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Cómo hizo una pareja de ancianos de Artigas para sacar de su casa a una delincuente
Una pareja ancianos de 70 y 81 años dormía en su casa del departamento de Artigas. En un momento de la madrugada oyeron ruidos en la vivienda, y cuando prendieron la luz del dormitorio se encontraron con una mujer parada a los pies de la cama.
El dueño de casa solía dormir con un cuchillo cerca, como forma de sentirse seguro durante la noche. La mujer que entró a la casa agarró el cuchillo y los amenazó a ambos, exigiendo dinero para comprar droga, informaron a El Observador fuentes policiales.
La pareja se negó y el anciano sacó otro cuchillo que tenía guardado en su mesa de luz, con el que quiso defenderse. Esta situación tomó por sorpresa a la mujer, que no esperaba encontrar resistencias en la pareja, por lo que se paralizó y el hombre aprovechó ese momento para agarrarla y evitar que lo lastimara con el cuchillo.
Ambos comenzaron a pelear, con forcejeos y golpes de puño, y la esposa del hombre intervino tratando de sacarle el cuchillo a la mujer, que logró escapar.
La pareja pensó que la delincuente se había ido, y fueron a la casa de una vecina a pedir ayuda para llamar a la policía. Cuando volvieron, vieron que la mujer estaba escondida debajo de la cama, y había alcanzado a robar una billetera de la pareja.
La anciana logró que saliera y la golpeó varias veces, pero la mujer se fue corriendo, con unos $ 5.300 de la jubilación de ambos. La Justicia emitió una orden de detención y cinco días después la policía localizó a la delincuente de 23 años, que no era la primera vez que les pedía dinero a los ancianos, ya en otra oportunidad había ingresado a la casa durante el día.
La fiscal del caso, Fiorella Marzano, había solicitado la prisión preventiva como medida cautelar pero la jueza tuvo en cuenta que la imputada no tenía antecedentes penales, y decretó prisión domiciliaria total. La fiscalía apeló y a la mujer se le concedió la prisión en la cárcel de Artigas.
En rueda de prensa, Marzano afirmó que existían "todos los riegos procesales", ya que la prisión domiciliaria era riesgosa para la investigación –la mujer estuvo fugada durante cinco días– y para las víctimas.
Se le imputaron los delitos de rapiña agravada por cometerse en el domicilio y utilizar un arma, y violencia privada por la agresión a los ancianos.
Días antes había ocurrido un doble homicidio a 60 kilómetros de la capital departamental, cuando dos ancianos de 88 y 86 años fueron asesinados por un exempleado del establecimiento rural donde vivían. Por este caso tres personas fueron imputadas por la Justicia. El móvil del crimen también fue el robo.
