Dos mujeres, una abogada y una auxiliar de servicio, fueron imputadas el viernes en Artigas por intentar apropiarse de un bebé, informó la Fiscalía General de la Nación. 
			 Ambas recibieron como medida cautelar la fijación de domicilio y la prohibición de acercarse a las víctimas. 
 
			 Según el medio local Clic Regional, el caso tiene vínculo con la condena de otras dos personas que tuvo lugar en octubre de 2025. En ese momento, una enfermera brasileña y otra uruguaya fueron condenadas por intentar comprar un bebé que todavía no había nacido. 
 
		 La investigación de las fiscales Beatriz González y Charline Ferreyra reconstruyó los hechos y descubrió que una de las enfermeras había perdido un embarazo a los cinco meses y decidió que quería adoptar un bebé.
 
			 Posteriormente, se lo comentó a su colega y esta le dijo que había una persona en Quaraí (Brasil) que estaba embarazada y estaría dispuesta a dar en adopción.
 Ambas se pusieron en contacto con ella y, en un principio, le ofrecieron "comodidades" con el fin de tener la tenencia del bebé. Sin embargo, la mujer embarazada se negó y eligió contactarse con personal del INAU con el fin de realizar el proceso por las vías legales, algo que finalmente pasó luego de que la mujer que quería adoptar aceptara.
 En determinado momento del proceso, la mujer se sintió “presionada” por las dos enfermeras dado que le propusieron un plan con lujo de detalles sin que la embarazada pudiera pasar por las respectivas etapas a nivel psicológico y psiquiátrico que dispone la legislación.
 Ante la duda de que la mujer declinara, la enfermera que buscaba adoptar consultó a otras madres que estaban embarazadas para saber si estarían dispuestas a dar a su bebé.
 Las mujeres, por su profesión, tenían acceso a determinada información que les permitía hacer las averiguaciones y tener los contactos. Fuentes de la causa dijeron a El Observador que todas las mujeres consultadas por las condenadas son de contexto crítico, y muchas ellas viven del lado brasileño de la frontera.
 De hecho, en cuanto a los roles, la enfermera –quien vive en Brasil– que quería adoptar era la que se contactaba directamente con las madres, mientras que la otra le pasaba datos de embarazadas a las que se le podrían apropiar de su bebé sin los debidos controles del INAU.