Treinta años y sigue la magia

Todo cambió desde que Mandrake Wolf sacó ese disco y cassette con El cuarteto de Nos, en 1984. Alberto Wolf también cambió, pero mantuvo la tenacidad de dedicarse a la música. Treinta años después tiene una obra muy propia, que viaja por el rock, el reggae, la bossa, el candombe y hasta la murga y las fusiones que sean necesarias.

A través de su carrera ha cimentado un núcleo de seguidores muy fieles y desde hace algunos años surgió una nueva camada de hinchas de su música, enganchados por alguno de sus temas relativamente recientes, como De esos dos, una pintura de un Montevideo cosmopolita, aunque muy muy lejos de lo turístico.

Alberto Wolf es un buen músico, en sus mejores momentos excelente, necesario. La banda Alberto Wolf y los Terapeutas suena convencida y convincente, sin perder el fuego necesario para conectarse con un público que crece y se hace más diverso.Daniel Jacques(bajo), Pedro Alemany (guitarras), Luis Jorge Martínez (batería) y Gonzalo Gravina (teclados), logran un sonido de muy alto nivel.

Wolf es autor de temas que se convirtieron en íconos como Amor profundo, –una canción que muchos creen que es de autoría de Jaime Roos, quien la popularizó en su disco Contraseña– Miriam entró al Hollywood, un prodigio de hondura y precisión descriptiva; De Desesperados, la citada De Ellos dos y Cococho, entre otros.

El disco que cumple 30 años es una rareza: el primer disco de dos artistas en un mismo vinilo, uno en la cara A y otro en la cara B. Ahora se anuncia una reedición en CD de ese trabajo seminal.

Alberto Wolf fue reconocido con varios premios como músico nacional en varias categorías desde 2009 en adelante, esa especie de revival de reconocimiento del músico en el siglo XXI: mejor productor, mejor compositor, mejor álbum de rock, mejor álbum del año (2009 y 2013, por De y Monstruo, respectivamente) y Mejor DVD musical, en 2013.

El músico también logra una comunicación muy cercana con su público con una especie de carisma o tal vez anticarisma, por el cual se muestracon una falta de afectación muy inusual.

Se comporta, en sus entrevistas, como un personaje de sus canciones: “Leer me hace pensar. Antes tenía una máquina de escribir y escribía, pero la perdí en una mudanza. Y la computadora no me gusta, metés el dedo mal y perdés el archivo”, dijo en 2009 a El Observador. ese universo vernáculo entrañable que edifica en su obra existe y el músico lo habita.

A juzgar por la calidad del concierto de su 25º aniversario musical, se puede adelantar que el recital de mañana en la sala Zavala Muniz, del teatro Solís, va a ser un buen rato de muy buena música uruguaya.