Decir que el rugby uruguayo ha escrito páginas históricas en los últimos años puede sonar, a esta altura, a un lugar común. Pero no. Porque a esos mojones que lo han ido poniendo en un lugar de privilegio en el deporte uruguayo, ahora hay que sumarle otro: Los Teros Seven se clasficaron como equipo fijo al Circuito Mundial de Seven, que disputan los 15 mejores del planeta, tras consagrarse campeones del World Rugby Sevens Challenger que se disputó el fin e de semana en Chile
Lo hicieron con una victoria con mucha autoridad ante Georgia en la final por 19-5, lo que redondeó un gran torneo, en el que los celestes sufrieron en fase de grupos pero cumplieron con la máxima de este deporte: lo importante es aparecer en el mejor nivel cuando se necesita.
Será un paso gigantesco para el rugby uruguayo, que tendá once fechas, entre noviembre de 2022 y mayo de 2023, recorriendo el planeta junto a los mejores 14 equipos del mundo, en un formato similar al de la Fórmula 1. Y que exige a Uruguay al extremo, sobre todo porque muchos de los jugadores que lograron el título en Chile no podrán estar porque se enfocarán en el Mundial De Francia 2023 de XV.
Imagine: seis meses jugando, dos veces por mes, con Nueva Zelanda, Fiji, Argentina, Australia, Gran Bretaña o Francia, siendo televisado para todo el planeta, en sedes tales como Dubai, Los Ángeles, Hong Kong, Sidney, Singapur o París. Y logrado por derecho propio, tras proclamarse campeón del segundo nivel del seven mundial.
El camino fue sufrido, como marca la historia uruguaya. Derrota ante Uganda en el debut 26-12, goleada 52-5 ante Lituania en el segundo partido, derrota increíble ante Alemania en el tercero (17-14 en la hora tras ir ganando 14-7 a falta de un minuto). Los dirigidos por Ivo Dugonjoc se metieron casi por la ventana en cuartos de final, al quedar séptimos en la clasificación, por lo que tuvieron que jugar contra el segundo, Tonga, al que vencieron en la hora 17-12. En semis llegó la revancha ante Alemania, 19-15. Y luego la final ante Georgia, que en seven no calza los puntos del XV, al que se venció con mucha autoridad 19-5.
Desde que se juega el segundo nivel del seven mundial, en 2012, Uruguay nunca había logrado ir más allá del quinto puesto, y de hecho en seis de las nueve ediciones había quedado afuera en cuartos de final. Con todas las estrategias posibles: poniendo todo lo mejor como en 2012 o 2013, apostando a especialistas y juveniles como entre 2014 y 2017, o reforzando con lunas figuras del XV, como en 2018.
Por eso, 2022 no abrigaba mucha esperanzas, a pesar de que la URU en los últimos tiempos subió un escalón en la preparación del seven y le dio todas las facilidades posibles, entre ellas un campamento de entrenamiento con Argentina y un viaje al centro del Comité Olímpico de Estados Unidos en Chula Vista, California. Sin embargo en esa instancia de preparación se lesionaron cuatro jugadores, por lo que hubo que reforzar el plantel con más jugadores del XV de lo pensado.
De hecho, este torneo tenía como uno de los principales objetivos darle competencia a algunos jugadores del XV, que en este semestre tiene poca actividad. Pero de a poco se fueron alineando los planetas para que el equipo tuviera su chance.
Lo primero fue la sede: tras una década de hacerse en Hong Kong, esta vez World Rugby decidió que Chile sería la sede única del torneo, lo que para los equipos de la región significaba mucho menos traslado y desacomodos de horario. Pero además, la grilla de equipos también trajo buenas noticias: el hecho de que en el nivel A se fusionen Inglaterra, Escocia y Gales en Gran Bretaña a partir de la próxima temporada hizo que no hubiera descensos, por lo que de entrada se eliminó un rival de fuste. Además, la guerra de Ucrania dejó afuera a Rusia, habitual animador, y la pandemia disminuyó mucho el poderío de otro de los candidatos, Hong Kong.
Todo eso lo supo aprovechar Uruguay, que fue de menor a mayor y mostró mucha madurez en los momentos importantes. Capitaneado por Diego Ardao, con otro expediente como Guillermo Lijtenstein en la conducción y un Felipe Etcheverry espectacular en el uso del pie, Los Teros 7 encontró en algunos jóvenes como Amaya o Basso sus figuras.
Cómo se armará el plantel
Ahora empieza lo más difícil: armar un plantel competitivo para navegar entre los mejores del mundo, sabiendo que el XV no podrá dar una mano. Será momento de agudizar el ingenio, porque el rugby uruguayo se enfrenta a otro problema: sin grandes aumentos en las fichas, los clubes se ven obligados a aportar cada vez más jugadores un sistema de selecciones que florece y consigue nuevas competencias en XV, seven y juveniles. La canilla de los clubes ya no aguanta mucho más, justo ahora que se necesita subir un escalón en cantidad y calidad.
La llegada al Circuito del Seven es un riesgo si no se lo aprovecha bien. Hay muchos ejemplos de equipos que pasaron sin pena ni gloria por el nivel máximo, volvieron a irse al año siguiente y no lograron que les dejara nada a largo plazo. Sin embargo, si se lo sabe explotar bien puede ser una enorme vidriera, comercial, de ingresos, o para conseguir nuevos fans y jugadores. Habrá que pensar fuera de la caja, y aprovechar las puertas que abre esta nueva página de gloria del rugby uruguayo.
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