; la ratio de pobreza, de solo el 5%, frente al 11% del Estado.
