Dólar
Compra 38,65 Venta 41,25
23 de agosto 2025 - 5:00hs

Una casa quinta de tres pisos ubicada en el Prado y con el Jardín Botánico a sus espaldas se convirtió durante el siglo pasado en un símbolo de la vida política uruguaya.

En la década de los 40, la Presidencia de la República estaba en búsqueda de una casa que pudiera convertirse en residencia oficial, debido a que entendían necesario ocupar una vivienda adecuada a las obligaciones protocolares.

Hasta entonces, la costumbre había sido alquilar distintas propiedades para alojar a la familia presidencial, una práctica que el gobierno buscaba dejar atrás con la adquisición de un hogar definitivo.

Más noticias

A pesar de sus amplios jardines y su refinado estilo arquitectónico, la elección de esta propiedad -cedida a la Intendencia de Montevideo por dificultades económicas de sus anteriores dueños- se impuso frente a otras opciones por motivos que tuvieron más que ver con una historia de amor que con su valor inmobiliario y arquitectónico.

El entonces presidente de la República, Luis Batlle Berres, y su esposa Matilde Ibáñez, se cruzaron por primera vez en aquella intersección y el lugar se convirtió entonces en un símbolo de la pareja. Ante esta casualidad, Ibáñez sugirió a su esposo elegir esta propiedad como su nuevo hogar, al que se mudaron en 1947.

45647357_1724476450996493_9076099742873681920_n

La construcción cumple la función de ser residencia presidencial hasta el día de hoy, a pesar de que el actual presidente, Yamandú Orsi, decidió quedarse en su propia casa y no mudarse a la residencia presidencial, como tampoco lo había hecho durante su mandato el expresidente, José Mujica. El inmueble, fue diseñado en 1908 por el arquitecto Juan María Aubriot, autor también de la Facultad de Derecho y se caracteriza por un estilo ecléctico de construcción, mezclando elementos arquitectónicos de diferentes épocas y con reminiscencias centroeuropeas a nivel de diseño.

La historia de sus anteriores propietarios

La historia de la propiedad se remonta a 1907, cuando doce solares fueron rematados en la zona del Prado, entre ellos el terreno en el que hoy se erige la casona.

Captura de pantalla 2025-08-22 153411

La tierra fue adquirida por la familia Fein Lerena, compuesta por Carlos Fein Pérez, magistrado uruguayo y su esposa Adelina Lerena, quienes encargaron a Aubriot la construcción.

Tras el fallecimiento de los propietarios, en 1920 la edificación fue adquirida por el empresario alemán Werner Quincke y su esposa, Clara Hoffmann.

Los nuevos propietarios vendieron cinco años después nuevamente la casa, que esta vez fue adquirida por el médico y diplomático Federico Susviela Guarch y Corina Elejalde. Se ha señalado que durante el período que vivió esta familia en la residencia se celebraron grandes recepciones y celebraciones.

Sin embargo, debido a dificultades económicas y un creciente endeudamiento tras la muerte de Susivela, los herederos cedieron sus derechos a la Intendencia Municipal de Montevideo. De esta manera, entre 1941 y 1947 el edificio funcionó como sede del Servicio Hidrográfico de la Armada.

fgr_23

La propiedad por dentro

La casona cuenta con tres pisos divididos entre la vida privada y protocolar de los mandatarios. De esta manera en la primera planta se ubica la sala de reuniones, el escritorio del presidente y oficinas. La planta alta, en tanto, está destinada al presidente y su familia y allí se ubican los dormitorios, mientras que en el subsuelo o planta baja se encuentra la cocina.

La entrada principal cuenta con una escalera de mármol que conduce a una zona de recepción, una escalera de madera de estilo imperial y un ascensor.

A nivel de decoración la casa cuenta con salas elegantemente decoradas con boiserie de roble, escritorios de caoba, pinturas de artistas uruguayos, arañas de época, y elementos que han sido regalados por distintos mandatarios internacionales, como una alfombra persa, regalo de la primera ministra de la India.

fgr_07

Además de la residencia, la propiedad se extiende sobre 3,8 hectáreas e incluye un espacio para reuniones informales del presidente, un jardín de rosas, estatuas de mármol, murales, una piscina y una cancha deportiva que también funciona como helipuerto.

Temas:

Suárez y Reyes política uruguaya amor historia arquitectura EO Propiedades

Seguí leyendo

Te Puede Interesar

Más noticias de Argentina

Más noticias de España

Más noticias de Estados Unidos