El expresidente de la República, Luis Alberto Lacalle Herrera, declaró este viernes como testigo en la causa que investiga el asesinato de Cecilia Fontana de Heber, la madre del ministro del Interior, Luis Alberto Heber. "Yo pude haber sido víctima de esto; estuve a punto de tomar la botella con veneno adelante de mis hijos y esas cosas que manda Dios, mi mujer me dijo: 'no tomes', y no tomé", dijo luego de declarar.
Cecilia Fontana de Heber murió envenenada el 5 de setiembre de 1978, tras beber un sorbo de un vino que le había llegado de regalo a su marido Mario Heber, por entonces uno de los principales dirigentes del Partido Nacional.
Tres botellas idénticas de vino Riesling habían sido dejadas unos días antes en la casa de Luis Alberto Lacalle Herrera. Según las tarjetas que las acompañaban, una era para el propio Lacalle, otra para Heber y la tercera para Carlos Julio Pereyra. Solo Fontana bebió de esos vinos, y falleció en forma casi instantánea.
"Después descubrimos que la botella tenía veneno, así que yo hubiera muerto delante de mis hijos. Mi vida no fue la que se perdió pero fue la de mi prima, Cecilia Fontana, yo la quería muchísimo y hasta el día de hoy estamos con esa duda... Cómo se generó esta conspiración, este acto terrible que además podía haber sido cualquiera", aseguró Lacalle.
Lacalle declaró luego de que a fines de setiembre se retomaran las audiencias. "45 años después volví a contestar lo que me preguntaron acerca de los detalles, yo soy testigo y casi víctima", sostuvo y agregó que "ojalá" el caso finalmente tenga resolución.
A fines de setiembre declaró uno de los hijos de Fontana, Mario Heber. El fiscal especializado en delitos de lesa humanidad, Ricardo Perciballe, señaló en ese entonces que “se ha avanzado mucho” en el caso, pero se excusó de dar más detalles.
El caso nunca fue aclarado hasta ahora. La investigación que se realizó en la dictadura no llegó a nada y más bien pareció buscar asegurar la impunidad de los autores del crimen.
El caso fue reabierto en 2006, por una denuncia de Carlos Julio Pereyra. La Policía Técnica había encontrado en 1978 huellas del comisario Juan Ricardo Zabala en una de las botellas, pero el funcionario nunca fue indagado.
Fuentes vinculadas a la investigación señalaron que ahora se ha retomado aquella pista, tal como informó El Observador.
La otra pista sobre la que trabaja la justicia es el análisis caligráfico de las tarjetas que acompañaban a las botellas envenenadas y que decían: "El jueves 31 al mediodía brindaremos por la patria en su nueva etapa. MDN".
En 2010, una pericia realizada por el director de Policía Técnica Roberto De Los Santos señaló que las tarjetas habían sido escritas por María Lemos, funcionaria policial que en la dictadura había revistado en la Dirección Nacional de Información e Inteligencia (DNII).
Sin embargo, cuando el procesamiento de Lemos parecía inminente, su defensa logró que se hiciera otra pericia caligráfica que arrojó resultados opuestos. Llevada adelante por el oficial Washington Curbelo, ese segundo análisis arrojó que Lemos no había escrito los mensajes.
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