La idea de crear Nutriviandas surgió en una charla de amigas. Mariana Muñiz e Isella Da Rosa eran chefs egresadas del Colegio de Cocineros Gato Dumas y tenían ganas de emprender en algo que resultara novedoso. “Se nos ocurrió que podía estar buena la idea de crear viandas para la gente que trabaja en oficinas o en determinadas empresas”, contó Muñiz.
Hoy, sus viandas llegan a clientes en sus lugares de trabajo y también en sus casas.
En agosto del año pasado, las socias se presentaron a una convocatoria abierta de la Dirección Nacional de Artesanías, Pequeñas y Medianas Empresas (Dinapyme), organismo que funciona bajo la órbita del Ministerio de Industria.
A través de un formulario en la web de esa repartición, presentaron su idea, las llamaron y les realizaron una entrevista para ver cuán viable era el proyecto.
Participaron de una evaluación y fueron seleccionadas. “Y a partir de ahí empezamos a trabajar con ellos”, relató Muñiz.
La Dinapyme les brindó un curso de gestión empresarial y un asesor para armar el plan de negocios de Nutriviandas. Esta instancia también les dio la oportunidad de interactuar con otros emprendedores.
Luego de terminada la etapa de asesoramiento, comenzaron en setiembre de este año la de tutoría, que se extenderá por seis meses. El tutor ayuda a las emprendedoras, por ejemplo, a aprender a manejar la parte contable de su proyecto.
El negocio empezó a funcionar en abril de este año. A través de Facebook y de sus cuentas de mail, Muñiz y Da Rosa empezaron a informar a sus contactos del nuevo emprendimiento que estaban llevando adelante. “Al principio, vendíamos una o dos viandas por día, como mucho. Hoy estamos vendiendo alrededor de 300 viandas por mes”, indicó Muñiz.
Saludable
Sus clientes son personas que intentan bajar de peso o simplemente quieren comer alimentos de mejor calidad. “La gente busca cambiar el hábito de comer comida rápida y comer algo más saludable”, señaló Muñiz.
Muchos de sus clientes las contactan por las viandas bajas en calorías. También hay otros que tienen restricciones en su alimentación debido a problemas de salud, como la imposibilidad de comer con sal o colesterol.
En general, el cliente pide viandas por mes, aunque hay “clientes más flotantes”, aseguró Muñiz. También se pueden hacer pedidos por semana, o aun día a día. Lo que piden las emprendedoras es que siempre se avise con anticipación suficiente. Un 40% de sus viandas se reparte en oficinas y el restante 60% en hogares. Las entregas se realizan sólo de lunes a viernes.
El precio de las viandas oscila entre $ 100 y $ 120. “Tenemos menús más caros, que son los internacionales, pero son opcionales, no es algo que nosotras mandamos todos los días”, explicó Muñiz.
Nutriviandas ofrece cuatro menús por día para cada categoría (light, balanceado y vegetariano). El cliente elige día a día dentro de las opciones existentes.
Todas las propuestas son elaboradas teniendo presentes los consejos de una nutricionista, que brinda asesoría externa al proyecto.
Proyección
Actualmente Muñiz y su socia son las que cocinan en un local acondicionado en la casa de la primera.
“La idea es que al crecer podamos alquilar un local un poco más amplio para armar más menús”, explicó la emprendedora.
El futuro de su emprendimiento está en la mente de las socias, y están trabajando para en el mediano plazo poder proveer sus productos a empresas que hoy brindan el almuerzo a sus empleados. Más a largo plazo, Muñiz y Da Rosa esperan poder colocar sus viandas en supermercados y otros negocios donde se vendan alimentos.
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