Camilo dos Santos

Comprar suelto: una vieja usanza de almacén de barrio inmersa en cruces políticos

La venta fraccionada de alimentos quedó en el medio de la puja política ante el impulso de los intendentes frenteamplistas por habilitarla, por más que en los hechos nunca dejó de aplicarse

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24 de abril de 2022 a las 05:04

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El joven mira los dos billetes de $ 20 en su mano y saca la cuenta. “Dame... $ 10 de azúcar”, pide en primer término, a lo que agrega un té y cinco bizcochos. La almacenera Walkiria los mide con una balanza. “Hay personas que no tienen para comprar un kilo, porque es un barrio bajo”, cuenta desde el otro lado de la ventanilla, sobre uno de los estrechos pasajes del amplio complejo de viviendas en el barrio Lavalleja, cerca del Cementerio del Norte. 

Ahí, ajeno a los tiempos políticos y a los nuevos procedimientos institucionales, el fraccionamiento de alimentos es parte de la diaria y nunca dejó de serlo.

Ese viejo recurso de almacén barrial –también de común uso en el interior– quedó enredado en los vaivenes políticos luego de que las intendencias del Frente Amplio –Montevideo, Canelones y Salto– hicieran hioncapié en la necesidad de flexibilizarlo, con el trasfondo de la carestía y una inflación que dista mucho de la meta oficial fijada por el gobierno. “Lo veo con muy buenos ojos para apoyar a la gente en este momento tan duro, de tanta carestía”, justifica, por ejemplo, la intendenta Carolina Cosse. 

Camilo dos Santos
Venta fraccionada de azúcar en un almacén del barrio Lavalleja

El salteño Andrés Lima fue aún más explícito, al considerar como “natural” y “entendible” que sean las comunas de izquierda las que tomen la posta en esa discusión en el Congreso de Intendentes, porque “no debe ser sencillo” para un jerarca blanco admitir “que hay sectores de la población que con el aumento de los precios se vieron afectados”.

El oficialismo mostró las garras contra ese discurso –cuya génesis radica en una solicitud de la gremial de almaceneros minoristas, Cambadu– por potenciar un relato funcional a la oposición. El artiguense Pablo Caram enfatiza que el tema “no es nada nuevo” para el norte del país donde “siempre se fraccionaron los alimentos”, al tiempo que el rochense Alejo Umpiérrez declaró a Doble Click que “son posicionamientos políticos” posteriores al referéndum y que auguran “una prematurísima campaña preelectoral”. 

"Hacerlo bien"

Nadie en Cambadu, ni en las intendencias de Canelones y Montevideo –precursores en el debate– lo desconoce: la venta fraccionada siempre estuvo, sin perjuicio de un incremento en los tiempos de crisis. "Que ya existía en los barrios, es verdad. No digamos blanqueado totalmente, porque se ve mucho en los almacencitos de los barrios humildes, y en el interior, que es como tierra de nadie con las ordenanzas municipales", reconoce a El Observador el presidente de la gremial, Daniel Fernández.

El empresario tiene claro que todo empezó con el comentario de un directivo de la Cámara que "explotó en prensa", a raíz de reuniones de trabajo que mantenían con el área de Bromatología en la Intendencia de Montevideo (IM). El reclamo tuvo inmediato eco en la comuna canaria: "Nos llamaron, y ya en 24 horas lo aplicaron". "Indudablemente, la IM, que venía hablando tranquilamente, tuvo que apresurar la medida y el martes de esta semana, pim pum, también lo sacó adelante", resume Fernández. 

Camilo dos Santos
Fachada de almacén en el barrio Sayago

Desde Canelones, el director de Contralor, Luis Garrido, admite que "lo que se hizo fue regularizar situaciones que ya se venían dando", por más que las sanciones por el fraccionamientos –pasibles de multas de 5 unidades reajustables a 100– "no eran habituales". Eso sí, a entender del jerarca frenteamplista, "hace un año no veías gente que fuera a comprar dos huevos al almacén". 

En la administración de Carolina Cosse tampoco ignoran el escenario previo. "Una cosa es que se dé una realidad, que se haga algo, y otra es que se haga bien. Entendemos que así informamos a los consumidores de los derechos que tienen si precisan consumir así, como que tienen derecho a que el fraccionado se lo hagan a la vista", afirma a El Observador el prosecretario general de la IM, Daniel González. "No nos pueden acusar de tener animosidad política en algo que no propusimos, sino que vino de Cambadu. Salvo que piensen que Cambadu está complotado con el FA, y me parece una falta de respeto hacia ellos", cuestiona. 

Camilo dos Santos
Pan rallado a granel en el almacén de Julio, al fondo del almacén sobre el barrio Nuevo París

No perecederos

Tanto Canelones como Montevideo autorizaron el fraccionamiento en los comercios chicos por 180 días, con el foco en alimentos no perecederos como arroz, azúcar, café, entre otros. En varios almacenes de la periferia capitalina no están al tanto de esa medida, con una dinámica que desde hace años escapa en muchos casos a la normativa fijada por decreto en 1994 –durante el gobierno de Luis Lacalle Herrera–, ante reglas estrictas que no se condicen al entorno y que por otro lado encuentran laxas fiscalizaciones en las intendencias. 

Joel es un ejemplo de ello en Nuevo París, con un almacén que oficia de zona paso entre vecinos y escuelas del entorno. Al fondo del almacén tiene una panadería, y para él es más conveniente tener la bolsa grande de harina que andar abriendo paquetes. "Se la usa en la panadería, y después ya se lo vendo a la gente", dice. Joel no habitúa a fraccionar otros productos, pero no tiene problema en abrir paquetes y extraer de a gramos si algún vecino se lo pide. 

Para Yenifer, desde su autoservice del Cerro sobre la calle Grecia, tampoco hay misterio. La almacenera enseña desde el otro lado de la reja el paquete de azúcar lleno hasta la mitad, por ser uno de los productos más buscados por los clientes para la venta fraccionada. Con la reciente escalada de precios, los vecinos también piden huevos por unidad, cuyo precio oscila entre $10 y $12. El maple, en cambio, les saldría entre $260 y $290. 

Camilo dos Santos
Paquete de azúcar abierto para ventas fraccionadas en el Cerro

Más abajo, en La Teja, la venta fraccionada todavía no tocó la puerta al almacén de Marcelo Melgarejo. El pan está fresco por la mañana, y cada cliente lo saluda con el nombre. "Como está hoy la situación, no va a faltar el vecino que venga a pedir. Está muy difícil, los precios están muy caros y en los mayoristas –que yo voy todos los días– varía siempre. Yo no puedo creer que esté subiendo así y no haya nadie para controlarlo", reclama. 

El tejano se lamenta: "Parece que volviéramos para atrás, como cuando uno era un muchacho joven y compraba todo fraccionado". 

Exoneraciones de IVA

Ante la escalada de precios, el Parlamento aprobó a instancias del Poder Ejecutivo la exoneración del IVA para el asado de tira, medida que ahora se extenderá por otro mes hasta mediados de mayo. El corte se mantendrá en $230. A comienzos de mes el Poder Legislativo también aprobó por unanimidad la exoneración del IVA mínimo para el pan blanco común, galletas de campaña, pastas y fideos.
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