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De actor secundario a punta de lanza, FA protagoniza la recta final del Sí en la campaña
De embarcarse a la recolección de firmas para "acumular fuerzas" y no quedar a contramano del envión popular que gestaban las organizaciones sociales, el Frente Amplio pasó ahora a encabezar la recta final de la campaña hacia el referéndum como la punta de lanza del Sí.
La visibilidad de la coalición de izquierda en las últimas semanas –en detrimento de las voces no partidarias– fue incluso motivo de discusión entre los principales actores de la Comisión por el Sí, integrada por el PIT-CNT, la Federación de Cooperativas de Viviendas por Ayuda Mutua (Fucvam) y la Federación de Estudiantes Universitarios (FEUU).
El dilema estuvo instalado tanto en el comando que sesiona en la sede de la central sindical como en los espacios institucionales de la fuerza política, a raíz de que los defensores del No estaban declinando las invitaciones a debatir con técnicos o asesores, lo que "dejaba afuera" a las organizaciones sociales.
A fines de febrero representantes de esos colectivos manifestaron su "preocupación" por quedar la discusión centrada en lo partidario y sin aportes expertos, según confirmaron fuentes políticas a El Observador. En ese sentido, sugirieron que los dirigentes del Frente Amplio podrían declinar su concurrencia a esos intercambios, si es que el oficialismo no accedía a contraponer posturas contra el resto.
El propio Fernando Pereira, presidente de la coalición de izquierda, trasladó a la Mesa Política la necesidad de decidir si le daban "prioridad" o no a los debates. El líder informó ante el resto de los frenteamplistas que en la coalición de gobierno solo estaban dispuestos a debatir con parlamentarios u otros referentes.
Al final primó la idea de que rechazar debates sería un "error estratégico", al tiempo que la dirigencia entendió que era "muy difícil" en los hechos –por la dinámica de los medios de comunicación que organizaban las instancias– frenar otros intercambios por fuera de la Comisión.
A comienzos de mes, incluso, los promotores del referéndum resolvieron que era necesario que los dirigentes frenteamplistas pudieran ser acompañados en las salidas al territorio por integrantes de las organizaciones sociales, de modo de "no partidizar la campaña", según supo El Observador.
Esa había sido la premisa al lanzar las primeras movilizaciones en octubre del año pasado, luego de juntar casi 800 mil firmas. En aquella fecha, cuando la Corte Electoral aún validaba una a una las firmas, el Frente Amplio mantenía la premisa de "no ocupar la cancha" ni "convertir la campaña en un tema político partidario".
De hecho, los impulsores del Sí defendían el protagonismo de los "voceros sociales" –tales como el abogado Juan Ceretta, el catedrático Hugo Barreto, el exrector Rodrigo Arocena, la asesora Mercedes Romero– por sobre los políticos.
No obstante aquella intención original, el fragor de la campaña tiene al presidente de la fuerza política, Fernando Pereira, como el vocero principal del Sí –y con amplia ventaja–, según recabó la consultora Global News basada en los minutos de exposición en las pantallas y que divulgó El País. Por su parte, los senadores Óscar Andrade y Mario Bergara –los dos exprecandidatos a la presidencia y referentes sectoriales– protagonizaron los debates en horario central y transmitidos por varias plataformas.
El PIT-CNT como puntero
A instancias de la Federación Ancap, el PIT-CNT fue decisivo a la hora de desencadenar sucesivos pronunciamientos en favor de la recolección de firmas. El Frente Amplio fue de hecho uno de los últimos en tomar postura, y su resolución estuvo atravesada por un contexto en que el resto del bloque social ya avanzaba bajo su propio impulso.
Por su estructura y alcance, la central sindical es junto a la fuerza política el actor de mayor peso en el comando, y de hecho financiará la mitad de los costos de la campaña. Pese a su influencia decisiva entre los promotores del referéndum y su despliegue territorial, la campaña del PIT-CNT no estuvo exenta de algunas flaquezas en la recta final.
Para empezar, por la ausencia de su presidente Marcelo Abdala, apartado de la actividad desde que se accidentara mientras conducía alcoholizado en Punta Carretas. Si bien el líder ya retornó a sus tareas en el sindicato de los metalúrgicos y la central se apresta a aprobar su reincorporación –tal como informó Búsqueda–, eso no va a ocurrir hasta después de acontecido el referéndum del 27 de marzo.
Aunque parte de su salida se debió a motivos personales, el vicepresidente del PIT-CNT, Joselo López, también había admitido el "impacto político" del accidente sobre la imagen de la central obrera.
Por otro lado, la decisión de la Mesa Representativa de hacer un paro general el 8 de marzo y militar por el Sí en esa fecha –por el impacto de la LUC en los derechos de las mujeres– obtuvo cuestionamientos de parte de referentes feministas y voceras de la Intersocial Feminista.
La propia Comisión por el Sí resolvió no convocar ese día a ninguna actividad vinculada al referéndum, al tiempo que el resto de las organizaciones del comando no se hicieron eco de esa consigna.
