La Cámara de Senadores vivió en el comienzo de la madrugada de este jueves un episodio, al menos, inédito. Luego de varias horas de discusión durante la interpelación al ministro de Ganadería, Alfredo Fratti, por la compra de la estancia María Dolores el senador Sebastián Sabini –que en ese momento ejercía como presidente del Senado– decidió levantar la sesión por desorden.
La decisión fue tomada luego de que el senador del Partido Nacional y miembro interpelante, Sebastián da Silva, le dijera “puto de mierda” al senador del Frente Amplio, Nicolás Viera. En sus redes sociales, Sabini explicó que inicialmente suspendió la sesión porque Da Silva le había mostró el dedo del medio a Viera y que decidió levantarla cuando escuchó el insulto.
El senador blanco pidió disculpas por su gesto pero aseguró que cada vez que lo acusen de estafador va a seguir reaccionando. Eso es porque Viera, antes de que Da Silva reaccionara, lo había acusado de “ser parte de la mayor estafa a los uruguayos” en referencia a Conexión Ganadera.
Si bien ya habían pasado varias horas de discusión, todavía había senadores anotados para hablar y faltaban las intervenciones finales tanto de Fratti como de Da Silva así como también poner a votación las distintas mociones que se presentaran para respaldar o rechazar las explicaciones dadas por el ministro. Sin embargo, Sabini decidió levantar la sesión.
¿Qué pasa luego de que se levante la sesión? Una de las dudas que generaba la decisión de Sabini era si la sesión se tenía que retomar o si la interpelación se da por finalizada. Y, efectivamente, la interpelación terminó al levantar la sesión.
El artículo 122 del reglamento del Senado, en su inciso 7, le da al presidente del Senado la atribución de “suspender la sesión o levantarla, cuando fuere preciso, en caso de desorden”.
De esta forma la interpelación quedará sin resultado y el Senado no se expresará sobre las explicaciones de Fratti. Y si bien hay algunos antecedentes de interpelaciones que quedaron sin resolución, en ningún caso fue porque se levantara la sesión por desorden.
En la base de datos del doctor en Ciencia Política y referentes del Programa de Estudios Parlamentarios, Daniel Chasquetti, figuran unas 15 interpelaciones que, desde la reapertura democrática hasta acá, no tuvieron un resultado (no se votó una moción sobre las explicaciones del ministro). Sin embargo, en ningún caso fue porque se haya levantado la sesión por desorden.
En varios casos, explicó Chasquetti a El Observador, las sesiones se levantaron por falta de quórum. La interpelación de Iván Posada (en ese entonces en el Nuevo Espacio) al ministro de Educación, Leonardo Guzmán, en 2003 se levantó porque solo había en sala 4 senadores de 13 (fue en comisión permanente durante el receso parlamentario).
En otros casos, explicó Chasquetti, se decidió simplemente seguir con el orden del día sin votar un resultado sobre la interpelación. En agosto de 1990, el diputado del Partido Colorado, Armando Da Silva, interpeló al entonces ministro de Economía del gobierno blanco, Enrique Braga, sobre el Banco Comercial.
“Oídas las explicaciones del ministro, la Cámara pasa al orden del día”, decía la moción aprobada en aquel momento. Es decir, no se expresaron sobre las explicaciones.
La interpelación de este miércoles entra en el grupo de aquellas que terminaron “sin resultado”. Sin embargo, desde la reapertura democrática nunca había sucedido que fuera porque la sesión se levantó por desorden.