La plataforma de reserva de vehículos con conductor Uber tropezó este viernes en su entrada en la Bolsa de Nueva York. El estreno se inició con una cotización de US$ 42 por acción, tres dólares menos del precio que la compañía había fijado el jueves por la noche.
Esa caída fue una decepción y golpeó la estrategia de Uber de ofrecer su salida a un precio conservador de US$ 45 por acción, para no replicar el hundimiento en el mercado de los títulos de su rival Lyft Inc., que debutó en marzo con un alto precio de colocación. Finalmente los papeles terminaron cotizándose a US$ 41,57, casi un 8% abajo.
La pobre respuesta del mercado ocurre en un contexto de mayor tensión comercial entre Estados Unidos y China, y un mayor escepticismo entre los inversores sobre la capacidad de la compañía para volverse rentable pronto.
El presidente ejecutivo, Dara Khosrowshahi, y un equipo de ejecutivos de Uber estuvieron en el parqué de la Bolsa de Nueva York para marcar el inicio de las cotizaciones. También participó el cofundador y exCEO, Travis Kalanick, quien renunció en 2017 bajo presión de los inversionistas.
En una entrevista para el canal financiero CNBC, Khosrowshahi explicó que el precio de US$ 45 para la acción reflejaba "un entorno incierto" y así anticipó una posible caída del título. "Hemos considerado que ese precio reflejaba el entorno económico y ese entorno económico es incierto actualmente", declaró. "Queremos inversores que apuesten a largo plazo".
Los días previos a la salida a bolsa se vieron empañado por varios obstáculos, que incluyeron más regulaciones en varios países y disputas con conductores por los salarios.
La cautela de Uber se debe a los problemas de su principal rival en Estados Unidos, Lyft, que el jueves cerró en US$ 55,18 en Wall Street, muy por debajo de su cotización de US$ 72 en su debut a finales de marzo.
Los círculos financieros dudan de la rentabilidad de esas plataformas que registran pérdidas cuantiosas y multiplican las promociones para atraer y conservar a los clientes.
Tras años de crecimiento rápido, empañado por escándalos que ensombrecieron su imagen, la llegada a Wall Street de Uber, el líder de su sector y una empresa conocida en numerosos países, suscita mucho interés entre los círculos financieros.
La operación se da un momento clave para Uber y Khosrowshahi, nombrado para mejorar la reputación del grupo y permitirle lograr beneficios, en un sector cada vez más competitivo y con márgenes inciertos debido a las numerosas promociones para lograr clientes y a las concesiones hechas a los conductores.
En documentos bursátiles publicados recientemente, Uber anticipó ingresos de unos US$ 3.000 millones y pérdidas cercanas a los US$ 1.000 millones en el primer trimestre de 2019.
Para ser rentable la compañía se diversifica lanzando servicios de entrega de comidas a domicilio, patinetas y bicicletas. Su nuevo objetivo es convertirse en el Amazon del transporte.
Pero su actividad afronta varios elementos de incertidumbre: la competencia, las amenazas legales y normativas y los conductores, que estuvieron en huelga y se manifestaron en varias ciudades estadounidenses el miércoles, alegando que la entrada en bolsa de Uber iba a enriquecer a los accionistas, sin que ellos recibieran un sólo centavo.
(Con información de AFP y Reuters)
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