En solo dos años los estadounidenses de Soja pasaron de llenar La Trastienda a tocar en el Teatro de Verano. Con una popularidad creciente en todo el mundo, la banda fundada en 1997 se transformó en la abanderada del nuevo reggae en un momento donde el género no goza de amplia popularidad a lo ancho del globo.
Con el irrepetible Bob Marley como faro, Soja cultivó una personalidad musical que a través del marco clásico del reggae y la crítica social intenta concientizar a su público. Con su último disco, el nominado al Grammy Amid the Noise and Haste (2014), demuestra esta intención al mismo tiempo que apuesta a sonar en las radios con un sonido atractivo.
"Nos ha abrumado el tamaño de las audiencias", explicó a El Observador el vocalista Jacob Hemphill en referencia a sus consecutivas visitas a Uruguay. "Pero las cosas sobre las que cantamos creo que conciernen a todo el mundo. Todos saben que las cosas están mal. Hay una enfermedad en nosotros como sociedad humana. Creo que hay personas en todos los países del mundo que lo sienten. Así que pienso que esa es la razón de nuestro éxito".
Soja es una de las pocas bandas que pueden hablar con propiedad de una "gira mundial", ya que incluir países latinoamericanos es parte obligatoria de sus viajes. "Sudamérica está pasando por muchos cambios en este momento. Políticos, ambientales y sociales. Y de eso se trata también Soja. Por eso tiene sentido que giremos por Sudamérica seguido", afirmó Hemphill.
Es por esto que tratar de vencer las diferencias idiomáticas y hacer que su mensaje se escuche más claramente es uno de sus objetivos. "Esto es aún más importante ahora", sostuvo el cantante. "Mientras más personas nos escuchen, mayor es la responsabilidad para conectar y relacionarnos con el público. Quiero dejar este mundo un poco mejor de como estaba cuando lo encontré. O al menos intentarlo".
Hemphill se acercó a la música a través del hip hop. En su adolescencia empezó a rapear junto al bajista Bobby Jefferson hasta que el reggae los conquistó con su mensaje más profundo y menos hedonista. "El reggae parecía más grande", afirmó Hemphill. "Como algo que tal vez podía cambiar el mundo. El reggae parecía algo incluso más grande que la música".
Desde entonces, Bob Marley se transformó en su modelo a seguir. Y de la cultura rastafari sacaron su nombre: "Soldiers of Jah Army". "Bob era el humano máximo", dijo Hemphill. "Nos pertenecía a todos. Todos se sienten identificados con él. Creo que es el mejor compositor de todos los tiempos, simplemente porque apelaba a todos y a cada uno. Ese es el fin de mi música: tratar de que las personas se vean reflejadas. Él es mi héroe todavía, en muchos sentidos".Inicio de sesión
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