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Un lunes movido en medio de la emergencia sanitaria: ómnibus llenos, colas en bancos y comercios
Lunes. Tres de la tarde. En la parada de la avenida Rivera y Francisco Soca hay seis o siete personas esperando el ómnibus. Dos tienen tapabocas. Ninguna guantes. En la agencia del Banco República decenas de personas hacen fila para entrar. La escena se repite en el Redpagos de la cuadra, donde el ingreso es de a dos o tres personas, mientras el resto hace fila —manteniendo como mínimo un metro de distancia— en la calle.
Es el primer día hábil después de Semana Santa y el cambio en "la calle" se nota. "Percibí que hoy, quizás, alguna gente aflojó el músculo y tengo que volver a insistirle —y pido disculpas porque sé que es distorsivo— que se quede lo más posible en su casa", dijo en la noche del lunes el secretario de Presidencia, Álvaro Delgado, en una entrevista en Todas Las Voces de Canal 4.
La emergencia sanitaria ya cumplió un mes y este lunes también fue el primer día hábil desde que el gobierno exhortó a la población a usar tapabocas para viajar en el transporte público, con la promesa de que estarían disponibles para repartir en cada una de las unidades.
Sin embargo, el pedido que hizo el viernes Delgado no se cumplió y en las líneas en las que viajó El Observador no había tapabocas disponibles.
La línea G de Coetc que recorre la avenida Rivera desde el barrio Malvín llega a la parada de Soca con unas 30 personas a bordo. El conductor no tiene tapabocas ni guantes y el recipiente de alcohol en gel está al costado del dispensador de boletos.
En esta unidad, menos de la mitad de los pasajeros tienen tapabocas. Solo uno lleva la boca tapada y guantes. Como recomendaron las autoridades en las últimas semanas, no hay cortinas en el ómnibus y las ventanas van abiertas. Una señora tose con su puño cerrado sobre la boca y la joven que está a su lado la mira nerviosa. Ella sí lleva tapabocas.
En Fernández Crespo y Colonia sube al ómnibus un hombre de unos 30 años. Junto con él lo hacen varias personas más. Tiene un tapabocas azul que parece fabricado en casa, vaqueros, una campera deportiva y un gorro de visera echado para atrás. Apenas se sienta, saca un alicate y empieza a cortarse las uñas.
Ya en la plaza Primero de Mayo, la línea 169 de Cutcsa parte con 10 personas. El conductor lleva tapabocas, pero en esta unidad no hay alcohol en gel a la vista. Tampoco los tapabocas para pasajeros.
En la parada siguiente se suben otras 10 personas, menos de la mitad con tapabocas y la tendencia se repite a lo largo del viaje.
Por la avenida general Flores la actividad parece normal y salvo algunos comercios el resto abrió sus puertas. A los supermercados y farmacias abiertas se le suman ferreterías, mueblerías y varias tiendas de ropa. En los bancos que están sobre esa avenida hay decenas y decenas de personas esperando para entrar.
En 18 de Julio la escena es la misma. Decenas de personas en las paradas, colas para entrar a los supermercados y también casas de cambio. La línea 103 de Cutcsa llega a 18 de Julio y Convención prácticamente vacía y si bien la conductora lleva tapabocas, lo tiene colgando al cuello. El alcohol en gel está contra su ventana, fuera del alcance de los pasajeros.
Unas cuadras después, en 18 de Julio y Martín C. Martínez, el ómnibus va lleno. Como en el resto, pocos llevan tapabocas.
El lunes 13 de abril también fue especial porque más de 40 mil obreros de la construcción retomaron sus actividades, luego de que el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, las cámaras empresariales y el sindicato llegaran a un acuerdo para aplicar protocolos de higiene en las obras.
Por esa razón y por la llegada de los "primeros fríos" el gobierno decidió duplicar las frecuencias en las "horas pico" de las líneas más concurridas.
Sin embargo, los principales corredores de la ciudad —partiendo desde Centro y Ciudad Vieja— van con su capacidad de pasajeros sentados colmada y en algunos casos llenos.
José Fazio, dirigente de la Unión Nacional de Obreros y Trabajadores del Transporte (UNOTT), señaló a El Observador que la frecuencia de este lunes en Montevideo fue similar a la que había antes de Semana Santa, comparable con un sábado sin coronavirus.
El dirigente afirmó que será necesario evaluar la venta de boletos que hubo el lunes, teniendo en cuenta que 40 mil trabajadores de la construcción retomaron sus tareas y que puede ser necesario reforzar las frecuencias.
Respecto a los tapabocas, Fazio contó que el Sistema Nacional de Emergencias (Sinae) entregó este lunes varios miles de tapabocas para las unidades del transporte, tanto urbano, suburbano y departamental.
Sin embargo, aclaró que se repartieron unos 50 por unidad (en algunos casos menos) y que en el primer viaje se agotaron. "No se puede cubrir a la totalidad de pasajeros. Se reparte hasta que se termina", detalló el dirigente, quien recordó que la medida parte del gobierno nacional y de las empresas nucleadas en la Cámara del Transporte. Además, señaló que las mascarillas se repartieron a "requerimiento" de los pasajeros.
"No es algo que se pueda otorgar conjuntamente con el boleto. Desde el primer día sabíamos que no iba a alcanzar", agregó. Para que eso sucediera las empresas deberían darle a los trabajadores una cantidad de tapabocas similar a los boletos que se venden, dijo el dirigente.
De esta manera, exhortó a los usuarios a que suban al transporte con sus tapabocas ya puestos. La Intendencia de Montevideo (IMM) hará obligatorio el uso de tapabocas entre los trabajadores del transporte a partir del 18 de abril. En los próximos días, según dijo en la entrevista con Canal 4 el secretario de Presidencia, aumentará la entrega de tapabocas para el transporte público de Montevideo.
Los datos sobre la venta de boletos del lunes estarán listos este martes, señalaron desde la IMM. La cifra global, desde el 13 de marzo, da cuenta de una baja de 80% en la venta de boletos, producto de la suspensión de clases, la promoción del teletrabajo en muchas empresas y el freno en industrias como la construcción y el comercio.
El director de Transporte de la intendencia, el economista Gonzalo Márquez, explicó en Twitter que la cantidad de pasajeros que continúa viajando en ómnibus no es homogénea y varía según varios factores, entre ellos los barrios. El jerarca señaló que cuanto más favorable es el "entorno socio-económico" del barrio, "mayor es la caída en los pasajeros transportados".
Márquez también concluyó que las "horas pico" cambiaron desde que se decretó la emergencia sanitaria. Hoy el "pico" está sobre las 13 y las 15 horas, mientras que antes eso se daba entre las 16 y las 18 horas.
