Era viernes de madrugada cuando el joven argentino Gabriel Gerez regresó de una salida con una amiga, uno de los pocos vínculos que tenía en Montevideo, por tener poco más de una semana en Uruguay. Se alojaba en un apartamento en Sayago, ubicado sobre la panadería que es propiedad del hombre de 27 años que luego fue imputado por torturas y privación de libertad.
Antes de la salida de esa noche, Gerez había hecho una jornada laboral en otro boliche –también propiedad de su agresor–, pero ubicado en el barrio Cordón. El dueño de la panadería ya le había dicho ese jueves al argentino que le faltaba una caja donde tenía cinco pistolas, balas y dinero y le preguntó si sabía algo.
Gerez –quien tiempo atrás filmó para la serie El Marginal, de Netflix– negó haberla agarrado. La buscaron, sin éxito. A las 7 de la mañana de ese viernes, un amigo del propietario de la panadería lo despertó, y le dijo que fuera al dormitorio del agresor, que también vivía en una de las piezas próximas al comercio.
Según la investigación de la fiscalía, en esa habitación lo esperaba el imputado junto a otra persona más. Así, entre los tres comenzaron a interrogarlo sobre la desaparición de caja, que era de zapatos. Lo golpearon, amenazaron de muerte, le exigieron que dijera quién era uno de sus amigos que lo había visitado y dónde vivía.
Los agresores, que tienen 27, 32 y 33 años, fueron imputados este viernes y domingo con 180 días de prisión mientras continúa la investigación.
El imputado le dijo al actor que si lo ayudaba a recuperar la caja lo dejaba ir a Argentina, y en caso contrario, lo enterraría vivo. Agobiado por los golpes y amenazas, la víctima dio finalmente la dirección de su amigo y su número.
Mientras los agresores intentaban llamar a esta persona por teléfono, la víctima intentó escapar por las escaleras hacia abajo, pero fue detenido y regresado al apartamento. Allí le ataron las manos con un cable y siguieron golpeándolo. Además, enchufaron una plancha de ropa y cuando estuvo caliente, la aplicaron en las piernas de la víctima, generando quemaduras de 2º y 3º grado, informó la fiscalía.
Le rasuraron el pelo, se sacaron fotos e hicieron tipo selfie, diciendo: “A los rastrillos los tenemos así, nosotros somos chorros de verdad”, consta del pedido de formalización.
Luego tomaron unas varas de hierro y le golpearon las manos.
“La víctima ofreció llevarlos a la casa de su amigo para recuperar la caja con su contenido, a sabiendas que éste no la tenía, pero desesperado por escapar”, indica el documento.
El dueño de la panadería (cadena Almacenes Tampico) lo subió a su auto en ropa interior y lo llevó.
Aturdido por golpes y quemaduras, Gerez logró ingresar solo a la casa de su amigo, y pidió ayuda a la familia, que le desataron las manos, le dieron un pantalón y le permitieron que escapara por la parte de atrás de la vivienda.
Sin embargo –dice la fiscalía–, los atacantes anticiparon esa decisión (tenían el teléfono de la víctima y conocían los pocos contactos que tenía en Montevideo) y cuando llegó a donde pretendía, fue visto. Era un complejo de viviendas de Buceo, barrio donde vive una de las amigas de la víctima. Fue tocando timbres indiscriminadamente por las casas.
A Gerez lo agarraron nuevamente, lo golpearon hasta perder el conocimiento. Algunos vecinos filmaron el hecho, otros, llamaron a la policía. Los atacantes se retiraron, pero amenazaron antes a quienes vieron la golpiza: les dijeron que si llamaban al 911 se meterían en problemas. “Si llaman a la policía se van a meter en un lío”, advirtieron entonces.
Gerez fue asistido por la policía y minutos más tarde, el propietario de la panadería fue detenido frente al local –donde además vivía–. Llegó en el mismo auto que utilizó para llevar a la víctima. Sus manos estaban ensangrentadas, quedaron filmadas en una de las cámaras corporales de los efectivos; lo detuvieron de inmediato, pese a que dijo a los policías: “No tengo al pibe, vos no entendés que no lo tengo al pibe”, según las filmaciones. Era viernes a la tarde, y el caso empezaba a tener conocimiento público por los medios de comunicación.
El parte médico de Gerez indicó que las lesiones ocasionadas significan que su vida corre peligro, y que tiene un tiempo de inhabilitación para tareas menor a 20 días.
Gerez fue dado de alta en las primeras horas del sábado. Luego, fue citado a declarar por el fiscal Rodrigo Morosoli, y contó cómo se dieron los hechos; desde cómo el hombre le ofreció trabajo en Montevideo y él lo aceptó, ante una mala situación económica en Argentina; de cómo trabajó con el imputado en algunos de sus negocios en Montevideo; de cómo lo redujo y lo golpeó para que hable sobre el paradero de la caja.
Ambos se conocieron a mediados de diciembre de 2021, mientras el actor filmaba una serie en su país, que se estrenará en Amazon. Será después del Mundial de Qatar; allí también trabajó el cantante uruguayo Martín Quiroga, que desde su entorno explicaron a El Observador que vínculos tiene con el artista, y con el propietario de la panadería.
A mediados de enero pasado, surgió la posibilidad de que Gerez se instalase en Montevideo para trabajar en una de las empresas del imputado; resultaría ser en uno de los tres locales de Almacenes Tampico, ubicado en la calle José Caparroz y avenida Sayago (barrio Sayago), donde ocurrió la primera de las golpizas.
Se trata de un negocio que el hombre gestiona desde hace varios años, por ser su padre quien dejó la empresa en sus manos, dijeron personas de su cercanía a El Observador.
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