Nicolás Tabárez
Periodista de cultura y espectáculosEspectáculos y Cultura > SERIES
Succession: una danza de nombres, puñaladas por la espalda y una lluvia de sorpresas
Advertencia: esta nota tiene spoilers del último episodio de Succession, “Honeymoon states”
Después de una bomba como la del episodio pasado, Succession siguió adelante con otra entrega excelente, donde ahora, haciéndole justicia a su título, empezó un juego sucesorio donde todos los interesados sacaron los colmillos, las garras y las armas para hacerse con el trono que dejó vacante Logan Roy con su muerte.
El cuerpo todavía está tibio, pero ya en el propio velorio del finado patriarca tanto sus hijos como los integrantes de primera línea de la directiva de Waystar Royco corren para posicionarse como presuntos herederos, colgándose de cualquier cable posible para justificar su elección. Con la antigua casa de Logan en Manhattan como escenario casi único para el episodio (casa que ya ha sido vendida de palabra a Connor, además), la mesa quedó servida para una nueva etapa del juego de tronos que será quizás incluso más sanguinaria que la que hubo hasta ahora.
A continuación, algunas consideraciones —que se repetirán semana a semana, cada lunes— de lo que dejó el nuevo episodio de Succession.
Episodios anteriores
Una de fantasmas
La sorpresiva muerte de Logan Roy nos dejó a todos más tiesos que él, pero su ausencia carnal de ahora en más no implicó una desaparición completa del relato, sobre todo porque su sombra y su legado siguen pesando sobre sus herederos. Aunque a los involucrados les gusta más el poder que un plato de comida (y eso que tienen acceso a muy buena comida), los designios de Logan siguen teniendo peso en la decisión final de quién se convertirá en el nuevo CEO de la empresa familiar, el gran debate de este capítulo. Un puesto interino, sí, pero vaya a saber interino hasta cuándo.
La discusión, que ya ocupa el centro del velorio desde las primeras de cambio, tiene un punto de quiebre cuando Frank encuentra una hoja redactada y firmada por Logan que tiene como punto más candente la designación de Kendall como nuevo director. Solo que en algún momento posterior a esa redacción, Logan rayó encima del nombre. ¿Lo subrayó o lo tachó? Nadie está 100% seguro. Kendall lo vuelve a mirar al final del capítulo y la opción del tachado parece la correcta, pero él hace como el Tornado Alonso en Qatar 2022 y #ElijeCreer. Y ya sabemos cómo terminó el Tornado.
El mundo post-Logan se ve también en las figuras que dependían directamente de él: su guardaespaldas y chofer Colin – “es como un perro al que le falta el humano” – y su asistenta y amante Kerry, que no solo aparece devastada en medio del velorio, sino que además es barrida debajo de la alfombra y expulsada por la puerta de atrás por Marcia, la viuda de Logan que regresa después de una larga ausencia, dispuesta a reclamar su tajada y a afirmar su posición entre los deudos.
Los hermanos sean unidos
Las cuestiones familiares son el envoltorio ideal para el núcleo crocante de lo que pasó este domingo, que fue determinar el futuro de Waystar Royco tras la desaparición de su fundador y principal responsable de que todo, mal que bien, siguiera funcionando y creciendo. Lukas Matsson aprovechó la movida para jugar sus cartas y torcerles un poco el brazo a Kendall, Roman y Shiv, y la opción de vender la compañía parece haber perdido algo de pie, aunque esto sigue siendo una gran incógnita a futuro.
Antes de que eso suceda hay que definir quién capitanea el barco, con dos bandos bien definidos: de un lado los tres hermanos, y del otro los veteranos Frank, Gerry y Karl. Todos se postulan, pero el papelito en cuestión inclina la balanza a favor de Kendall. A él se suma Roman, apelando a su cercanía con el padre y con Matsson, lo que lo convierte en el enlace ideal para concretar el trato y dar rienda suelta a los hermanos para mantener la rama de medios del conglomerado y hacer lo que se les dé la gana en ese rubro.
La jugada deja afuera de la dirección a Shiv, que en principio parece encajar bien el golpe: no está a favor, pero si la mantienen en un rol de toma de decisiones y sabe todo lo que sucede adentro de la empresa, perfecto. Pero en el fondo y no tan en el fondo, sabe que le acaban de cerrar la puerta en la cara, y que la alianza eficaz que los tres habían construido ha dejado de ser tal.
Al comienzo del episodio tanto ella como nosotros nos enteramos de un dato adicional: ¡Shiv está embarazada! Uno no sabe si felicitarla o darle el pésame a juzgar por su reacción, pero no será un dato menor si se lo suma con un cara a cara que tiene con Tom durante el velorio. Un intento de acercamiento de parte de su ¿ex? que ella rechaza pero que puede ser la primera piedra de una alianza edificada en conjunto y que implique una reconciliación matrimonial por conveniencia para dar un golpe de estado en la junta de Waystar.
Alianza que también le vendría bien a Tom, que tras la muerte de Logan quedó huérfano a nivel empresarial, convertido en el último orejón del tarro de potenciales CEO, como le recuerda Karl cuando tira un “si mi nombre es solución…” a sus colegas.
Más allá de todo el jugo y la intriga que tuvo este cuarto episodio, fue también un brillante ejercicio de comedia. Por un lado, las torpezas habituales del primo Greg, más bizarro e incómodo que nunca, pero también nervioso por su posible caída en desgracia definitiva, y por otro, momentos hilarantes como las reacciones a los obituarios de Logan por parte de sus hijos. Un momento también bastante tierno y certero, porque si hay instancias que se prestan para el humor como herramienta sanadora, son los velorios y su incomodidad intrínseca.
Las risas desaparecieron en el último minuto, sin embargo. Kendall aprovechó un traspié de Hugo, el responsable de comunicación de la empresa, para chantajearlo y jugar por su cuenta la carta de destrozar la imagen de su padre para edificar sobre sus cenizas la suya propia y lavar su figura de cara al público. La paz se ha terminado.
