Tabaré Rivero: "La única forma de transgresión es hacer las cosas bien”

Este nuevo trabajo marca su regreso al estudio desde el disco Cabarute, y tras la reedición de sus dos primeros discos, Sigue siendo rocanrol y Rocanrol del arrabal.

En entrevista con El Observador, Tabaré Rivero habló sobre su nuevo disco, la transgresión y su relación con el rock.

Este es el primer disco de estudio desde Cabarute (2008), ¿cómo fue volver a componer?
Es difícil a esta altura. Cuando era joven y no había grabado un disco tenía la urgencia de componer por necesidad natural. Con el correr del tiempo esa fiebre se va mejorando. Ya no la tengo, pero lo hago con gusto. Pero ya los tiempos son otros y cuando querés acordar pasó un año y solo tenés escritas cuatro canciones. Por eso me llevó mucho. Y también llevó otro tiempo con la banda para ponernos de acuerdo sobre cómo encarar el disco. Si bien yo compongo las canciones, es la banda la que le da el condimento para que la canción suene heavy, pop, rock o chacarera.

¿Cómo decidieron el rumbo de este nuevo disco?
Tuvimos muchas charlas y ensayos. Porque tener una banda también es charlar y charlar y ponerse de acuerdo. Sobre todo cuando uno no es autoritario y trata de ser una banda de verdad, no un solista acompañado. Todos aportan lo suyo y por suerte, como son más jóvenes que yo, escuchan música más moderna. Resultó siendo un disco diferente a todos los anteriores, cosa que me encanta. Es una característica de La Tabaré también.

A lo largo del disco parece haber un hilo conductor, que es la crítica a diferentes situaciones, como el rock o la apatía laboral. ¿Es algo consciente?
Hay un hilo conductor en cuanto a la crítica desde el primer disco de La Tabaré a este último. Pero que no es una protesta, sino dar una opinión. Doy mi punto de vista sobre el trabajo, cuestiones políticas sociales. Creo que doy una opinión con respecto a todo (risas). He opinado siempre. Incluso cuando escribo sobre el amor, que es algo que no me caracteriza. No puedo evitarlo.

El amor aparece en este disco, con el texto Enamorarse tanto. Pero es un amor explosivo.
Es un amor feroz, de enamoramiento absoluto. Querer amar todo de cualquier manera, a costa de lo que sea. Yo creo que el ser humano tiene que reventar por dentro. Y por eso se llama así el disco. Así decía Tadeusz Kantor, un director teatral maravilloso: el artista debe explotar por dentro. El que no explota no es un verdadero artista. Tiene que hacer implosión para sacar toda la verdad de su arte. De lo contrario se queda en un tipo que compone cancioncitas o un actor que interpreta su personaje de manera light. El artista que siente es el que de verdad se la juega.

¿Ese reventar se manifiesta con sus opiniones y su impresión sobre las cosas?
Creo que sí. Creo que soy un tipo, primero e innatamente, reventado con el arte. Y luego, ya tomando conciencia de que esa es la manera en que a mí me gusta. Hay que hacer implosión. Dejar el alma por lo que uno siente.

Hay un texto que tienen en su web que dice “si el rock no fuese un negocio tan sucio, esto podría ser rock”.¿Qué podría ser La Tabaré entonces?
No tengo una descripción. Habría que inventarle un término y el rock ya tiene demasiados. Creo que el rock se ha convertido en un negocio pura y exclusivamente, igual que el fútbol. La música pasa desapercibida frente al glamour que hay detrás. Y desaparecieron las ideas. Cuando uno empezó a escuchar era eso: pura ideología, cantada con furia eléctrica o guitarras acústicas. Todo era rock. Hoy por hoy priman otras cosas, de todo menos ideología. Con esto no quiero decir que sea mejor lo de antes que lo de ahora. Digo que como yo viví mi adolescencia y me marcó otra cosa, es lo que extraño, lo que valoro. Uno trata de adaptarse para no sufrir, pero no cambiar las ideas que uno tenga para hacer negocio.

¿Hay alguna manera de transgredir dentro del rock?
Yo creo que hoy por hoy la única forma de transgresión es hacer las cosas bien. En un mundo donde se hace todo mal y con falta de respeto, ya se transgrede sin querer. La única manera de transgredir es respetar. Tener respeto y amabilidad con la gente, que es lo opuesto al rock que me enseñaron a mí: el roquero que era un rebelde que escupía en la calle. En ese sentido me he adaptado a los tiempos. Pero creo que me adapté yo solo, porque hay roqueros que todavía piensan que el sexo, drogas y rock n’ roll es transgresión. Cuando en realidad es un eslogan maravilloso que no hace más que tratar de vender discos.

Se ubica entonces fuera del rock, ¿cómo sería entonces su relación con él?
Es muy conflictiva. Por momentos pensé en deshacerme del rock por completo, pero tuve que dejar de mentirme a mí mismo y decir: es la música que más me gusta, la que me marcó la vida. Pero no me puedo considerar un músico exclusivamente de rock si pasa a ser una música para alentar hinchadas de estadio. Hay muchos músicos uruguayos que han hecho canciones para eso. Y me da un poquito de vergüenza. No quiero tenerlos como colegas, pero no tengo más remedio. Porque lo que yo hago a veces es rock.