Faltaban solo 4 minutos para que se terminara el partido amistoso ante Deportivo Maldonado. Peñarol había jugado un buen primer tiempo en el Campus, pero había bajado mucho en el segundo, tal como había acontecido el viernes de la semana anterior contra Belgrano de Córdoba, aunque allí, la gran cantidad de cambios le había jugado en contra. Solo 4 minutos y una semana de entrenamiento y se venia el Campeonato Uruguayo.
Esta lesión de Urretaviscaya se suma a una larga lista de futbolistas sentidos en el club en lo que parece ser ya una maldición. Alguno de ellos, de gravedad, otros, con desgarros que duraron meses.
Los aurinegros intentan llegar a un acuerdo con Monterrey para extenderle el contrato hasta fin de año, ya que el jugador había firmado hasta fines de junio próximo. Además, también pretenden que sea intervenido en Montevideo por Daniel Rienzi.
Durante los meses que se encuentre de baja debido a esta lesión, el sueldo del futbolista deberá correr por cuenta de Peñarol por lo que está firmado en el contrato, según comentó una fuente del club a Referí.
Walter Gargano ha sido el futbolista que más mala suerte tuvo desde que arribó a Peñarol.
En marzo de 2018 jugando en el Estadio Luis Tróccoli ante Cerro, se le trancó la rodilla derecha en el césped y se rompió los ligamentos cruzados de la misma.
La lesión llegaba además en el peor momento –como ahora la de Urretaviscaya–, ya que el club estaba a punto de comenzar su actuación en la Copa Libertadores de América.
Cuando la recuperación venía muy bien, trotando y haciendo bicicleta y musculación en Los Aromos, tuvo un accidente en su casa con uno de sus hijos, por lo que se lastimó un menisco y tuvieron que operarlo nuevamente ahora de esta dolencia, lo que hizo que esa buena recuperación que tenía hasta el momento, se retrasara.
El 16 de octubre de 2018, Gargano volvió a las canchas. Fue en Las Acacias una mañana ante la Tercera división de Defensor Sporting. El técnico de entonces, Diego López, y varios compañeros, lo fueron a ver.
Después de esos siete meses, pudo volver al fútbol y llegó con todo a la definición del Uruguayo que ganó Peñarol.
Lucas Viatri estuvo a punto de dejar el fútbol. Es que en la Nochebuena de 2017, celebrando con su familia en Argentina, sufrió una lesión en la retina de uno de sus ojos luego de que un petardo le explotara en la cara.
Esto llevó a que Peñarol esperara pacientemente su evolución durante ocho meses y una tarde retornó en el Parque Saroldi ante Racing casi a fines de julio de 2018.
Había sido una baja significativa para el equipo, no solo a nivel local, sino que también se perdió la Copa Libertadores de América.
A fines de 2019, el club aurinegro decidió no renovarle contrato y firmó con Colón de Santa Fe.
Mathías Corujo se lesionó defendiendo a Peñarol en la Copa Libertadores de 2018 ante Atlético Tucumán como visitante. Sucedió a principios de mayo de aquel año.
No fue una lesión más. Fue doble: experimentó rotura de ligamento cruzado anterior, rotura de ligamento lateral externo y rotura de tendón del popliteo.
Un año y casi un mes después, Corujo retornó a las canchas. Regresó el 26 de mayo de 2019 ante Progreso en el 2-2 en el Estadio Campeón del Siglo por el Apertura pasado.
Finalmente, no se fue de la mejor manera del club –o por lo menos así lo sintieron la mayoría de los dirigentes–, ya que le reclamó US$ 750.000 que la institución le debía, a cobrar antes de que comenzara el Torneo Clausura pasado.
En 2019, Peñarol padeció algunas lesiones de futbolistas importantes, las que si bien no fueron graves como las anteriores, los dejaron varios encuentros fuera de las canchas.
El líder de este equipo, el capitán Cristian "Cebolla" Rodríguez, al mes de setiembre pasado, se había perdido 14 encuentros según un relevamiento que realizó entonces Referí.
De allí en adelante, incluso, se perdió seis partidos más, entre ellos, los decisivos contra Progreso y Cerro Largo –que pudieron darle el título del Uruguayo a Peñarol– y la final del Clausura ante Nacional y la definición del campeonato también ante los tricolores.
Tampoco pudo estar en los encuentros decisivos contra Progreso, Cerro Largo y la final del Clausura ante los tricolores, el arquero Kevin Dawson por un desgarro en el gemelo interno.
En ese periplo final, cuando más se necesitan los futbolistas de fuste, tampoco estuvo Xisco Jiménez. Ni ante Progreso, ni ante Cerro Largo pudo estar por una contractura en el muslo. Como se escribió, si Peñarol le ganaba a esos dos rivales, era campeón uruguayo. Pero ante Progreso apenas empató 0-0 en un muy mal encuentro. Al arachán le ganó en la hora.
Pero a ellos se le puede sumar Ignacio Lores, quien se desgarró en la primera fecha del Clausura a los 10 minutos ante Defensor Sporting y el grado de la lesión fue tal, que además de ese, se perdió ocho encuentros más.
Por su parte, Fabián Estoyanoff padeció gran parte del año de una lumbalgia que lo tuvo a mal traer y se perdió varios partidos.
Peñarol sigue con la maldición de las lesiones. No tiene paz.
Mientras tanto, los dirigentes consultarán a Diego Forlán para ver si contratan a un nuevo futbolista en lugar de Urretaviscaya –ya había cerrado el plantel– o si quizás, como indicó un dirigente a Referí, buscar a un delantero teniendo en cuenta la falta de gol que tiene el equipo este año, al igual que en 2019.
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