La última noticia sobre un ataque de perros a una majada (sigue siendo una adversidad de ocurrencia muy frecuente en el país) llegó desde un establecimiento muy próximo a la población de Villa Tambores, localidad ubicada en Paysandú, casi en el límite con Tacuarembó.
Ricardo Pereda, ingeniero agrónomo, administrador y copropietario del establecimiento afectado, contó a El Observador que este ataque se estima lo produjeron dos o tres perros y afectó a una docena de ovinos.
Se trata de ovejas de alta calidad genética, de la raza Merino Dohne, que además estaban preñadas, prontas para parir en unos 20 días.
Una cuarta parte de este lote murió directamente en el ataque y el resto se estima no podrá recuperarse de las heridas y tendrán que ser sacrificadas, considerando que las infecciones que van a pareciendo tras las mordeduras no tienen solución.
Cada uno de esos ejemplares tiene un valor estimado en US$ 100, a lo que se suma la pérdida futura dado que son cabezas que dejarán de producir descendencia, pero además hay un daño no cuantificable en dinero: el anímico.
Pereda recordó que en el ejercicio que acaba de cerrar hubo “solo 30 muertes, un éxito”, considerando que por medidas precautorias y/o casualidades hubo algo menos de ataques, cuando en el ejercicio anterior hubo 240 muertes por el motivo señalado.
La majada del establecimiento considera unos 2.000 ejemplares.
También dijo que si bien es difícil ver a los perros, en ocasiones quedó claro que proceden del vecino centro poblado y que, amparado en lo que el Código Rural establece, en caso de poder darles captura dentro del establecimiento esos perros serán eliminados, pero no es algo sencillo de lograr.
Sobre los motivos de esta adversidad, señaló que “hay un evidente problema de gestión, porque este establecimiento está desde antes que yo naciera y hasta hace 10 años no sucedían estos ataques”.
Consultado sobre si el flamante Instituto Nacional de Bienestar Animal (INBA) puede ser una solución para este problema, mostró poca convicción: “Entré a la página del INBA y solo vi fotos de perros, ni una oveja”, graficó.
Es más, dijo que en realidad parecería que el nombre del instituto debería ser INBC, aludiendo al nombre “Instituto Nacional de Bienestar Canino”.
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