Un total de 18 muertos, 243 heridos y más de 500 detenidos fue el resultado de la represión de protestas en la ciudad de Nukus, en Uzbekistán, país del Asia Central que perteneció a la URSS hasta su disolución en 1991.
Las protestas se desataron en Nukus, que es la capital de la República Autónoma de Karakalpakstanen Uzbekistán, y se produjeron a raíz de la propuesta de cambios en la constitución uzbeka que limitarían sustancialmente los derechos de autonomía de Karakalpakstan, entre ellos la posibilidad de separarse de Uzbekistán, referéndum mediante, para constituirse en nación independiente. Otro punto de discordia sería que las reformas incluyen la posibilidad de que el mandato presidencial se alargue más allá del término vigente de dos términos consecutivos de cinco años, abriendo la posibilidad de que el actual presidente pueda extender su actual mandato.
En la nueva Constitución no se reconoce la soberanía de Karakalpakstan y se expresa claramente que su Constitución no puede contradecir la de Uzbekistán ni sus leyes, explicitando una virtual desaparición de la soberanía de que gozaba la república autónoma.
El anuncio de la iniciativa constitucional provocó que miles de manifestantes salieran a las calles y varios grupos intentaran tomar edificios del gobierno.
Las protestas son las primeras que enfrenta el actual presidente Shakvat Mirziyoyev por parte de una población poco habituada a movilizaciones violentas. De hecho, el último estallido de violencia social se había producido en la ciudad de Andijan en 2005 también con un saldo de decenas de víctimas fatales.
Los medios regionales han visto dificultada la tarea de cubrir los hechos ya que el gobierno uzbeko ha cortado las conexiones de Internet y establecido silencio de radio absoluto, llegando incluso a detener al periodista Lolagul Kallykhanova, bajo la acusación de haber difundido un video con un llamamiento a la secesión de Karakalpakstan.
La manifestación, que se inició en forma pacífica frente a la legislatura de Nukus, fue reprimida sin causa por las fuerzas de seguridad con granadas de gas, balas de goma y cañones de agua, causando la muerte de dieciocho personas y heridas a más de trescientas. También fueron detenidas más de quinientos manifestantes.
Como consecuencia de las protestas, el presidente Mirziyoyev dejó sin efecto su plan de reforma constitucional.
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