Hay empresas que le hablan a los jóvenes, a los deportistas, a ciertos profesionales, pero desde Swapy -una startup uruguaya que forma parte del grupo Quantik- entendían que no había marcas que le hablaran a los repartidores, un segmento que actualmente está conformado por un aproximado de 12.000 personas en Uruguay y más de un millón en la región, y que se encuentra en pleno crecimiento de la mano del comercio electrónico.
Ese fue el punto de partida para que, en 2022, la empresa empezara a trabajar en una solución pensada exclusivamente para este segmento, con el respaldo del Fondo de Innovación en Energías Renovables (REIF), la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII), Ancap, UTE, Newlab y el apoyo de PedidosYa, un partner estratégico para llegar al público objetivo.
La propuesta, que se lanzará al mercado en agosto, combina la venta directa de motos eléctricas diseñadas para deliveries -con más de 100 kilómetros de autonomía y una velocidad máxima de 85 kilómetros por hora- y un sistema de baterías intercambiables que, según afirmaron desde la startup, no existía hasta ahora en Uruguay.
La propuesta es que, mediante una suscripción semanal, los repartidores puedan cambiar la batería descargada por una nueva, utilizando gabinetes automáticos que están siendo instalados en una primera etapa en estaciones de servicio de Ancap en barrios de Montevideo como Centro, Cordón y Pocitos.
El sistema funciona a partir de un software desarrollado por la propia startup, que incluye una app móvil desde donde el usuario puede consultar en tiempo real la disponibilidad de baterías, localizar los puntos de intercambio más cercanos, reservar una batería y escanear un código qr para completar el proceso.
“La moto va a tener un precio similar al de una moto nafta. La suscripción al sistema de baterías, en tanto, tiene una ventaja comparativa si se tiene en cuenta que ya no van a gastar más en cosas como nafta, cambio de aceite, reparaciones recurrentes de la cadena, del sistema de transmisión, y menos tiempo perdido cargando combustible”, explicó Martín Piñeyro, cofundador de Swapy en un evento para periodistas.
Como otros de los beneficios, desde la compañía señalaron que estas motos no pagan patente debido a la normativa vigente, tienen menos costos de mantenimiento, y son más fáciles de conducir, ya que no cuentan con cambios ni embriague. Además, cuentan con bloqueo y apagado remoto, así como con sistema de geolocalización.
Además del segmento de repartidores de plataformas, la empresa apunta a compañías con flotas propias, como supermercados, farmacias, cadenas de comida y empresas de logística y de seguridad, con las que ya mantienen conversaciones.
Durante este último mes, la empresa tuvo su primera validación, a través de una prueba piloto realizada con restaurantes de Zonamerica y prevé lanzar el producto al mercado en agosto.
A futuro, la marca prevé vender unas 120 motos en los 10 primeros meses desde su salida al mercado y aumentar la zona de cobertura, primero en Montevideo y luego en la zona metropolitana.
Además, la startup proyecta expandir su modelo en el exterior y ya mantiene conversaciones con actores de la región, con miras de concretar alianzas que le permitan replicar la solución en otros países.
“La idea de la regionalización de Swappy es llevar el software como caballo de batalla. Lo desarrollamos pensando en la integración con distintos proveedores de tecnología, ya sea de gabinetes como de motos, con lo cual lo podemos adaptarlo a cualquier proveedor, haciendo breves interfaces”, explicaron desde Swapy.