Después de que Luis Lacalle Pou le regalara a Xi Jinping dos toros –uno Hereford y otro Aberdeen Angus– y un rebenque para reflejar la tradición nacional en el marco de los 35 años de relaciones diplomáticas entre Uruguay y China, el presidente asiático brindó un banquete de once platos para toda la delegación uruguaya.
Fueron un símbolo protocolar, pero que reflejaron la improtancia que China le dio a la visita del presidente uruguayo (la importancia que el daba el lado uruguayo al viaje ya se conocía). De esta manera, la simbología y la gestualidad de los anfitriones evidenciaron que la reunión privada de más de una hora entre los dos presidentes fue positiva.
El gobierno también la valoró de esta forma, ya que significó elevar la jerarquía de la relación de los países hasta "asociación estratégica integral". La evaluación no se basó únicamente en el upgrade del vínculo sino también en la firma de 24 acuerdos concretos y –principalmente– en la mención de Xi Jinping de que China tenía interés en "avanzar aceleradamente" para firmar un Tratado de Libre Comercio (TLC).
Pero incluso antes del encuentro, como narra esta nota de El Observador, las salvas de cañón se dispararon en la plaza de Tiananmén y la guardia de honor se formó en señal inequívoca de que el invitado acababa de llegar. Xi Jinping y Lacalle Pou subieron a la plataforma y la banda militar interpretó los himnos en en el Gran Salón del Pueblo en Beijing.
La televisión china compartió imágenes de la ceremonia de bienvenida, donde muestra la importancia que le dio China a la visita del presidente uruguayo.
Luego, tras la reunión y la firma de los acuerdos, el presidente chino invitó a los uruguayos al banquete de once platos.
El menú consistió en ravioles, pastel de nabo, pastel en forma de caqui y torta en forma de flor. Como entremeses sirvieron consomé de pollo con mejillón, pato laqueado de Beijing, carne de cangrejo frita, hongos de pino con verduras y corvina en sopa.
Las comidas estuvieron acompañadas por vinos tinto y blanco chardonnay chinos, mientras que de postre hubo frutas, helado, café y té.
El banquete fue amenizado con un mix de canciones interpretadas por la banda del "Ejército Popular de Liberación de China". Los músicos tocaron seis tangos nacionales: Mañanita de sol, Volver, La Cumparsita, Por una Cabeza, El día que me quieras y La Puñalada, y seis canciones típicas chinas (Velita blanca, La chica recogiendo setas, La canción de un pastor, Ansar cisnal, Despiértate, el bosque, y Ascendiendo paso a paso).
La visita de Estado, el status máximo de una misión oficial, continuó este jueves con reuniones con los principales representantes del Parlamento chino.
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