En Brasil, el Ministerio de Agricultura junto a los de Economía y Salud apuran los pasos para tener un protocolo único de acción ante los múltiples casos de coronavirus en las plantas frigoríficas. La propagación de casos ha llevado a cierres temporales en algunas plantas a partir de decisiones judiciales, aunque eso no se ha afectado el ritmo de actividad.
Brasil sigue con un nivel alto de casos y muertes de coronavirus, con diferencias dentro del gobierno que llevaron a la renuncia ya de dos ministros de Salud y al enfrentamiento del presidente Jair Bolsonaro con las decisiones de algunos gobernadores en estados clave, como San Pablo.
Los agentes del sector esperan que el gobierno adopte criterios únicos, tanto para la interdicción como para la reapertura de plantas en las que se hayan dado casos de coronavirus.
“Cuando se suspende la actividad de una planta, si no se tiene una regulación para que las cosas ocurran de otra manera, quedamos siempre sujetos a todo tipo de demanda que es pedida”, dijo el presidente de la Asociación Brasilera de las Industrias Exportadoras de Carne, Jorge Camardelli, durante una reunión convocada por la Cámara de Diputados para discutir las condiciones de los frigoríficos durante la pandemia.
En tanto, el presidente de la Asociación Brasilera de Proteína Animal, Francisco Turra, señaló que el sector enfrenta una “confusión de interpretación y normas”.
“El Ministerio Público de Trabajo dictó una larga normativa con muchas exigencias, algunas que hasta contrarían algunas medidas que fueron establecidos por los estados y por el Ministerio de Agricultura”, apuntó Turra.
Hasta ahora los cierres temporales de actividad se han dado principalmente en plantas de producción de carne aviar y de cerdo.
El sábado 30, el Tribunal Regional de Trabajo en Concordia, Santa Catarina, suspendió la interdicción de una de procesamiento de pollos de JBS localizado en el estado. La planta, que emplea cerca de 1.500 personas, estaba cerrada desde el 18 de mayo por casos de coronavirus. En tanto, JBS no corrió la misma suerte en una planta de producción de carne vacuna en San Miguel de Guaporé, en el estado de Rondonia, en el norte de Brasil. En esta unidad hubo 29 casos confirmados de coronavirus en una planta de 950 operarios y la Justicia pidió el cierre de la planta.
El lunes 25 de mayo Marfrig Global Foods informó 25 casos positivos en una planta de producción de carne vacuna en el estado de Mato Grosso. La empresa recibió la orden de un juez de Trabajo para aumentar el distanciamiento social entre los empleados, una medida que limitará la capacidad operacional.
Por citar otro caso, en el estado de Tocantins 55 trabajadores de una planta de Minerva Foods fueron retirados de operaciones luego de test positivos y la firma decidió testar a los 730 trabajadores ante la rápida expansión de los casos del virus en la ciudad donde está ubicada la planta.
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