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Piqueréz, del dolor de la salida de Defensor a revivir en la selección

A inicio de temporada el volante volvió destruido a su casa porque el club donde estuvo desde niño le comunicaba que no sería tenido en cuenta; pasó a River y de ahí a defender a la celeste en los Panamericanos
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23 de julio de 2019 a las 05:02

Joaquín lo percibía. Miraba más de lo que participaba. Se daba cuenta de que encajaba poco en la nueva idea del cuerpo técnico. Un día el coordinador Fernando Fadeuille le pidió para hablar unos minutos. Se le hizo un nudo en la garganta. Y por más que lo imaginaba, jamás pensó salir así del club donde se formó. Joaquín Piqueréz volvió a su casa golpeado en el alma. Era un niño cuando fue a la escuelita de la viola. Hizo toda la escalera. Llegó al primero. Y en un abrir y cerrar de ojos las puertas de su club, Defensor Sporting, se cerraban.

Pero mire lo que es la vida. Apareció River. Como el día que cambió de cuadro en el baby fútbol, como la tarde que debutó en primera división. Y lo más curioso, Joaquín pasó de no tener lugar en la viola a perfilarse como titular en la selección Sub 22 que jugará los Panamericanos.

La historia tiene un comienzo. Joaquín vivía en la Aguada pero a través de un conocido de la escuela fue a jugar al baby fútbol de Stockolmo. Un par de años después se pasó para la cancha de al lado, la de River Plate.

“Nadie lo sabe pero tengo unos añitos en River jugando en el baby. La cancha estaba pegada a la de Stockolmo. No me dijeron nada porque a esa edad con 8 o 9 años es normal que cambies de cuadro, además vos querés jugar a la pelota”, contó Piqueréz en charla con Referí.

Como River Plate jugaba en ONFI era imposible que se midiera con Stockolmo, por lo que nunca se tuvo que enfrentar con sus excompañeros.

El peluquero y el padre de Silva

A lo largo de su niñez Joaquín se cortaba el pelo en una peluquería de su barrio por Avenida Libertador. Sentado en la silla y mientras manejaba las tijeras, en las charlas el hombre se enteró que su cliente jugaba en River Plate. Además de ejercer en la peluquería, el hombre era taxista en el aeropuerto, donde tenía como compañero a Germán Sixto que es entrenador de la escuelita de fútbol de Defensor. El peluquero le pasó el dato a su compañero y le dijo que lo mandara al complejo militar frente a Canal 5.

A todo esto se sumó otra persona para darle forma a la historia. El papá del golero violeta, Martín Silva, es amigo del padre de Piqueréz. Y también ejerció influencia para que el chico fuera al club del Parque Rodó.

En la escuela violeta

Y allá fue Piqueréz. Se encontró con el profesor César Santos pero ese año no lo dirigió porque el chico era Novena división. “Me tocó con Romerito de técnico pero el profe siempre estaba ahí. Pasados unos años lo tuve en Séptima”, expresó el jugador a Referí.

Joaquín dice no olvidar de que cuando pasó a ser dirigido por Santos no jugaba. “Me citaba un partido cada cuatro o cada tres y tenía un carácter muy especial y de ahí empieza a formarse uno como futbolista. Es una barrera que la pasas y esto te va fortaleciendo. A esa edad a veces te choca porque uno era chico y muchas veces no entendía por qué pasaban las cosas o eran así. Pero luego que pasan los años te vas dando cuenta que son cosas que pasan comúnmente en el fútbol”.

Piqueréz dice no olvidar “una anécdota que recuerdo con el profe fue que en un partido en Séptima le ganamos a Huracán 10 a 0 y un compañero hizo seis goles. Al otro día en la charla nos sentó a todos y el Profe empezó uno por uno: vos jugaste así, vos esto o lo otro. Y al que hizo 6 goles le dijo vos jugaste horrible y nos matamos de la risa. Fue increíble. Te bajaba a tierra, vos podías haber hecho 10 goles pero no jugaste bien”, recordó.

 

El ascenso

El primer año de Cuarta división Joaquín fue ascendido al plantel de primera división. “Tenía18 años y me subió Eduardo Acevedo. En enero de 2017 hago la pretemporada y ya me quedo con el primer equipo. En ese campeonato debuté en Primera”, contó Piqueréz. Paradoja del destino, el debut fue ante River Plate en el Saroldi.

Los violetas se consagraron campeones del torneo Apertura.

“Eduardo te transmitía cosas importantes. La confianza en uno mismo, nunca sentirse menos que el rival”.

En ese período coincidió que Joaquín fue llamado por primera vez a las selecciones juveniles de Uruguay.

Santiago Ostolaza lo convocó para la Sub 17. Ahí pasó a formar parte del proceso de selecciones.

“Me iba al Estadio y me tomaba el ómnibus que nos dejaba en el Complejo. La primera vez que fui no me olvido más. Me llamó la atención la hospitalidad de toda la gente. Los limpiadores, los de seguridad, todos te saludan, eso es lo que transmite el Maestro Tabárez, que el respeto es lo más importante”.

 

Los golpes

Luego de jugar el Sudamericano no volvió a ser citado. No formó parte del proceso de la sub 20, ni siquiera fue preseleccionado.

“Sinceramente pensé que no me llamaban más. La veía complicada porque sabía que para estar en la sub 20 tenía que ser jugador de Primera y me tocó debutar en el Apertura 2017 y para el sub 20 yo había sumado pocos minutos en mi club. Me la veía un poco complicada para estar en la selección”. Y fue lo que ocurrió.

Desde el inicio de 2019 el volante percibió un ambiente poco propicio para jugar en Defensor. El equipo largó mal el campeonato y la directiva designó a Ignacio Risso, entrenador proveniente de las divisiones formativas.

Piquerez no lo había tenido porque cuando Risso estaba abajo, el chico era integrante del plantel de Primera.

Pero cuando Risso asumió, el jugador se encontró con que no era considerado. Y empezó a visualizar lo peor.

Una tarde apareció el coordinador violeta Fernando Fadeuille por la cancha. “Me dijo que no me iban a tener en cuenta. Y pese a que uno se va dando cuenta en los entrenamientos, jamás imaginó salir así de su club.

“Risso no habló conmigo. Yo me venía dando cuenta en los entrenamientos porque no te ponen. Y me sorprendió, claro que sí”, asumió el chico.

Piqueréz agregó: “No sé si me dolió o cual es la respuesta. Uno fue criado en Defensor y no es la manera que le gustaría irse”, reconoció.

Joaquín volvió a su casa golpeado anímicamente por la noticia. Llamó a su representante Marco Vanzini y acordaron buscar un club donde sumar minutos. Y apareció River Plate. Y casi al mismo tiempo la citación a la selección que jugará los Juegos Panamericanos.

El técnico darsenero, Jorge Fossati, tenía la noticia pero la guardó. Esperó el momento para comunicarla.

“Llevábamos dos semanas de pretemporada concentrados en el hotel Regency y en la última semana Jorge hizo una charla y dijo que iba a estar en los Panamericanos. Fue chocante para mí, no me la veía venir porque no había terminado el semestre pero cuando me dio la noticia mi cara cambio rotundamente, fue una felicidad tremenda”.

Joaquín admite que su caso es llamativo. No es para menos. Defensor lo dejó libre y pasó a ser citado a la selección panamericana donde integra la oncena titular.

“La verdad que es algo raro lo que pasó, pero bueno, pero el fútbol es así”, asumió recordando aquellos viejos tiempos donde lo citaban a uno de cuatro partidos.

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