Manifestación contra el pasaporte sanitario en Roma terminó en enfrentamiento contra la policía por participación de grupos neofascistas que atacaron la sede del principal sindicato del país.
Unos 10 mil manifestantes protestaron el sábado por la tarde en el centro de Roma contra el uso extendido del pasaporte sanitario, que será obligatorio a partir del 15 de octubre en todos los puestos de trabajo en Italia.
Exigido desde principios de agosto para entrar a un museo, evento deportivo o en las zonas interiores de un restaurante, este certificado sanitario requiere una pauta de vacunación completa, un test negativo reciente o un documento que justifique haberse curado del covid-19.
El primer ministro italiano, Mario Draghi, anunció a mediados de setiembre que a partir del 15 de octubre será obligatorio para acceder a un puesto de trabajo. Para los profesores o el personal médico ya lo es actualmente.
"Nos suspendieron a los dos [de empleo] hace dos meses", explicó a la AFP Cosimo, que trabajaba como enfermero, igual que su esposa.
Según Cosimo, tanto él como su esposa tienen problemas inmunitarios y de alergias y su médico de cabecera los autorizó a que no se vacunaran contra el coronavirus.
A pesar de ello, los suspendieron de sueldo y empleo. "Hemos llevado el caso a un abogado, ya que tenemos dos hijos gemelos, de 20 años, y nos debemos ocupar de ellos", explicó.
Maria Ballarin, una jubilada, denunció un "chantaje criminal y cobarde" por parte del Estado, que no quiere asumir sus responsabilidades y decretar la obligatoriedad de la vacunación.
"No es un instrumento para combatir la pandemia (...), sino para controlar a la población", añadió su marido, Marco Salvatori, un empleado de un banco que decidió adelantar su jubilación y así evitar hacerse un test al covid-19 uno de cada dos días.
La policía tuvo que recurrir a cañones de agua y gases lacrimógenos para detener a los más violentos. Según la agencia AGI, fueron detenidas varias personas.
Otras manifestaciones contra el pasaporte sanitario tuvieron lugar este sábado en Italia: una segunda en Roma, otra en Milán y otra en Cesena (centro).
La manifestación, en la que también participaron grupos de extrema derecha como militantes del partido Forza Nuova, se vio alterada por algunos enfrentamientos con la policía. Uno de ellos surgió producto del ataque y ocupación por parte de grupos neofascitas a la sede de la Confederación General Italiana del Trabajo (CGIL), el principal sindicato del país.
Según informó EFE, la tensión explotó cuando los manifestantes lanzaron algunas bombas de humo y petardos hacia la sede del gobierno, el Palacio Chigi, lo que provocó la reacción de los agentes antidisturbios desplegados, que reprimieron la marcha y detuvieron a algunos de sus participantes.
El sector político, incluyendo al primer ministro, Mario Draghi, condenó los hechos y expresó su solidaridad con el CGIL. Draghi también manifestó que no habrá marcha atrás en la obligación del pasaporte sanitario.
Fuente: AFP y EFE
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