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Según las calificadoras de riesgo Rusia entró en default, pero Moscú lo niega
Según las agencias de noticias especializadas en finanzas Bloomberg y Reuters, Rusia habría entrado en default al incumplir el pago de un vencimiento por unos 100 millones de dólares en concepto de intereses de deuda soberana emitida bajo legislación extranjera que operó este domingo, tras vencer un plazo de gracia de 30 días que comenzó el 27 de mayo pasado. "Estas declaraciones sobre el impago son absolutamente ilegítimas, el pago se realizó en mayo", señaló el vicepresidente del Senado ruso, Konstantín Kosachov.
Forzada por las sanciones económicas y su exclusión de la Sociedad de Intercambio Internacional Interbancaria de Comunicaciones Financieras (SWIFT, por sus siglas en inglés), Rusia concretó el pago en rublos, según anunció el jueves pasado el Ministerio de Finanzas del país. Se trata de intereses de eurobonos con vencimiento en 2027 y 2047, que Rusia transfirió al Depósito Nacional de Liquidaciones de Rusia (NSD, por sus siglas en inglés).
Según la norma aprobada por el presidente Vladimir Putin, Moscú considera cumplido el pago. Los fondos, establece el decreto, se mantendrán en cuentas especiales hasta que los inversores demuestren ser los titulares de los papeles, luego de lo cual podrán solicitar el permiso para convertir y repatriar los fondos, había comunicado en su momento el Ministerio de Finanzas. De esta forma, Moscú niega haber incurrido en el incumplimiento.
Moscú argumenta que la negativa del Departamento del Tesoro a prolongar una licencia que había concedido a Rusia tras las primeras sanciones que siguieron a la invasión a Ucrania impidió que el dinero depositado en el NSD –el depositario central de valores que integra el grupo de la Bolsa de Valores de Moscú– llegara a los propietarios de los eurobonos.
De allí que el argumento del Ministerio de Finanzas ruso afirme que se trata de un colapso artificial del sistema de pagos internacional, subraye que el país siempre manifestó su voluntad de cumplir y precise que incluso ofreció a los tenedores abrir una cuenta en dólares o euros en su tercer mayor banco, Gazprombank, y una segunda en rublos.
En lo inmediato, el polémico default tendrá escasas consecuencias en la economía del país. La deuda externa rusa es del orden de los 40 mil millones de dólares –una de las más bajas con relación del PBI del país–, solo la mitad está en poder de inversiones extranjeros y sus reservas internacionales rondaban los 640 mil millones de dólares a principios de este año, aunque casi la mitad está congelada en el exterior como consecuencia de las sanciones.
Por su parte, el Ministerio de Finanzas ruso aseguró que el país, a pesar de las restricciones, continuará cumpliendo con las obligaciones de su deuda pública, aunque reiteró que debido al congelamiento de fondos y a la exclusión del SWIFT lo seguirá haciendo en rublos. El titular de la cartera, Antón Siluánov, aseveró que, aunque las restricciones lleven a un impago técnico, este "no les afectará" a los rusos y "nada cambiará" para ellos.
La situación no deja de ser paradójica. Moscú siempre pagó su deuda externa y solo 1998, tras el colapso de la Unión Soviética, cuando Rusia heredó en solitario una deuda de 70 mil millones de dólares debió declararse en default. Era el fin de la caótica década del 90. Doce años después, Rusia volvió a los mercados financieros internacionales. A partir de ese momento se abrió un nuevo capítulo en el que, gracias a la suba de los precios del petróleo y el gas, el país acumuló reservas y cerró definitivamente el capítulo del default con los últimos pagos efectuados en 2017.
