La insólita expulsión que sufrió Darwin Núñez este lunes en lo que era su tercer partido oficial con Liverpool de Inglaterra -que pagó por él 100 millones de euros- sigue acaparando todas las informaciones deportivas del fútbol inglés.
Fue tan intempestivo el cabezazo que le dio al zaguero danés Joachim Andersen a los 57 minutos, que dejó a su equipo con 10 hombres para intentar al menos empatar, ya que a esa altura perdían 1-0 de locales ante Crystal Palace.
Darwin venía de un inicio bárbaro con goles y asistencia, ganando además un título en su primer compromiso -nada menos que ante Manchester City de Pep Guardiola- y era la presentación ante su gente en Anfield Road, y por primera vez, además, titular.
En el partido no le salió una bien y el danés Andersen lo buscó durante todo el tiempo para que reaccionara, cosa que consiguió y que no lo exculpa.
El anterior uruguayo en Liverpool fue Luis Suárez, quien fue ídolo absoluto de los reds, y quien, de no mediar un resbalón increíble de su compañero y amigo, Steven Gerrard, contra Chelsea, los hubiera llevado al título de la Premier League con un equipo muy inferior en materia de clase de futbolistas que el actual que dirige Jurgen Klopp.
Suárez vivió, pese a todo, momentos muy complicados con el club de Anfield Road durante su estadía y fue suspendido por 19 partidos debido a tres episodios, pero en 133 encuentros que jugó con esa camiseta, nunca fue expulsado.
En octubre de 2011, existió un ncidente de racismo con Patrice Evra, el cual, en realidad, nunca fue probado. No obstante, recibió meses después ocho partidos de suspensión y una multa de 40 mil euros.
Tan solo dos meses después y en pleno proceso por ese hecho de supuesto racismo, le hizo un gesto provocativo (dedo mayor levantado) a los hinchas de Fulham. Lo suspendieron un partido.
En febrero de 2012, rechazó saludar a Patrice Evra en Old Trafford en su primer encuentro tras el hecho de racismo.
Asimismo, en octubre de ese año, festejó un gol en el clásico ante Everton con un piscinazo frente a su técnico David Moyes, quien lo había acusado de ser un jugador tramposo por sus constantes simulaciones de faltas. Por ninguna de estas dos situaciones fue suspendido.
El 22 de abril de 2013, en un partido entre Liverpool-Chelsea jugado en Anfield Road, Suárez mordió al zaguero serbio de Chelsea, Branislav Ivanovic en pleno encuentro a los 73 minutos. El árbitro no advirtió lo ocurrido y permitió que el uruguayo siguiera en cancha. Así, el salteño decretó el empate final 2 a 2 al minuto 90+6 venciendo a Petr Cech.
El partido fue revisado a través de cámaras posteriormente y la Federación Inglesa (FA) le imputó cargos de "conducta violenta" por el incidente y lo sancionó con 10 partidos de suspensión.
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