El argentino Daniel Orsanic es nuevamente el entrenador de Pablo Cuevas, número uno del tenis uruguayo. Después de algunos días de incertidumbre sobre fin de año, ambos se pusieron de acuerdo y, más allá del trabajo que estuvieron haciendo extraoficialmente en diciembre, 2014 los tiene otra vez trabajando por la misma causa.
Existe una gran amistad entre ambos y mucha confianza en lo que puedan realizar juntos, ya que Orsanic estuvo al frente en el equipo de Cuevas cuando el tenista estuvo entre los mejores 50 tenistas del mundo.
El argentino vivió los mejores momentos con el salteño, pero también le tocó vivir la triste etapa de la lesión que dejó afuera del circuito a Cuevas por más de dos años.
En estos días ambos están realizando la pretemporada en el Cantegril Country Club de Punta del Este, el que dejarán el 15 de enero para viajar a Buenos Aires con la idea de sumar partidos de entrenamiento con los tenistas argentinos que estén regresando del Abierto de Australia.
Esa será la recta final de la preparación hacia lo que es la competencia, que se inicia para Cuevas el 3 de febrero en el ATP 250 de Viña del Mar. Luego será turno de Buenos Aires y el resto de la gira sudamericana. Luego, la temporada seguirá en polvo de ladrillo.
Esta primera parte del año termina en Roland Garros y en ella utilizará el beneficio del ranking protegido (54) para jugar los torneos y sumar puntos con la intención de meterse en el top 100, lo que le permitiría seguir jugando al mismo nivel, ya expirado el tiempo de protección que le otorga la ATP por la lesión.
Y, justamente, hasta Roland Garros es el primer compromiso contraído entre Cuevas y Orsanic. La continuidad en la competencia que pueda conseguir el uruguayo llevará de la mano al tiempo que la dupla siga trabajando.
“Si bien la rodilla ya está en un segundo plano, no me olvido de lo que pasé, porque cuando arranque la recuperación tuve que ir parando muchas veces, estando solo o incluso entrenando con Alberto Mancini”, dijo Cuevas a El Observador.
Esa visión es la que lo ha llevado a ir paso a paso.
“Tengo la confianza con Orsa (Orsanic) de no tener que firmar un contrato de trabajo, y entonces pusimos el plazo de Roland Garros porque es lo mejor para los dos porque él también tiene una familia detrás que tiene que atender. La idea es que todo marche bien y continuar trabajando juntos”, agregó.
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