A las 14:15 de este jueves 29 de diciembre, los policías Emilio Sebastián González y Victoria Suárez, de Maldonado, recibieron un llamado de emergencia: una bebé de dos años se estaba ahogando en una piscina.
Como estaban dentro del patrullero, se dirigieron hacia la casa para poder hacer el traslado urgente al hospital, indicó el medio local Punta News.
“Llegamos al domicilio y salió la familia entera con la niña en brazos. Todos desesperados. La nena estaba totalmente desvanecida, hecha un trapo. Mi compañera le tomó los signos vitales, pero no tenía”, narró González a El Observador.
Los policías subieron a la niña al auto y aceleraron rumbo al hospital. González era quien manejaba, mientras su compañera iba atrás, con la madre de la niña, aplicándole a la pequeña maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP); los efectivos habían sido instruidos en cursos especiales que la Policía de Maldonado realizó en junio, indicó González.
Durante el viaje, ambos iban con calma y sin nervios, señaló el funcionario de Policía. “Ella [su compañera] iba tranquila de que íbamos a llegar rápido, y yo de que ella estaba haciendo el laburo para el que nos entrenaron”, aseveró.
Pasada la mitad del trayecto, que era de unos 3 kilómetros, la bebé se empezó a recuperar, pero “se desvanecía” a los pocos segundos. Le ocurrió dos veces.
A la tercera vez que despertó, ya en la puerta del hospital, comenzó a llorar. “Ahí entramos con la niña en brazos corriendo para la parte de pediatría, donde ya la estaban esperando los médicos”, comentó el policía.
El policía condujo esos 3 kilómetros en tan solo tres minutos. Tanto para él como para Suárez “fueron los más largos" de sus vidas, afirmó. “Fue tensísimo. No pasaba más”, añadió.
Al llegar estaba con 34°C de temperatura e hipotérmica, detalló. “Por lo que me dijeron los médicos después, si tardábamos 30 segundos más no se salvaba”, expresó.
Una vez la entregaron a los funcionarios de salud, ambos policías se desplomaron ante la situación de estrés vivida.
La niña finalmente se pudo salvar, aunque fue trasladada a un CTI intermedio de Montevideo por precaución, por si hacía una neumonía, acotó el efectivo. No obstante, en la mañana de este viernes la madre y su hija ya estaban esperando traslado de vuelta a Maldonado.
Tanto él como Suárez fueron homenajeados por la Policía de Maldonado a las 11:00 de este viernes por su labor.
En sus ocho años de trabajo, este es el cuarto caso de esta magnitud que González (de 42 años) ha tenido que enfrentar.
El primero fue a las dos semanas aproximadamente de haber entrado a la Jefatura de Policía, y fue bastante similar: “Estábamos con un compañero en patrullaje a pie, nos mandaron a verificar un llamado de emergencia por un niño ahogado en una piscina y estábamos lejísimos, a seis cuadras caminando. Fuimos corriendo, llegamos y se estaban llegando al bebé en una camioneta. Fuimos al hospital y no sobrevivió. Tenía un año”, recordó el efectivo.
Por eso, el rescate de este jueves se sintió como "el broche de oro" para González.
“Después de que vi a la nena llorar, después de que la atendieron, después de todo, me acordé de eso. Son esas experiencias que te marcan estando en la institución; esa fue de las malas que nos marcaron. Esta fue la que dio vuelta todo, en esta pudimos llegar. Me saqué la espina”, concluyó.
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