Marcelo Abdala, presidente del PIT-CNT, aseguró que se durmió al querer frenar cuando chocó alcoholizado el 4 de febrero, hecho por el que el Poder Judicial le ordenó realizar 30 horas de servicio comunitario, y por el que la central sindical le dio licencia hasta abril.
“Pestañamos, nos dormimos un segundo y el auto se inclinó. Quisimos frenar, pero teníamos el pie en el acelerador y sucedió lo que sucedió”, dijo Abdala en entrevista a El País hablando en plural más allá de que era él quien iba manejando.
El presidente de la central sindical indicó que en esa fecha se encontraba en una situación de "problemas" y "dificultades", con "circunstancias a nivel personal" mezcladas.
"La noche anterior había sido bastante compleja. Tuve algunos problemas. No había querido faltar al trabajo y había dormido solo una hora. A la salida fue que sucedió lo que ya fue público", detalló, y aclaró que no bebió alcohol en el trabajo, sino que al salir tomó "más de lo habitual". Su espirometría tras el choque dio un resultado de 1,53 gramos de alcohol por litro de sangre.
Abdala volvió a su cargo de forma oficial el 8 de abril, en una decisión unánime de la Mesa Representativa del PIT-CNT. El sindicalista expresó que se sintió respaldado por la central en todo el episodio, y aseguró que a pesar de estar fuera de su cargo, participó en recorridas barriales de la campaña por el referéndum contra los 135 artículos de la LUC del 27 de marzo.
"En cuanto al episodio que me tocó vivir, yo soy autocrítico, pero no encuentro una conexión entre este hecho y el resultado" del referéndum, agregó.
Abdala da este tema por "superado". "Tengo la dignidad de haber cumplido con lo establecido (por el Poder Judicial) y existe la conformidad de todo el mundo", sostuvo el presidente sindical.
Sobre sus horas de trabajo comunitario en el Museo de la Memoria, Abdala remarcó que no eligió el lugar para trabajar, y que en sus 30 horas construyó un bicicletero para el museo.
Declaró que tuvo "toda la colaboración" de las autoridades del centro, pero afirmó que trabajó solo en su tarea. "Muchos venían, se acercaban y me preguntaban qué estaba haciendo. Yo les explicaba mientras manejaba las varillas de acero que me habían dado como insumo", contó el sindicalista.
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