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Vicepresidentes: historias de renuncias escasas

La caída de un vicepresidente es cosa rara en Uruguay; algunos de ellos han cumplido papeles decisivos
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10 de septiembre de 2017 a las 05:00
La deposición o la renuncia de un vicepresidente de la República –a propósito del caso Raúl Fernando Sendic– fueron sucesos extraordinarios en la historia uruguaya, tanto que muy pocas veces sucedieron, y siempre como consecuencia de un golpe de Estado.

En 1942 el presidente Alfredo Baldomir destituyó al vicepresidente César Charlone, en tanto Jorge Sapelli se negó a seguir a Juan María Bordaberry a fines de junio de 1973.

Algunos vicepresidentes no terminaron su período por causas diversas: desde la muerte de Hugo Batalla en 1998, hasta el cese de Alfeo Brum en 1952 debido a la aprobación de una reforma constitucional en 1951 que eliminó el cargo e instauró el Consejo Nacional de Gobierno. Otros vicepresidentes, sin embargo, asumieron la primera magistratura tras la muerte del titular y cumplieron ciclos históricos tan discutidos como notorios: Juan Lindolfo Cuestas, Luis Batlle Berres, Jorge Pacheco Areco.

Un cargo relativamente nuevo

El cargo de vicepresidente de la República recién fue creado por la Constitución de 1934, aprobada en un plebiscito durante la dictadura de Gabriel Terra. Hasta entonces, según disponían las Constituciones de 1830 y 1918, el sustituto o suplente del presidente de la República era el titular del Senado.
El cargo de vicepresidente fue eliminado por la Constitución de 1952, que introdujo el Poder Ejecutivo colegiado de nueve miembros, y repuesto por la Constitución de 1967, que rige hasta hoy.

No hubo vicepresidentes durante la dictadura que se extendió entre 1973 y 1985. Después que los militares depusieron a Bordaberry en junio de 1976, la Presidencia fue ejercida en forma interina por Alberto Demicheli, quien presidía el Consejo de Estado. El 1º de setiembre asumió Aparicio Méndez, quien era uno de los tres vicepresidentes del Consejo de Estado y contó con la anuencia de los oficiales generales.


Durante el siglo XIX, que fue particularmente sacudido, muchos titulares del Senado ejercieron la Presidencia de la República en forma interina. Sólo algunos permanecieron un tiempo más o menos prolongado, como Atanasio Cruz Aguirre entre 1864 y 1865, o Tomás Gomensoro, entre 1873 y 1874.
El teniente general Máximo Santos (1847-1889) se sirvió de la Presidencia del Senado para trampear el sistema, que prohibía la reelección, y ejercer por segunda vez la primera magistratura. Acabó su mandato presidencial en febrero de 1886, luego tomó un puesto como senador, se hizo elegir presidente de la Cámara alta, el 24 de mayo de ese año renunció el nuevo presidente de la República, Francisco Vidal, quien fue su cómplice en la maniobra, y Santos asumió otra vez la primera magistratura.

"Manos brujas"

César Charlone (1895-1973) tuvo un papel central durante el ciclo de Gabriel Terra, en la década de 1930, en paralelo a la "Gran Depresión" económica mundial. Fue legislador, ministro de Trabajo y finalmente ministro de Hacienda. Como tal, concibió el "revalúo" del oro, un pase mágico que permitió aumentar en gran forma la cantidad de dinero circulante, a costa de envilecerlo. Dio al Banco de la República el control del comercio exterior, hasta entonces libre; protegió a la industria con aranceles y reforzó el control de cambios de monedas, que se introdujo en 1931 y se extendió, con variantes, hasta la liberalización de 1974.

Charlone fue decisivo en el cierre de la economía uruguaya, que viró hacia una larga era de proteccionismo, controles burocráticos y estatismo. Ese modo de ver las cosas representó el fin del Uruguay económicamente abierto y liberal que había prosperado en gran forma durante el primer siglo de independencia.

Charlone fue candidato a la vicepresidencia de la República en 1938, completando fórmula con el "delfín" y cuñado de Terra, el general Alfredo Baldomir. Pero este lo destituyó tras su golpe de Estado del 21 de febrero de 1942, por el que se desmontó el sistema institucional creado por Terra en la Constitución de 1934.

Después César Charlone sería ministro de Relaciones Exteriores del presidente Luis Batlle Berres, entre 1949 y 1950. Luego, a partir de 1967, como ministro de Hacienda de Jorge Pacheco Areco, lideraría la "congelación de precios y salarios" de junio de 1968, un drástico plan antinflacionario.

En 1942 el presidente Alfredo Baldomir destituyó al vicepresidente César Charlone, en tanto Jorge Sapelli se negó a seguir a Juan María Bordaberry a fines de junio de 1973.

El golpe de 1973

El empresario y político colorado Jorge Sapelli (1926-1996), vicepresidente de la República elegido en noviembre de 1971, se opuso al golpe de Estado que Juan María Bordaberry formalizó el 27 de junio de 1973. Más tarde, Bordaberry le ofreció presidir el Consejo de Estado, órgano consultivo del régimen, pero Sapelli se negó.

Sapelli fue ingeniero y empresario de la construcción y lideró algunas gremiales patronales. En las elecciones internas de los partidos habilitados de 1982, durante la fase de apertura democrática, fue candidato común por Montevideo del Batllismo Unido, sector liderado por Julio Sanguinetti y Enrique Tarigo, quienes serían presidente y vicepresidente de la República, respectivamente, a partir de 1985.

Cuestas le abrió la puerta a Batlle

El 25 de agosto de 1897, el joven Avelino Arredondo asesinó de un disparo al presidente Juan Idiarte Borda, mientras éste marchaba con su séquito por la calle Sarandí desde la Iglesia Matriz al edificio del Cabildo de Montevideo. Su sucesor, Juan Lindolfo Cuestas (1837-1905), presidente del Senado, tendría una actuación muy larga y significativa.

Para empezar, Cuestas negoció de inmediato el fin de la revolución de las milicias del Partido Nacional lideradas por Aparicio Saravia. El Pacto de La Cruz estableció una suerte de primitiva coparticipación en el poder, pues concedió a los rebeldes la administración de seis departamentos. Una fórmula similar había terminado en 1872 con la Revolución de las Lanzas.

En febrero de 1898, Juan Lindolfo Cuestas, a quien llamaban "Feolfo", dio un golpe de Estado con apoyo de sectores del Partido Nacional y del Partido Colorado, entre ellos el del joven José Batlle y Ordóñez, líder radical en ascenso que agitaba la consigna "Cuestas, cueste lo que cueste".

Los legisladores elegidos en noviembre de 1898 designaron a Cuestas como presidente constitucional. Asumió el 1º de marzo de 1899 y entregó el gobierno a su sucesor, Batlle y Ordóñez, el 1º de marzo de 1903, cinco años y medio después del asesinato de Idiarte Borda. Entonces se abrió un ciclo decisivo en la historia del país.

Otro Batlle y más batllismo

Cuando el presidente Tomás Berreta murió el 2 de agosto de 1947, fue suplantado por el vicepresidente Luis Batlle Berres (1897-1964). Él era sobrino de José Batlle y Ordóñez, presidente en dos ocasiones y creador de una era, y padre de Jorge Batlle Ibáñez, presidente entre 2000 y 2005. Estaba allí porque sus dos primos celosos e influyentes, César y Lorenzo Batlle Pacheco, hijos de Don Pepe, se habían opuesto a que compitiera por la Intendencia de Montevideo en las elecciones nacionales del año anterior.

Batlle Berres asumió la Presidencia en un momento de expansión económica y enormes reservas monetarias, tras la Segunda Guerra Mundial, recientemente finalizada, y la reconstrucción europea.

Radicalizó el reformismo socio-económico del batllismo original, y profundizó la política de industrialización que se financió con cargas impositivas al sector agropecuario, protección arancelaria cada vez más alta y tipos de cambios múltiples. Creó varias empresas públicas en áreas centrales de la economía y estimuló la burocracia. Sin embargo, a diferencia de los países vecinos, en los que gobernaban Getúlio Vargas y Juan Domingo Perón, caudillos que desarrollaron políticas socio-económicas similares, el presidente uruguayo mantuvo una impecable foja democrática.

Batlle Berres, líder de la Lista 15, logró una aplastante victoria en las elecciones de 1954, por lo que presidió el Consejo Nacional de Gobierno entre 1955 y 1956. Pero su poderosa personalidad se vio difuminada entre los nueve consejeros que integraban el Poder Ejecutivo colegiado. Ya entonces el modelo de economía cerrada que se denominó "neobatllismo" estaba agotado, lo que abrió dos décadas de estancamiento y crisis.

Pacheco en blanco y negro

Pacheco
Jorge Pacheco Areco asumió la Presidencia luego de la muerte de Óscar Gestido, en 1967.
Jorge Pacheco Areco asumió la Presidencia luego de la muerte de Óscar Gestido, en 1967.

Jorge Pacheco Areco (1920-1998), un político colorado más bien secundario, asumió la Presidencia de la República tras la muerte de Óscar Gestido el 7 de diciembre de 1967. Casi de inmediato se mostró como un líder resuelto, cuando no simplemente autoritario. El país soportaba una grave crisis económica, con una inflación ese año de 136%, un profundo descontento en diversos sectores y una creciente conflictividad laboral. La guerrilla del MLN-Tupamaros, aunque todavía pequeña, realizaba cada vez más acciones.

En la era Pacheco Areco, que se extendió hasta el 1º de marzo de 1972, cuando entregó el gobierno a su protegido, Juan María Bordaberry, la violencia política alcanzó su paroxismo.

En poco más de cuatro años de gestión, repletos de eventos de todo tipo y caracterizados por la creciente revuelta estudiantil y sindical, la acción guerrillera y de grupúsculos de extrema derecha, mantuvo tormentosas relaciones con el Parlamento. Por su gabinete pasaron 46 ministros.

Adquirió gran popularidad en ciertos sectores, hasta el punto de que casi el 30% de los votantes respaldaron su reelección en 1971, y fue repudiado por muchos otros, en particular por la izquierda. Su estrella política comenzó a apagarse con el plebiscito constitucional de 1980, cuando apoyó la propuesta del régimen dictatorial, aunque todavía compitió en las tres elecciones nacionales siguientes.

Astori y Sendic

Danilo Astori, actual ministro de Economía y vicepresidente de la República entre 2010 y 2015, durante la Presidencia de José Mujica, ha sido un líder fundamental de la izquierda durante casi tres décadas
Impuso una línea económica de matriz socialdemócrata a los tres gobiernos corridos del Frente Amplio y usufructuó uno de los procesos de crecimiento económico más largos de la historia.

Raúl Fernando Sendic, vicepresidente desde el 1º de marzo de 2015 y motivo de este repaso, experimentó un ascenso rápido y una caída fatal.

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