Juan Ignacio Mangado Cenoz, delante de la Gran Campeona de PI en la Mercoláctea 2023.

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Arrancó ordeñando a mano siete vacas y hoy preside la gremial del Holando

El vínculo de Mangado Cenoz –presidente de la Sociedad de Criadores de Holando del Uruguay– con la lechería nació casi de casualidad, hace 44 años y de un modo sencillo: ordeñando siete vacas a mano
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10 de junio de 2023 a las 05:00

El vínculo de Juan Ignacio Mangado Cenoz –presidente de la Sociedad de Criadores de Holando del Uruguay (SCHU)– con la lechería nació casi de casualidad, hace 44 años y de un modo bien sencillo: ordeñando siete vacas Holando y a mano.

Integra una quinta generación de productores agropecuarios que han desarrollado desde mediados del siglo XIX (cuando los Cenoz llegaron desde Navarra, España) sistemas productivos de carne y leche y también laneros.

En 1980 hubo un quiebre. Por decisión familiar, tres de seis hermanos quedaron a cargo de los distintos rubros y a él le tocó asumir al frente de un nuevo negocio, la lechería. Numa Mangado, fallecido hace 10 años, quedó al frente de la lana y los Criollos, Javier que falleció hace dos años comenzó a dirigir lo ganadero y Juan Ignacio emprendió el flamante tambo. Hoy el campo familiar de Antonieta, María Eulalia, Juan Pedro y su sobrino Santiago tiene al frente a Juan Ignacio.

“En aquel momento, en 1980, mi madre y mi tía tomaron la decisión de diversificar y de los hermanos el que tenía un poco más de condiciones para el tema del Holando y la lechería era yo y fui designado, me tocó y había que hacerlo y con el paso de los años siento que me fui apasionando por este sector”, indicó.

Y hay un dato inolvidable para él y su familia: "Las primeras remisiones de leche a Conaprole, los días 17, 18, 19, 20 y 21 de abril de 1980, en los viejos tarros de 30 litros, con un caballo y un carro dos kilómetros hasta la ruta 3 por un camino de tierra". De aquellos días atesora los documentos correspondientes.

Las primeras remisiones del tambo, en 1980.

Siempre se produjo con base en un rodeo Holando y siempre se remitió la leche a Conaprole. “Desde que me vinculé y aprendí siempre fui un apasionado de la genética y del tambo”, remarcó.

Juan Ignacio Mangado Cenoz con la Campeona Junior de la Expo Melilla 2022.

El establecimiento de la familia está a mitad de camino entre las ciudades San José y Trinidad, en el norte de San José, sobre la ruta 3. Por temas relacionados con la transición generacional, el tambo familiar se cerró en 2022, pero sigue funcionando el propio de Juan Ignacio, donde se ordeñan de 280 a 300 vacas.

“Tengo un hijo al que le está yendo muy bien en otra actividad, es diseñador gráfico y me tiene muy contento, no está en el negocio campero pero un padre tiene que apoyar lo que el hijo quiera, también tengo sobrinos pero ninguno quedó vinculado al tambo, así hay etapas que se van cumpliendo y por eso liquidamos el tambo grande”, explicó.

Juan Ignacio Mangado Cenoz con parte del rodeo de su tambo.

La responsabilidad gremial

Mangado Cenoz ha desarrollado, además, una intensa actividad en el gremialismo agropecuario y eso tiene un por qué: “Devolverle a la sociedad lo que la sociedad me ha dado”.

Por mencionar algunos casos, fue fundador del grupo de productores San Gregorio y fundador del viejo Control Lechero (MU), “instituciones que las quiero mucho y trabajé mucho por ellas”, dijo.

“También presidí el MU, Mejoramiento y Control Lechero Uruguayo, desde su fundación en 2013 hasta 2019. Esto fue una vieja aspiración de todos los productores, la asociación de dos controles lecheros que existían, el de la Asociación Rural del Uruguay (ARU) y Control Lechero creado por los productores en uno solo, el MU, oficial y con evaluación genética de la raza”, contó.

Juan Ignacio con la Campeona Junior de la Mercoláctea.

También le tocó presidir a la Asociación Nacional de Productores de Leche (ANPL) y en un momento complicado, en 1989, en otro momento muy difícil para la lechería según recuerda.

Es, además, socio vitalicio de la gremial que preside, habiendo contribuido con la familia de distinto modo al desarrollo lechero, por ejemplo con una inscripción acumulada de más de 8.000 vaquillonas generación Holando en más de cuatro décadas.

En la SCHU, hace algunos años fue directivo y en el último período fue prosecretario, “entonces algunos compañeros me convencieron sobre que podía dar una mano y acá estoy, teniendo en cuenta que debo dar todo, los compromisos hay que asumirlos y defenderlos, estar acá es un orgullo, lo considero un reconocimiento, pero sobre todo es una gran responsabilidad”.

Añadió que espera cumplir con las expectativas, que habrá cosas que se logren y otras que no, pero que lo fundamental es dar el máximo esfuerzo por la institución en un trabajo que se encara “en equipo, no es solo el presidente, hay un grupo humano excelente, toda gente apasionada por la raza, la directiva funciona prácticamente por unanimidad”.

El presidente del Holando en el acto de premiación a la mejor cabaña de la exposición en la Mercoláctea, SG San Alberto.

Un negocio en jaque

Es consciente de que ha estado en un negocio, entre todos los camperos, particularmente sacrificado en lo productivo, a la vez muy dependiente de factores que el productor no maneja como el clima y los precios en los mercados, y además siempre en jaque considerando la rentabilidad.

Sobre el momento actual, “no solo tenemos el drama de la sequía, lamentablemente hay otros problemas”, mencionó y señaló uno: “El personal, no es fácil encontrar gente que las condiciones adecuadas para trabajar, la sociedad cambió en la ciudad y en el campo, hay excepciones pero en general veo que cuesta tener la responsabilidad de otros tiempos, no veo ese orgullo que da el desafío de sentir que se tiene que hacer algo y hacerlo y además hacerlo bien, no de cualquier manera”.

Aludió luego, relacionado con eso, a los problemas que se han dado recientemente en Conaprole: “Hay un sindicato absolutamente irracional, con planteos y medidas sin razón, actuando con irresponsabilidad, perjudicando a mucha gente y la imagen del país, hablando de la empresa cuando Conaprole es una cooperativa de productores, acá no hay una patronal, los que remitimos a la leche somos Conaprole y somos trabajadores también”.

“En casa llevamos tres años y medio de sequía, algo terrible, este año recibimos 120 mm nada más, tengo una represa que la uso para todo y está seca… y al mismo tiempo vemos a los trabajadores del sindicato con todas las comodidades, pagos buenos y seguros, tienen todo y defienden cosas indefendibles… y todo eso duele mucho porque al mismo tiempo hay productores muy apretados en las cuentas y cierran con todo el dolor del alma que les da”, señaló

Mangado Cenoz pidió “ser más solidario, yo en casa si paro un tractor porque se rompe le consigo trabajo en otra cosa para que ese tractorista no quede parado, la polifuncionalidad debe existir y esta gente del sindicato va a ganar lo mismo, con todos los beneficios intactos y se niegan y le complicaron las cosas al tambero y a la gente, solo a Conaprole le hicieron perder la venta de 1,5 millones de litros de leche y eso desanima a todo el mundo”.

Concluyó diciendo que “hay que cuidar más al tambero, por todo lo que genera, porque él aporta cada día un alimento fundamental que es el sostén de toda la cadena láctea y porque está claro que un tambo que cierra no abre nunca más”.

Juan Ignacio Mangado Cenoz.

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