La última vez que Jorge y Carlos, dos pequeños productores ganaderos de Rocha, recorrieron el potrero –ubicado a solo cinco kilómetros de la ciudad de Rocha– fue el viernes por la tardecita. Todo estaba en orden.
Sin embargo, a las 7 de la mañana de este lunes, los trabajadores rurales fueron y se encontraron con 140 vaquillonas de un año arrinconadas en ese predio, asustadas. Algo había pasado para alterar la tranquilidad de aquel viernes.
A cuatro de ellas les habían disparado con un rifle y, muertas, le habían quitado los cuartos y las paletas (donde está la carne de mayor valor).
“Las mataron y les sacaron los cuartos y las paletas. Dejaron las carcasas y se llevaron eso, la carne de los cuartos y la de las paletas, que son las partes más valiosas del animal y las que tienen más carne", contó Jorge Rivero, uno de los productores afectados.
Añadió que "con todas las cosas que pasan, hoy se toma al abigeato como un delito menor, pero no es menor", añadió.
Y para muestra basta un dato: se estima que las pérdidas solo por este episodio son de US$ 7.400, dado que cada vaquillona fue cotizada en unos US$ 1.850.
En diálogo con El Observador, Jorge aclaró que las vaquillonas pertenecían a su socio, Carlos Redin y que se trataba de animales que estaban en un campo de recría, preparándose para ser madres.
Por lo tanto, el daño también se puede proyectar a las crías que no llegarán.
La Policía técnica acudió de inmediato al campo y guardó muestras de carne para hacer estudios de ADN. En el caso que se haga algún decomiso de carne sin una procedencia legal se podrán usar esas muestras para un eventual vínculo con los delincuentes.
“Evidentemente esa carne se tiene que vender en una carnicería. Y hay alguien que la compra, porque 200 kilos de carne para consumo propio no es. Eso lo venden en alguna carnicería de Rocha”, afirmó con evidente molestia.
El campo donde sucedió esto está en el km 24 de la ruta 15, la que une a Rocha con La Paloma.
Estas vaquillonas estaban en un predio chico, pero el área total del establecimiento es de unas 400 hectáreas. Los productores se dedican a la cría y venta de terneros.
Si bien en otras ocasiones les han faltado vacunos, es la primera vez que sufren esto, que les maten a los vacunos y les hagan una faena clandestina en el predio.
“Esto nos deja una sensación de que hay una impunidad total. La Policía se porto bárbaro. No puedo decir nada. Pero de ahí a que encuentren a los culpables es difícil. Además, ya han encontrado al culpable con muestras de ADN y esa gente está suelta. Más o menos podemos saber quiénes son, pero la Justicia no puede hacer nada”, lamentó.
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