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Corujo y Méndez, el orgullo de un pueblo llamado Rodríguez

Compartieron equipo en el baby fútbol y llegaron por distintos caminos a Nacional desde una ciudad con apenas 2.500 habitantes
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19 de octubre de 2019 a las 05:02

Rodríguez es ciudad desde 2014, aunque sus vecinos le siguen llamando pueblo. Cuenta con unos 2.500 habitantes, un jardín de infantes, dos escuelas, un liceo, una plaza de deportes, un gimnasio. También con un club de baby fútbol y otro de mayores. Pero el verdadero orgullo de los “rodriguenses” por estos días tiene dos nombres y dos apellidos: Guzmán Corujo y Armando Méndez.

Los futbolistas de Nacional se criaron juntos en la canchita del Nueva Unión, concurrieron juntos a la escuela número 47 “Brigadier General Fructuoso Rivera”, y actualmente integran el plantel principal del líder del Torneo Clausura y de la Tabla Anual del Campeonato Uruguayo. Aunque no llegaron de la misma forma al profesionalismo, se trata de una historia bien futbolera, bien uruguaya, bien del interior de Uruguay, aunque Rodríguez se encuentra a solo 80 kilómetros de Montevideo.

Complejo deportivo del club Nueva Unión de ciudad Rodríguez

Corujo y Méndez, o Guzmán y el Chiri, como los conocen en el pueblo, empatan en humildad y en el gusto por la pelota desde siempre, pero son bien diferentes en otros aspectos. Ambos provienen de familias futboleras: el abuelo y el padre de Corujo jugaron en la selección de San José, mientras que el padre de Méndez también supo ser campeón con la camiseta del Central maragato. Los protagonistas de esta historia empezaron a correr detrás de la pelota cuando apenas tenían cuatro años.

Corujo con la indumentaria de Oriental de Rodríguez

Carlos Bondad, el técnico que los dirigió desde los 5 en Nueva Unión, los recuerda así: “Eran bien distintos, Armando era enérgico, no paraba nunca, tenía una energía impresionante, corría mucho y cabeceaba muy bien”, mientras que “Guzmán le pegaba un infierno a la pelota, era líder, capitán y siempre apoyaba a todos los compañeros”, contó a Referí.

Méndez, que era muy flaquito, jugó de volante y de delantero, y se enojaba mucho cuando lo golpeaban. Entonces le pedía permiso al técnico: “¿Se la puedo devolver?”, y Bondad le contestaba: “Hacele un caño que es mejor”.

Con respecto a la fuerza de Corujo para pegarle a la pelota, su hermano por parte de madre, Maximiliano Briccola, fue bien gráfico: "Vivíamos en un apartamento chico en Rodríguez y cuando él tenía 1 año jugábamos adentro con una pelota de goma y ya tenía una patada de caballo". Maximiliano tenía 14 años cuando nació Guzmán, así que hasta le cambió los pañales, contó.

Corujo y Méndez, los dos parados a la derecha, en el Nueva Unión

Cuando ambos estaban en la categoría Semillas del Nueva Unión los empezó a dirigir Adolfo Fernández, más conocido en Rodríguez por “Chato”, el abuelo de Méndez. “No es porque sea mi nieto pero Chiri tenía un amor propio y era imponente la cantidad de goles que hacía. Teníamos un buen cuadro y en San José goleábamos a casi todos. Veía que si no pasaba nada iban a llegar”.

Un día, sin embargo, perdieron por varios goles en San José y Méndez se hizo un gol en contra: “Lloraba porque decía que habíamos perdido por culpa de él”, contó Fernández. Era un niño de carácter y su padre Fernando Méndez contó a Refería que se enteraba cuando el equipo de su hijo perdía porque volvía “caliente” a la casa.

A los 14 años, Armando debutó en la Primera de Oriental, entrando en el segundo tiempo del partido que marcó el retiro de su padre del fútbol activo. Ese día jugaron juntos: “Él me acompañaba a las prácticas de noche y un día faltaba uno y lo pusieron para completar. Pero les dio un baile a todos y el técnico lo subió a Primera”, recordó con orgullo el padre.

Méndez a la derecha en el club Oriental, junto a su abuelo

Corujo se fue antes a Montevideo, directamente a Nacional, el cuadro del que es hincha desde nacimiento, aunque lo quisieron cambiar: "Mi madre y yo somos de Peñarol, entonces intentamos cambiarlo a Guzmán, pero no tuvimos suerte porque su padre también era de Nacional", recordó Maximiliano. 

Cuando tenía 11 años un captador lo vio jugar y lo invitó a probarse a la pre Séptima tricolor. Iba una vez por semana a entrenar. Pasó la prueba y quedó para integrarse al plantel de Séptima. Los primeros años viajaba desde Rodríguez. "A veces salía corriendo del liceo, comía algo y se tomaba el ómnibus", señaló su hermano. Luego vivió en la casona de Nacional y más adelante alquiló con unos amigos de Rodríguez un apartamento cerca del Parque Central.

Guzmán Corujo con la camiseta tricolor desde chiquito.

Méndez, en cambio, viajó a la capital para probar suerte en Peñarol, aunque con pocas ganas porque siempre fue hincha de Nacional, según cuenta su abuelo.

Jugando para la selección sub 15 de San José lo vio un representante y lo llevó a los aurinegros. Pero jugaba poco y encima se enteró un tiempo después que para jugar en su puesto iba a llegar Hernán Petryk (jugador de Atenas que llegó a los aurinegros en 2016), por lo que buscó otro destino. Así llegó a River Plate y un día lo vio Alexander Medina, quien le preguntó a Corujo si conocía a ese “canario” de Rodríguez. Así fue que los amigos se volvieron a encontrar en los tricolores y en 2017 fueron campeones con la Tercera división dirigida por el Cacique.

Corujo, el más alto de los parados y Méndez, el tercero de abajo, en el equipo campeón de 2009

En su pasaje por Peñarol, Méndez guarda una anécdota con Pablo Bengoechea, entonces entrenador del equipo principal. En una oportunidad fue ascendido para una práctica y su esmirriado físico se había convertido en una masa de músculos producto de su gusto por el entrenamiento en el gimnasio. Entonces Bengoechea le dijo que para jugar al fútbol era demasiado. El presente de este lateral derecho que corre por la banda como si fuera una locomotora, no le dio la razón al DT.

Corujo en Nacional y Méndez en Peñarol

Corujo fue muy serio desde chico, exigente con las prácticas y siempre cumplía con sus obligaciones, tanto cuando entrenaba con la selección de San José como con sus compañeros.

Juan Ignacio Delgado, presidente del Nueva Unión, recordó una anécdota con el zaguero: “En nuestro primer año en el club hicimos una fiesta con los chiquilines y se me ocurrió un reencuentro con la categoría de Guzmán y el Chiri, que fue campeona en 2009. Los invité a jugar un picadito entre exjugadores y ese plantel, y siempre estuvieron dispuestos a venir. Lo que me causó gracia fue que hablando con Guzmán me contó de los nervios que tenía de volver a la cancha, cuando ya era un hombre que jugaba en Nacional”.

Bondad contó cómo armó el equipo de aquella generación ganadora:  “Cuando empezamos a armar la categoría más chica recorrimos todas las casas para hablar con los padres. Al final eran unos 29 niños y había varios que se destacaban. Los padres siempre apoyaron, yo podía trabajar tranquilo y formar un grupo sin pensar tanto en los resultados. Hacíamos viajes y eso ayudaba a la convivencia. Los dos mantienen aún aquella humildad y Armando siempre viene al pueblo y a media cuadra de casa hay una placita donde juega al fútbol con los niños y se saca fotos”, dijo a Referí.

El niño Armando Méndez junto a su padre Fernando

El Nueva Unión es un club muy antiguo, aunque hace apenas 18 años que tiene personería jurídica. Participa en la liga de baby de San José y actualmente compite en seis categorías, desde los 8 a los 13 años. Entre 80 y 90 niños juegan en el club y llegan a 100 con los más chiquitos, que aún no compiten. En el complejo “Carlitos” Alcorta tienen una cantina, venden rifas, arman algún espectáculo y así pagan los gastos de locomoción, porque casi todos los fines de semana tienen que viajar para jugar.

En ese mundo nacieron y crecieron Guzmán Corujo y Armando Méndez. En esa cancha acunaron los sueños de jugar al fútbol y vestir la camiseta de Nacional. Hoy es una realidad y en el pueblo (perdón, ciudad) el orgullo es mucho más grande que la pasión por cualquier camiseta.

Datos

Guzmán Corujo debutó en Nacional el 13 de mayo de 2017 en un partido contra Sud América por la última fecha del Apertura. Se jugó en el estadio Centenario y el técnico era Martín Lasarte.

En total lleva 48 partidos oficiales: 3 en 2017, 19 en 2018 y 26 en 2019.

El 9 de mayo de 2018, durante un partido por el Intermedio, se rompió los ligamentos cruzados: "Fue un momento jodido, se bajoneó un poco, pero después le dio para adelante", contó su hermano Maximiliano.

Armando Méndez debutó este año en Nacional, el 25 de agosto en un partido contra Juventud en el Parque Artigas de Las Piedras por el torneo Intermedio.
En total suma 5 partidos oficiales con la casaca tricolor.

En 2018 integró la lista de Nacional  para la Copa Sudamericana, pero luego fue cedido a préstamo a Fénix (regresó a los tricolores en el actual semestre) y su lugar ocupado por el camerunés Pierre Webó. 

 

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