Las teorías más locas comenzaron a tener un atisbo de verosimilitud. Principalmente, por la imposibilidad de descartarlas. Que se trataba de una espía rusa, que en realidad trabajaba en secreto para ese gobierno y ahora estaba disfrutando sus días en el iglú más cómodo de Siberia. Lo cierto es que, cuando el caso de la expedición de pasaportes irregulares en el Consulado uruguayo en Rusia ocupaba las tapas de los diarios, muchos de los funcionarios uruguayos que habían pasado por ese destino se dieron cuenta de que no conocían a Victoria Rodríguez.
Esta nota es exclusiva para suscriptores.
Accedé ahora y sin límites a toda la información.
¿Ya sos suscriptor?
iniciá sesión aquí
Inicio de sesión
¿Todavía no tenés cuenta? Registrate ahora.
Para continuar con tu compra,
es necesario loguearse.
o iniciá sesión con tu cuenta de:
Disfrutá El Observador. Accedé a noticias desde cualquier dispositivo y recibí titulares por e-mail según los intereses que elijas.
Crear Cuenta
¿Ya tenés una cuenta? Iniciá sesión.
Gracias por registrarte.
Nombre
Contenido exclusivo de
Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.
Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá