Cuando en 1995 nació la Sociedad Uruguaya de Turismo Rural y Natural (Sutur), la idea de recibir turistas en una casa o mostrarles la cotidianeidad de la ruralidad uruguaya aún parecía lejana para muchos uruguayos. ¿Quién iba a querer recorrer caminos de tierra, compartir un almuerzo casero o levantarse con el canto del gallo como parte de unas vacaciones?
Sin embargo, 30 años después, y sobre todo a partir de la llegada de la pandemia, este segmento se consolidó entre los turistas locales y experimenta actualmente un crecimiento exponencial, con propuestas que van desde hospedarse en estancias turísticas, hasta visitas a tambos o bodegas o cabalgatas en una noche de luna llena.
“Es un muy buen momento para el turismo rural, los uruguayos piensan cada vez más en la posibilidades de hacer este tipo de turismo, cada vez hay más experiencias y los operadores se han profesionalizado”, dijo a El Observador Andrea Baracco, presidenta de la Sutur, la asociación que une a 60 establecimientos que se dedican a este tipo turismo.
Campos
Agro en Uruguay, ¿una gran estancia?
De esta manera, en los últimos años este tipo de turismo se ha convertido también en uno de los protagonistas de las vacaciones de julio para los uruguayos, un momento en el que las familias buscan experiencias auténticas y conexión con la naturaleza.
En este escenario, el sector experimenta una importante ocupación para estas vacaciones, y los socios de la Sutur reportan un 70% de ocupación, una cifra por encima de los últimos años, según señaló Baracco.
Las propuestas más demandadas son estancias con piscina climatizada, tours de la ruta del oro en el norte del país, recorridos por bodegas y opciones de turismo rural cerca de Montevideo.
En esta línea, Carmen Passarella, quien participó de la fundación de la Sutur y es la actual directora de turismo de la intendencia de Florida, detalló que como al uruguayo le gusta mucho el turismo de costa, en verano el sector experimenta una mayor demanda de extranjeros, sin embargo en invierno sucede lo contrario.
Esto ha permitido que departamentos que no tienen costa, como es el caso de Florida, hayan logrado enriquecer su propuesta turística y lograr una mayor captación de turistas.
De todos modos, señaló que en los últimos años cada vez más uruguayos eligen viajar al interior, no solo en primavera o Semana Santa, sino también durante el invierno y el verano. Esta tendencia, explicó, ha contribuido a desestacionalizar el turismo y generar un flujo más constante de visitantes a lo largo del año.
La explicación detrás del crecimiento y las nuevas tendencias
“Las personas encuentran en el campo, en la naturaleza y en los ritmos que se enlentecen en el interior una conexión muy particular, muy instintiva y que está en nuestro ADN”, explicó Passarella sobre el auge de este tipo de turismo.
Esto, agregó, se suma a una tendencia mundial en la que las personas buscan escaparse del turismo masificado.
“Si bien en Uruguay siempre hemos soñado con tener ese turismo masivo que muchos tienen, para el resto del mundo ser un lugar tranquilo nos hace muy interesantes”, señaló.
Además, sostuvo que en estos 30 años las ofertas se han diversificado, con opciones de turismo rural tradicional, turismo rural de lujo, y turismo de bodegas, entre muchos otros.
A lo largo de estos años también han surgido propuestas emergentes que buscan rescatar historias olvidadas o darle identidad propia a los sabores del país.
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Los meteoros son comúnmente llamados estrellas fugaces
Y si bien en la oferta pensada para extranjeros hay un fuerte dinamismo en torno a actividades típicas como el ritual del mate o las tradiciones rurales, cuando se trata del público uruguayo también se vuelve necesario ofrecer experiencias novedosas o diferentes para captar su interés.
En este sentido, Baracco contó que hay algunas actividades y experiencias que están concentrando el interés en el último tiempo, consolidando nuevas tendencias.
Una de estas es el astroturismo, con actividades como cabalgatas a la luz de la luna llena.
A su vez, las bodegas y el mundo del enoturismo, “está cautivando a mucha gente”, y la la actividad quesera “también está cobrando mucho auge”.
“El turismo rural tiene todas las oportunidades del mundo de seguir creciendo, porque cada día se profesionaliza más y surgen experiencias nuevas, novedosas, con cosas auténticas, del pasado o cotidianas, que son novedosas”, mencionó.