Idea Vilariño, Joaquín Sabina y Pablo Neruda

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Anti San Valentín: cinco poemas de desamor y soledad para combatir esta fecha

Este 14 de febrero se festeja San Valentín, una fecha que tiene amantes y detractores
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14 de febrero de 2024 a las 16:03

Este miércoles es 14 de febrero y se festeja San Valentín. Los octógonos de "exceso de azúcares" van a estar por todos lados: en los chocolates y en las publicaciones de Instagram. Para combatir esta invasión no hay recomendaciones del Sinae, del MSP o de ASSE, pero sí de El Observador.

Estos son cinco poemas sobre soledad y desamor para que te sientas entendido/a este miércoles.

Los dos primeros son de Idea Vilariño, sacados de su libro Poemas de amor (1957). Es el libro que publicó con una dedicatoria para su amante Juan Carlos Onetti. En una edición posterior se la sacó. Este último movimiento fue un "jaque mate" sentimental de la poeta al escritor, según lo calificó Leila Guerriero.

Onetti dio una entrevista a María Esther Gilio en 1991 donde dijo que "lo único" que no le gustaba de la nueva edición de libro era que no se lo dedicaba a él. "No me interesan las explicaciones racionales. Me interesa que ya no estoy más allí".

Guerriero, en una columna que publicó en el diario español El País en enero de 2023, celebró el golpe: "No soy partidaria de lastimar. Pero, ya puestos, mejor hacerlo discretamente, con algo que dure y duela hasta el final".

Dos de los mejores Poemas de amor son lo siguientes:

Carta II

Estás lejos y al sur
allí no son las cuatro.
 
Recostado en tu silla
apoyado en la mesa del café
de tu cuarto
tirado en una cama
la tuya o la de alguien
que quisiera borrar
—estoy pensando en ti no en quienes buscan
a tu lado lo mismo que yo quiero—.
Estoy pensando en ti ya hace una hora
tal vez media
no sé.
 
Cuando la luz se acabe
sabré que son las nueve
estiraré la colcha
me pondré el traje negro
y me pasaré el peine.
 
Iré a cenar
es claro.
 
Pero en algún momento
me volveré a este cuarto
me tiraré en la cama
y entonces tu recuerdo
qué digo
mi deseo de verte
que me mires
tu presencia de hombre que me falta en la vida
se pondrán
como ahora te pones en la tarde
que ya es la noche
a ser
la sola única cosa
que me importa en el mundo.

La poeta Idea Vilariño (1920-2009)

Ya no

Ya no será
ya no
no viviremos juntos
no criaré a tu hijo
no coseré tu ropa
no te tendré de noche
no te besaré al irme
nunca sabrás quién fui
por qué me amaron otros.

No llegaré a saber
por qué ni cómo nunca
ni si era de verdad
lo que dijiste que era
ni quién fuiste
ni qué fui para ti
ni cómo hubiera sido
vivir juntos
querernos
esperarnos
estar.

Ya no soy más que yo
para siempre y tú
ya
no serás para mí
más que tú. Ya no estás
en un día futuro
no sabré dónde vives
con quién
ni si te acuerdas.
No me abrazarás nunca
como esa noche
nunca.

No volverá a tocarte.

No te veré morir.

Tan largo el olvido

En 1924, el chileno Pablo Neruda publicó su libro Veinte poemas de amor y una canción desesperada. Recomendamos un par de esos. 

Poema VI

Te recuerdo como eras en el último otoño.
Eras la boina gris y el corazón en calma.
En tus ojos peleaban las llamas del crepúsculo.
Y las hojas caían en el agua de tu alma.

Apegada a mis brazos como una enredadera,
las hojas recogían tu voz lenta y en calma.
Hoguera de estupor en que mi sed ardía.
Dulce jacinto azul torcido sobre mi alma.

Siento viajar tus ojos y es distante el otoño:
boina gris, voz de pájaro y corazón de casa
hacia donde emigraban mis profundos anhelos
y caían mis besos alegres como brasas.

Cielo desde un navío. Campo desde los cerros.
Tu recuerdo es de luz, de humo, de estanque en calma!
Más allá de tus ojos ardían los crepúsculos.
Hojas secas de otoño giraban en tu alma.

El poeta chileno Pablo Neruda (1904-1973)

Poema XX

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos».

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y estos sean los últimos versos que yo le escribo.

De Neruda además, la compañera de El Observador Carolina Delisa recordó el depresivo Walking Around que está en el libro Residencia en la tierra (1933).

El resto de compañeros, en cambio, recomendó canciones. Martín Prato: Goodbye My Lover de James Blunt, María Eugenia Scognamiglio: Ya no saben que decir de Buitres, Gianluca Pintos: Solo de Los Estómagos y María Noel Durán: BZRP Music Session #53 de Shakira con Bizarrap (contra Gerard Piqué). 

Un poco de veneno sabiniano

Hablando de música, y de grandes letristas del desamor, es imposible no nombrar a Joaquín Sabina. El español se decidió, en los inicios de su carrera, a elevar la calidad lírica de las canciones hispanas y lo hizo con una gran influencia de Bob Dylan, Leonard Cohen y de muchos poetas. Entre ellos, Neruda.

Veinte poemas de amor y una canción desesperada (1924) parece haber sido una inspiración para, por lo menos, una de sus canciones: Calle Melancolía.

El inicio de "Como quien viaja a lomos de una yegua sombría" toma algo del Poema VII y su "Galopa la noche en su yegua sombría". Mientras que el verso "Trepo por tu recuerdo como una enredadera" suena a "Apegada a mis brazos como una enredadera" del Poema VI.

Sin embargo, para no traer la letra de una canción, seguimos con un poema del español, que también escribe sonetos.

Joaquín Sabina en el último concierto que dio en Montevideo en abril de 2023

Uno que le gusta recitar en sus conciertos para "colocarles un gota de veneno literario" a sus fans, como le dice él, es el siguiente. Está publicado en el libro Ciento volando de catorce (2001):

Puntos suspensivos

Lo peor del amor, cuando termina,
son las habitaciones ventiladas,
el solo de pijamas con sordina,
la adrenalina en camas separadas.

Lo malo del después son los despojos
que embalsaman los pájaros del sueño,
los teléfonos que hablan con los ojos,
el sístole sin diástole ni dueño.

Lo más ingrato es encalar la casa,
remendar las virtudes veniales,
condenar a galeras los archivos.

Lo atroz de la pasión es cuando pasa,
cuando, al punto final de los finales,
no le siguen dos puntos suspensivos.

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