El periodista Francisco Ramírez fue asesinado a balazos el jueves en Danlí, unos 100 kilómetros al este de Tegucigalpa, pese a que tenía medidas de protección por parte del Estado pues había sufrido un atentado en mayo pasado.
Ramírez, de 39 años, trabajaba en el Canal 24 de Danlí y también en el Ministerio Público Fiscal.
El comisario de Policía Lisandro García explicó que "fue interceptado por individuos que se conducían en varios vehículos y les dispararon en reiteradas ocasiones", al periodista y al policía de custodia Walter Colindres, quien resultó herido.
García indicó que el crimen se produjo por riñas personales, pero Amada Ponce, directora del Comité por la Libre Expresión en Honduras (C-Libre), le dijo a la agencia de noticias AFP que la orden de asesinato habría sido dada desde la cárcel debido a su trabajo periodístico y agregó que la familia de Ramírez corría grave peligro.
"Es un asesinato relacionado con su trabajo periodístico”, dijo Ponce, y añadió que ya había sufrido un atentado el pasado 3 de mayo, por la cobertura e investigación de acciones de criminalidad que terminaron con personas en la cárcel.
Tras ese atentado, en el que recibió tres impactos de bala, recibió medidas de protección por parte del Estado, pero las amenazas siguieron.
La Secretaría de Derechos Humanos y el ente que vela por la protección de los comunicadores solicitaron una segunda escolta, pero las autoridades de seguridad argumentaron no contar con personal suficiente.
La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos condenó el asesinato, hizo un llamado al Estado a "fortalecer la protección de quienes ejercen la libertad de expresión" e instó a una rápida investigación del caso.
La embajadora de Estados Unidos en Honduras, Laura Dogu, y la representante de las Naciones Unidas en Honduras, Alice Shackelford, se sumaron al llamado en sus redes sociales.
Las autoridades informaron que se desplazó un equipo multidisciplinario al lugar del hecho para investigar el crimen, esclarecer lo acontecido y encontrar a los responsables.
Este es el segundo asesinato de un comunicador en lo que va del año en Honduras, catalogado por organismos especializados como uno de los países más peligrosos del mundo para el ejercicio del periodismo.
Desde 2001 fueron asesinados un centenar de comunicadores en este país centroamericano, donde operan poderosas pandillas y bandas del narcotráfico, ligadas a estructuras del Estado.
(Con información de AFP)
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