La Euroliga, principal competición europea de básquetbol, estableció cuatro condiciones para trabajar en la creación de una liga en colaboración con la NBA estadounidense y la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA), indicó este viernes.
Tras una reunión celebrada el 8 de octubre en Ginebra entre las partes interesadas, entre ellas los clubes que disputan la Euroliga, los organizadores de esta competición consideraron que su propuesta, realizada durante una reunión anterior, todavía no había recibido "ninguna respuesta significativa".
Las cuatro propuestas incluyen el reparto de beneficios y que todas las partes que conforman el básquetbol europeo se beneficien de esta nueva competición sin que ninguna sea marginada.
Además, piden el mantenimiento de la identidad cultural del básquetbol europeo y que el centro de decisiones permanezca en Europa.
"Euroliga Basketball y sus clubes siguen comprometidos en continuar las conversaciones con la NBA y la FIBA siempre que se respeten estos principios fundamentales", afirmó la Euroliga en un comunicado.
La liga norteamericana había anunciado en marzo que "exploraba" la creación de una competición en Europa, en asociación con la FIBA, de la que los grandes clubes europeos se separaron en el año 2000 para crear la Euroliga.
Su responsable para Europa y Oriente Medio, George Aivazoglou, afirmó en una entrevista con L'Équipe publicada el 6 de octubre que esta nueva competición podría comenzar "como muy pronto en octubre de 2027".
Agregó que también se celebrará una reunión en Londres a mediados de octubre.
Según fuentes cercanas al proyecto, la Euroliga exige principalmente que la competición incluya a todos los equipos actualmente participantes, es decir, 20, de los cuales 11 tienen plazas garantizadas por varias temporadas.
Entre los participantes en la gran competición europea figuran Barcelona, Real Madrid, Olympiakos, Panathinaikos, Paris Basketball, Anadolu Efes, Dubai, AS Mónaco y Bayern Múnich. El campeón defensor es Fenerbahce.
La Euroliga consideró inicialmente, en abril, que este proyecto representaba una "amenaza" para el básquetbol europeo y podía "fragmentar el deporte y generar confusión". Sin embargo, expresó su "apertura al diálogo".