Ovinos atacados en la zona de Barras de Pedrera.

Agro > EN MEDIO DEL TEMPORAL

Se levantó a cerrar un portón y encontró 17 ovejas muertas, 20 heridas y cinco perros disparando

Esta vez el ataque de una jauría a ovinos se produjo en un predio cercano a San Jacinto; los corrió en moto, los perros escaparon y ahora vive "con el corazón en la boca"
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28 de febrero de 2022 a las 12:12

Sobre la medianoche del sábado Norberto Pereira, productor ganadero, se levantó a cerrar un portón en el campo y a comprobar si el temporal había generado algún destrozo y se encontró con un escenario devastador, pero por otros motivos.

Esperaba daños causados por la intensidad de las lluvias y los vientos, pero la adversidad que constató tuvo otro motivo.

A la mañana siguiente, cuando hizo las cuentas, el saldo del ataque de una jauría fue terrible: 17 ovinos muertos y al menos 20 heridos, muchos de los cuales teme no se salvarán, pese a los intensos tratamientos veterinarios con base a antibióticos aplicados desde este domingo.

Todo pasó en el predio ganadero de escala familiar que Norberto posee, ubicado en la zona conocida como Barras de Pedrera, en San Jacinto, Canelones.

Seguramente el ataque sucedió durante la tormenta y el ruido de la lluvia y del viento evitó que en la casa se pudiese escuchar el ladrido de los perros propios, producto del revuelo generado por el ataque de un grupo de unos cinco perros sueltos a la majada.

Ovinos atacados en la zona de Barras de Pedrera.

"A estos perros los veníamos siguiendo, no son de acá, se ve que los corretearon de otro lado y andaban en la vuelta, incluso hace unos días estaban corriendo a una vaca de un vecino", recordó.

Norberto, cuando se dio cuenta que esos perros estaban atacando esa noche dentro de su campo, en medio de la tormenta salió a correrlos en moto, lo hizo a lo largo de un kilómetro o algo más según recuerda, pero los perros dispararon, cuando ya habían causado todo el daño mencionado.

Si no se hubiese levantado a cerrar el portón el destrozo hubiese sido aún mayor.

Ovinos atacados en la zona de Barras de Pedrera.

Como base, US$ 2.000 de pérdida

Una cuenta rápida habla de una pérdida directa por los animales muertos, los remedios y otros gastos de US$ 2.000. No se tiene en cuenta en eso la pérdida productiva a futuro, por ejemplo por los corderos que los vientres ya no darán. Tampoco las horas de trabajo extra que hubo que dedicarle a un tema que en el predio pasó a ser la prioridad, porque todo lo otro quedó postergado. "Trabajamos 16 horas todos los días y ahora ni con eso alcanza para tratar de ir acomodando todo", lamentó.

"Más allá del dinero, que a todos nos importa obviamente porque no es fácil este trabajo, hay un dolor que no tiene precio, está lo anímico, lo mal que te sentís por todo eso, el malestar terrible y la angustia que uno siente no se pueden entender si no te pasa, es enorme la impotencia que esto te da", dijo Norberto.

Agregó que la impotencia más grande deriva de ver a los animales que sobreviven sufriendo, con mucho dolor, al resto totalmente estresado y también da frustración "sentirse solo, ver que salvo los vecinos que ayudan y los amigos, la familia también, después no hay quien se arrime a solucionar este problema".

Ovinos atacados en la zona de Barras de Pedrera.

Enseguida Norberto puntualizó que el tema de las jaurías es un drama en el sector productivo, "pero también para la gente, la otra vez una señora en una moto en la ruta 88 atropelló a un perro que se le cruzó y terminó con muchas fracturas... lo de los perros sueltos es un peligro verdadero".

En otro orden, sobre la conducta de la jauría, aclaró que por los resultados del ataque "quedó claro no se trata de un ataque de perros para comer porque tengan hambre, matan por matar".

Este productor recordó que hace un tiempo toda esa zona canaria tenía como principal foco de preocupación al delito de abigeato. "Era un problema para muchos sin solución, pero vino el jefe de Policía rural, hablamos, le explicamos, se ocuparon del tema y ese problema bajó muchísimo; ojalá se pudiese hacer algo que el problema de los perros sueltos", comentó.

Con evidente tristeza dado el tono de su voz, antes de volver a ocuparse de ayudar a que las ovejas heridas mejoren, Norberto en el cierre de la charla con el periodista dijo que es imperioso que se tome conciencia del drama que para el ganadero es un ataque de esta naturaleza: "Vivimos con el corazón en la boca, no sabemos qué hacer y sentimos que estamos solos".

Ovinos atacados en la zona de Barras de Pedrera.

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