El Tribunal de Apelaciones en lo Penal de 1° Turno otorgó prisión domiciliaria con la utilización de tobillera electrónica al sacerdote de Minas imputado por abuso sexual de dos niñas, informaron a El Observador fuentes judiciales.
El Tribunal no concedió la prisión preventiva que solicitó la fiscal del caso, Tania Vidal, en la audiencia de formalización realizada el pasado 4 de febrero. El cura cumplirá la medida en Montevideo, y además se le impuso la prohibición de acercamiento a la madre de las víctimas o a las niñas.
En la audiencia donde fue imputado, la jueza Lucía Granucci rechazó la prisión preventiva que había solicitado la fiscalía como medida cautelar, e impuso en cambio que el cura fijara domicilio y se presentara una vez por semana en la comisaría. Por esta razón, Vidal apeló el fallo.
Los hechos fueron denunciados en setiembre de 2019, luego de que las niñas -de 9 y 13 años- contaran lo que les ocurría a su hermano mayor.
De acuerdo a lo establecido por la fiscal, el imputado mantenía "una relación de amistad" con la madre de las niñas abusadas, cuya casa solía frecuentar porque ayudaba económicamente a la familia. El cura "concurría asiduamente al hogar llevando consigo alimentos y bebidas alcohólicas", dictaminó la fiscal, según el resumen de su dictamen.
Y fue "en esas circunstancias" en que "el imputado mediante la intimidación y el abuso de poder que ostentaba en virtud de oficiar como referente religioso de la familia, en reiteradas ocasiones realizó tocamientos de índole sexual a las víctimas".
Uno de las declaraciones de las niñas señalaba que en una oportunidad el cura entró al cuarto de una de ellas para abusarla sexualmente. "La víctima salió corriendo de su habitación aterrorizada y logró encerrarse en el baño".
En diciembre pasado, el obispo Milton Tróccoli se enteró del hecho luego de la citación de la justicia, algo que fue comunicado por el cura implicado. Enseguida lo apartó del ministerio sacerdotal y dispuso que fuera trasladado al hogar donde viven sacerdotes ancianos ya retirados de la actividad. Allí estuvo hasta que este jueves fue citado a comparecer.
En un comunicado difundido por el Obispado de Minas, se informó que el sacerdote declaró ante la Justicia "no haber cometido tales actos", y que continuaba "a disposición la línea telefónica 095 382 465 y el mail [email protected], para recibir denuncias de abusos sexuales cometidos contra menores por parte de sacerdotes y personas consagradas de todo el país".
En tanto, la Fiscalía de Lavalleja junto a la Unidad de Víctimas y Testigos abrieron una línea telefónica para recibir consultas y denuncias referidas a casos similares de abuso sexual. Se trata del número 092 42 35 22 que será atendido de 10 a 17 horas.
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