Alberto Fernández llegó manejando hasta la sede del Congreso de la Nación en la avenida Entre Ríos en Buenos Aires para en un acto parlamentario breve y desprovisto de excesivos formalismos, asumir la presidencia de la República Argentina que inauguró con un discurso moderado y a la vez firme, ambicioso y también realista, recorrido de principio a fin por el respeto a las diferencias, la unidad de todos los argentinos y la ubicación "privilegiada" de quienes "han quedado atrapados en el pozo de la pobreza".
En las siguientes viente frases se condensan ideas centrales del mensaje del nuevo presidente argentino, electo para un período de cuatro años hasta fines de 2023:
Quiero iniciar estas palabras reivindicando mi compromiso democrático que garantice entre todos los argentinos, más allá de sus ideologías, la convivencia en el respeto.
Vengo a convocar a la unidad de toda la Argentina en pos de la construcción de un Nuevo Contrato de Ciudadanía Social.
Tenemos que superar el muro del rencor y del odio entre argentinos. Tenemos que superar el muro del hambre que deja a millones de hombres y mujeres afuera de la mesa que nos es común. Y, finalmente, tenemos que superar el muro del despilfarro de nuestras energías productivas.
Tenemos que suturar demasiadas heridas abiertas en nuestra Patria. Apostar a la fractura y a la grieta significa apostar a que esas heridas sigan sangrando. Actuar de ese modo, sería lo mismo que empujarnos al abismo.
Quiero ser capaz de corregir mis errores, en lugar de situarme en el pedestal de un iluminado.Yo vengo a invitarlos a construir esa sociedad democrática.
Más allá de las diferencias, estoy seguro de que todas y todos coincidimos en que comenzar a superar el muro de las fracturas de la Argentina implica crear una ética de las prioridades y las emergencias.
Más de 15 millones de personas sufren de inseguridad alimentaria en un país que es uno de los mayores productores de alimentos del mundo.
Sin pan no hay presente ni futuro. Sin pan la vida solo se padece. Sin pan no hay democracia ni libertad.
La economía y el tejido social hoy están en estado de extrema fragilidad, como producto de esta aventura que propició la fuga de capitales, destruyó la industria y abrumó a las familias argentinas. En lugar de generar dinamismo, hemos pasado del estancamiento a una caída libre.
Resolver el problema de una deuda insostenible que hoy tiene Argentina no es una cuestión de ganarle una disputa a nadie. El país tiene la voluntad de pagar, pero carece de capacidad para hacerlo.
No pueden haber argentinos de primera y argentinos de segunda. Argentina es una sola y mancomunadamente debe propender al desarrollos de todas y cada una de sus regiones.
Hemos visto persecuciones indebidas y detenciones arbitrarias inducidas por los gobernantes y silenciadas por cierta complacencia mediática.
Nunca más a una justicia que decide y persigue según los vientos políticos del poder de turno. Nunca más a una justicia que es utilizada para saldar discusiones políticas, ni a una política que judicializa los disensos para eliminar al adversario de turno
Nunca más al Estado secreto. Nunca más a la oscuridad que quiebra la confianza. Nunca más a los sótanos de la democracia. Nunca más es nunca más.
Ciudadanizar la democracia también es respetar la libertad de expresión y todas las opiniones emitidas a través de los medios masivos de comunicación. En tiempos de operaciones de intoxicación con noticias falsas a través de las redes sociales, necesitamos más que nunca de medios vibrantes, comprometidos con la información de calidad
No descansaremos hasta que un niño en una zona rural tenga el mismo acceso a una educación transformadora que una niña de un centro urbano, viva en el punto del país que viva.
Ni una Menos debe ser una bandera de toda la sociedad y de todos los poderes de la república. El Estado debe reducir drásticamente la violencia contra las mujeres hasta su total erradicación.
En un contexto de gravedad extrema, de emergencia, debemos comprender que no existe la posibilidad de pedirle sacrificios a quien tiene hambre, no se le puede pedir sacrificios a quien no puede llegar a fin de mes.
La primera y principal liberación como país es lograr que el odio no tenga poder sobre nuestros espíritus
Demasiado tiempo probamos el método del enojo y del rencor. Todas y todos debemos despojarnos del rencor que cargamos. Volvamos a ganarnos la confianza del otro. Volvamos a confiarnos entre nosotros.
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